Alexandra Hubin

Doctora en psicología y sexóloga experta en sexología positiva. Coautora de ‘Entre mis labios, mi clítoris’
Denostado, olvidado, mutilado… la historia del clítoris está llena de agujeros negros y un profundo desconocimiento por su naturaleza íntima y misteriosa. Alexandra Hubin nos abre las puertas de este órgano erógeno extraordinario.
Alexandra Hubin, sexóloga
“Los sexólogos más punteros ya no distinguen entre orgasmo vaginal y clitoridiano, sino que afirman que existe un sólo orgasmo y el órgano responsable es el clítoris”

16/08/2018

Sólo las mujeres poseemos un órgano dedicado en exclusiva al placer, el clítoris, y, sin embargo, desconocemos de él casi todo, hasta lo más básico, su anatomía. Una ignorancia  con la que la sexóloga Alexandra Hubin se ha propuesto acabar con su último libro, ‘Entre mis labios, mi clítoris’ (Editorial Urano, 2018), escrito junto a la periodista Caroline Michel y en el que cuenta su historia, cómo es en realidad y cómo aprender a sacarle el máximo partido. De verbo fácil y reposado y con una gran capacidad para transmitir empatía, Alexandra Hubin, es, ante todo, sexopositiva, un manera de entender el sexo que se basa en aprender a conocer nuestro cuerpo, convertirlo en nuestro aliado, y disfrutar sin complejos de lo que tenemos, sin obsesionarnos con el orgasmo, y sin jamás renunciar a dejarnos sorprender. Para ello es fundamental aparcar nuestros prejuicios, cansancios y, por supuesto, hacernos, asegura, amigas de nuestro clítoris.

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El clítoris, ese gran desconocido

Entre mis labios, mi clítoris

¿A quién va dirigido tu libro ‘Entre mis labios, mi clítoris’?

Pues, aunque pudiera pensarse lo contrario, tanto hombres como mujeres pueden aprender mucho de él y, de hecho, muchas mujeres me han dicho que están deseando que lo lean sus parejas o éstas me han mostrado interés por leerlo. También se podría pensar que es un libro de educación sexual, más bien dirigido a jovencitas, pero muchas mujeres maduras, que ya tienen gran experiencia sexual, me han comentado que han aprendido muchas cosas. Mi objetivo y el de Caroline Michel (periodista y coautora del libro) es que se aprende sexualidad todos los días.

De estilo ameno, pero riguroso en sus conclusiones, el libro destaca también por sus ilustraciones, un clítoris con vida propia que nos guía durante la lectura, autoría de la ilustradora canadiense Lori Malépart-Traversy.

El clítoris arrastra un historial de desconocimiento, castigo y menosprecio ¿Por qué se ha tratado siempre tan mal a este órgano erógeno?

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Es cierto de que a pesar de haber sido descubierto en 1.559, se olvidaron de él en el momento en que se dieron cuenta de que no tenía nada que ver con la fecundidad, hasta el punto de que después de un cierto tiempo, las mujeres pensaban que el clítoris era simplemente esa pequeña perla que se ve, pero que en realidad no es más que el glande del clítoris, la punta del iceberg, y se olvidó toda esa parte interna, mucho más grande, que tiene forma de pulpo y que engloba nuestra vagina.

¿Queda todavía, entonces, algo por descubrir del clítoris?

Sí, desde luego, de hecho creo que estamos en el comienzo de nuevos descubrimientos. No hemos pretendido contarlo todo en este libro, hablamos en él de nuestra propia visión de la sexología, nos hemos dado cuenta por nuestra propia experiencia profesional de que los placeres pueden ser múltiples y no podemos pretender haberlo descubierto todo y ofrecer un manual de instrucciones para alcanzar el placer. Es verdad que en la sexualidad y el deseo femenino existe una parte muy mecánica, existen técnicas para estimular el clítoris por vía externa o interna, pero también está toda la esfera mental, la que va a determinar que el orgasmo se convierta en un experiencia con mayúsculas.

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Creo que lo apropiado sería preguntarse ¿qué es lo que yo quiero, qué es lo que deseo, qué me produce y qué no me produce placer? Si escuchamos a nuestro cuerpo, la manera en que reacciona, tenemos el hilo conductor que nos corresponde a nosotros mismos.

