Como hemos visto en el apartado anterior, que la madre padezca enfermedades comunes como un resfriado o una gripe no es motivo para abandonar la lactancia materna, ya que muy pocas enfermedades y muy pocos medicamentos impiden un amamantamiento seguro. A continuación te ofrecemos algunas recomendaciones a tener en cuenta para darle el pecho a tu hijo si estás enferma:
- El bebé o niño no se va a contagiar a través de la leche porque su madre padezca alguna enfermedad común aguda. Si deseas continuar con la lactancia debes mantenerla sin temor, incluso aunque estés tomando medicación.
- En caso de que tengas una enfermedad contagiosa como la gripe o el resfriado común, puedes utilizar una mascarilla mientras coges o alimentas al bebé o al niño, además de lavarte las manos de forma frecuente y desechar los pañuelos utilizados.
- Para conocer la compatibilidad entre la lactancia materna y el consumo de medicamentos puedes realizar una búsqueda en e-lactancia.org. En este portal, de uso gratuito, y en español e inglés, se recogen casi 30.000 términos.
- En el caso de tener que someterte a alguna operación que requiera de hospitalización, estás en tu derecho de solicitar una habitación individual para que el bebé o niño pueda seguir siendo amamantado.
- Los anestésicos que se emplean en la actualidad se eliminan muy rápidamente y permiten amamantar después de la intervención o al despertar, cuando la madre se encuentre en las condiciones para hacerlo. En e-lactancia también puedes consultar el anestésico concreto utilizado o que se vaya a utilizar.
- Los tratamientos odontológicos como empastes, extracciones o endodoncias, tampoco son incompatibles con la lactancia materna, y lo mismo sucede en el caso de que te vayan a realizar pruebas médicas como las radiografías, las tomografías o las mamografías, ya que los rayos X ni permanecen en el cuerpo, ni llegan a afectar de ningún modo a la leche materna.