Además de la falta de oxitocina, la atonía uterina o falta de tono de los músculos del útero en el parto se debe a las siguientes circunstancias:
- Embarazos múltiples. La atonía uterina es más común en mujeres multíparas que en uníparas, porque en los embarazos múltiples la fibra uterina está más elástica debida al peso y, por tanto, le cuesta más contraerse.
- Bebés muy grandes. Por la misma razón, porque el útero está muy distendido, suele ser más frecuente la atonía cuando el bebé ha sido muy grande.
- Acretismo placentario. Es la adherencia anormal de la placenta a la pared uterina. “En estos casos, la placenta está muy pegada a las paredes del útero y cuesta mucho trabajo extraerla”, indica Mari Ángeles Fernández, presidenta de la Asociación Andaluza de Matronas.
- Antecedentes de atonía uterina.
- Alumbramiento de placenta tardío. La salida al exterior de la placenta y de los anejos fetales suele tardar un máximo de 20 minutos desde que nace al niño hasta que se desprende la placenta. “Cuando tarda más porque la placenta está muy pegada, o el bebé no es muy a término y la placenta está muy arraigada al útero para que no se caiga, hablaríamos de alumbramiento tardío, y estos alumbramientos pueden derivar en una atonía uterina y una hemorragia”, explica Fernández.
En el caso de la atonía uterina tardía, las causas son diferentes. Suele deberse a que la expulsión de la placenta no haya sido completa, o bien hayan quedado membranas, lo que impide que el útero se contraiga correctamente, provocando una hemorragia.