Es verdad que en la sexualidad y el deseo femenino existe una parte muy mecánica, pero es la esfera mental la que va a determinar que el orgasmo se convierta en un experiencia con mayúsculas

Alcanzar una vida sexual satisfactoria

Si las mujeres quieren tener una vida sexual plena, ¿tienen que llevarse bien con su clítoris?

Sí, por supuesto. Este descubrimiento tiene que hacerse en función de la edad. Ya desde el vientre materno nos descubrimos, nos toqueteamos, las niñas pequeñas también, se acarician hacia los cinco-seis años, algunos padres se inquietan cuando se trata simplemente de experimentar sensaciones nuevas y placenteras que no están ligadas a la sexualidad. Después llegan las hormonas y la adolescencia, donde va a estar asociado con un deseo más erótico y fantasioso. La masturbación, la autoestimulación, es una manera inmejorable de aprender a conocerse, de hacerse amiga de su clítoris. Pero siempre le digo a todas las mujeres que si experimentan sensaciones negativas cuando lo hacen por una razón o por otra, que jamás hay que forzarse a hacer algo que no sentimos.

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Al final ser amiga de tu clítoris es respetarlo, y respetar nuestras emociones. Tengo un colega canadiense que lo expresa muy bien cuando dice que la “sexualidad es perfectamente natural, pero no es naturalmente perfecta”. Existen muchas vías para acceder al placer, no hay que presionarse, sino descubrir su propio camino.

La masturbación, la autoestimulación, es una manera inmejorable de aprender a conocerse, de hacerse amiga de su clítoris

El libro también nos invita a desterrar la idea de diferenciar entre orgasmo vaginal y clitoridiano, porque no se corresponde con la realidad.

No existe unanimidad todavía, pero los sexólogos más punteros ya no los distinguen, sino que afirman que existe un sólo orgasmo y el órgano responsable es el clítoris. Lo cual no quita para que cada una tenga sus preferencias, las hay que van a preferir la estimulación externa en el glande del clítoris, con mayor o menor intensidad y muchas variedades y las hay que prefieren las caricias internas a base de presiones en la pared vaginal. Pero vale ya de distinciones entre “clitoridianas” y “vaginales” que no van a ningún lado, de hecho, si creo que soy más bien de estimulación externa, pienso que sólo voy a disfrutar con los preliminares y me voy a aburrir con la penetración, e inversamente podemos pensar que nos podemos saltar los preliminares sin problemas si lo que nos gusta es la penetración…, mientras que si pensamos en estimular el clítoris externa e internamente en función de nuestras preferencias, podemos añadir un ingrediente: si por ejemplo somos más reactivas a la estimulación externa, durante la penetración podemos coger la mano de nuestra pareja o la nuestra y acariciar el glande del clítoris.

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Otro punto muy importante para alcanzar el placer es que nuestro clítoris esté en erección, para eso tenemos que estar muy excitadas y para excitarse hay que despertar todo el cuerpo y después estimular el clítoris. Si bien mi libro se centra en el clítoris, se basa sobre todo en el placer de los sentidos y en la conexión con una misma, que no es siempre fácil.

Si bien mi libro se centra en el clítoris, se basa sobre todo en el placer de los sentidos y en la conexión con una misma, que no es siempre fácil

Educar en sexualidad femenina desde pequeñas

Uno de los capítulos del libro está dedicado a la educación en los colegios, se suele estudiar más a fondo los órganos sexuales masculinos que los femeninos, donde a veces el clítoris no viene ni representado. ¿Por qué?

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Anatómicamente, estamos constituidos de diferente forma. Mientras que el hombre puede ver, tocar y manipular su pene desde pequeño, el clítoris es un órgano muy misterioso cuya mayor parte se encuentra en el interior, lo que ha provocado mucha especulación y desconocimiento. De hecho, las investigaciones científicas sobre la sexualidad femenina han llevado siempre un considerable retraso. Creo que si simplemente incorporamos la palabra clítoris en la escuela, sería un gran paso. A veces tengo la impresión de que es como decir una palabrota, ¡el colmo cuando estamos hablando de un órgano asociado al placer al cien por cien! Debería ser una palabra bonita, por qué hacer de ella una palabra tabú… Creo que es justamente porque no se habla del clítoris lo suficientemente pronto, enseñar que está ahí y para qué sirve. En mi consulta tengo una representación de un clítoris en tres dimensiones y muchos pacientes me preguntan qué bicho es ese.

Creo que si simplemente incorporamos la palabra clítoris en la escuela, sería un gran paso

¿Y el clítoris envejece, como el resto del cuerpo?

Con la edad, nuestra actividad sexual se ralentiza, atravesamos un momento hormonal convulso con la menopausia y está claro que vamos a estar menos reactivas. Al mismo tiempo, muchas mujeres dicen que a medida que pasan los años, como se conocen mejor, experimentan un mayor placer, es como si el bajón físico se compensara con una mayor conexión con su propio cuerpo.

¿Qué tienen los hombres que saber sobre el clítoris?

Los hombres tienen que entender sobre todo que no se trata de apretar un botón y ya está. Muchos vienen a mi consulta y me dicen que su mujer no tiene un orgasmo durante la penetración y que, por tanto, no son buenos amantes. En absoluto es así, tienen que entender que el orgasmo femenino no es sistemático, cada mujer es diferente, hay muy pocas mujeres que aseguren tener un orgasmo siempre, la mayoría dice que depende mucho de su estado de ánimo, de lo cansadas que estén…

Hay que ver el momento de la intimidad sexual como una fuente de placer en sentido amplio y el orgasmo como un pico, eso hará que tanto hombre como mujer se sientan menos presionados.

Un punto muy importante para alcanzar el placer es que nuestro clítoris esté en erección

Conocernos y explotar nuestra recursos en positivo

¿En qué consiste la sexualidad positiva que promueves en tu trabajo como sexóloga?

Significa sobre todo que, pase lo que pase, hay que seguir siendo positivo. ¿Por qué? Estadísticamente hablando sabemos que vamos a pasar todos por un momento de dificultad sexual. Es perfectamente normal en una vida de pareja que sus vivencias hagan que tengan altibajos. Habrá momentos estupendos que hay que saborear y habrá momentos en que nuestra sexualidad entre en barrena. Existe una tendencia general a centrarse en lo que no va bien y de reducir la vida íntima a aquello que no funciona, que, o bien se convierte en un tema recurrente o bien lo evitamos por miedo a crear tensiones, frustraciones. Lo importante es subrayar que somos ricos en recursos, y que si nos basamos en nuestras riquezas, en lo positivo, tenemos la posibilidad de superar ese momento porque sabemos que la sexualidad es fluctuante.

Alguna mujeres vienen a mi consulta y me dicen que han dejado de sentir el más mínimo deseo. Yo les contesto que no digan eso y les pregunto si la pareja va bien y por sus deseos de pareja. Me contestan que consisten en ir a pasear, cogerse de la mano, abrazarse… pues ahí están los deseos íntimos, que en ese momento no están orientados a la genitalidad, a la penetración, pero no hay que cerrar todas las puertas del deseo, eso nos permitirá tener momentos en los que en vez de abrazarnos, por ejemplo, nos podemos acariciar la espalda, puede que esta caricia nos dé ganas de que nos acaricien el pecho, o el sexo, lo que no hay que hacer es limitarse, cuando nos limitamos, nos bloqueamos.

Los hombres tienen que entender sobre todo que no se trata de apretar un botón y ya está

El momento posparto suele ser justamente uno de los momentos más complicados para las parejas y las mujeres, a las que les suele costar más retomar su vida sexual.

Los mayores enemigos de una buena sexualidad son la fatiga –y está claro que cuando tenemos un bebé no dormimos lo suficiente– y el estrés –un bebé también genera muchas preocupaciones y tareas–. Así que muchas mujeres experimentan un bajón de su deseo totalmente normal después de dar a luz: muchas tienen miedo de que les duela y aunque no les duela ahí abajo, el perineo ha sufrido durante el parto, y estará menos reactivo, va a englobar menos el pene, lo que hará que sienta menos placer, y por tanto menos deseo.

Es el momento de descansar, debemos redescubrir nuestro cuerpo, a nivel físico y mental, la mujer que somos y esto toma un poco de tiempo.

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