Isabel Trueba

Neurocoach especialista en autoexigencia, conferenciante, Emotional Mind Trainner y autora de ‘Yonquis emocionales’
Isabel Trueba, experta en autoexigencia y autora de ‘Yonkis emocionales’, nos enseña a silenciar los pensamientos negativos y a identificar y cambiar las creencias limitantes para alcanzar el bienestar emocional sin caer en las trampas de la mente.
Isabel Trueba
“Todos aspiramos a ser mejores, pero no todo el mundo está dispuesto a hacer lo necesario para conseguirlo por falta de confianza, o por la creencia de que va a resultar difícil y requerir mucho esfuerzo”

15/02/2024

¿Qué impacto tienen nuestros pensamientos y emociones en las decisiones que tomamos? Para Isabel Trueba, neurocoach y experta en desarrollo del talento emocional, que se ha convertido en una divulgadora del bienestar emocional con miles de seguidores en Instagram, el impacto es enorme, ya que los pensamientos influyen en las emociones y, estas, en las conductas. Si los pensamientos son limitantes afectaran negativamente las acciones y resultados en la vida. Lo analiza en Yonquis emocionales (Cómo liberarnos de pensamientos destructivos) de Alienta editorial, un libro que nos habla de una metodología que combina neurociencia e inteligencia emocional para transformar patrones mentales automáticos. La obra no solo revela la conexión entre pensamientos y emociones, sino que también proporciona herramientas prácticas para silenciar la voz crítica interna y lograr un equilibrio interno. “Todos podemos alcanzar la paz interior y alcanzar nuestros objetivos de vida sin caer en las trampas de la mente”, dice en esta entrevista, y nos explica cómo hacerlo.

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¿Qué motivó tu transición del mundo empresarial a convertirte en divulgadora sobre bienestar emocional?

Portada "Yonkis emocionales"

En mi caso fue una necesidad personal relacionada con mi salud. Durante años mi mala gestión emocional había pesado tanto, que afectó de manera importante a mi salud. Una enfermedad “de origen emocional” como me dijo el médico entonces me obligó a parar y a buscar la manera de recuperar mi vida. Encontré la solución al cabo de mucho estudio y trabajo personal, y decidí divulgar y acompañar a otras personas para desarrollar este súper poder que tenemos todos los seres humanos de modelar nuestra mente a nuestro favor.

Cuentas con una trayectoria en ‘neurocoaching’, inteligencia emocional y coaching con valores. ¿Cómo crees que estas disciplinas pueden impactar positivamente en la vida de las personas?

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La clave está en la neurociencia. Además de estas disciplinas que comentas, me he formado en muchas otras durante años, porque el autoconocimiento es infinito. Pero lo que realmente me cambió la vida fue comprender cómo las limitaciones se encuentran en nuestra mente. Comprender cómo funcionamos, cuáles son los programas de ese “ordenador” que nos dirige, y entender que podemos reprogramarlo para que nos impulse en la vida. Desde esa perspectiva desarrollé una metodología basada en la práctica para modelar la mente.

Muchas personas quieren mejorar, quieren cambiar patrones, conductas… y, como la mayoría me dicen, conocen la teoría, saben lo que deberían hacer, pero son incapaces de hacerlo. Y no son capaces porque sus patrones mentales están grabados y funcionan en modo “piloto automático”. Si quieres mejorar, necesitas grabar nuevos pilotos en tu mente y eso necesita de entrenamiento. Parecido a entrenar los abdominales, ¡pero mucho menos doloroso!

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¿Podrías compartir alguna experiencia personal o profesional que haya influido en tu enfoque hacia el bienestar emocional y el desarrollo del talento?

A nivel personal mi gran transformación ha sido trabajar mi sobre exigencia. Durante años mis patrones aprendidos me hicieron vivir para construir el personaje de Superwoman. Ejecutiva, madre perfecta, hija, amiga… Un personaje que podía con todo, que siempre estaba bien, y que era incapaz de parar de hacer cosas porque se sentía poco productiva.

Cuando vives en la auto exigencia alta, crees que lo estás haciendo todo bien, pues el cerebro es el rey del autoengaño

Cuando vives en la auto exigencia alta, crees que lo estás haciendo todo bien, pues el cerebro es el rey del autoengaño. Pero no era consciente de la carga emocional que conlleva. Comprender que ese perfeccionismo estaba matando mi capacidad de disfrute y mi serenidad, y ser capaz de cambiarlo, me ha proporcionado mucha serenidad. Ahora vivo como persona, y no buscando ser un personaje.

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Con miles de seguidores en tu perfil de Instagram, ¿cómo utilizas las redes sociales para guiar a las personas hacia un mayor bienestar emocional?

Intento transmitir mensajes de valor. Mi intención es ayudar con ellos a las personas a tomar conciencia de que el origen de su malestar tiene una solución mucho más sencilla que esperar a que el mundo se ordene a tus pies. La solución siempre está en uno mismo. Todos conocemos casos de personas que han vivido tragedias y son capaces de mantener la serenidad a pesar de las preocupaciones o la tristeza.

La felicidad y el placer no son lo mismo. En la medida de lo que puedo, intento transmitir esos mensajes de conciencia para enviar un mensaje de esperanza. Todos podemos mejorar, todos podemos alcanzar la paz interior y alcanzar nuestros objetivos de vida sin caer en las trampas de la mente.

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Cómo entrenar la mente para tomar el control de las emociones

En tu libro mencionas la conexión profunda entre pensamientos y emociones, destacando que interpretamos la realidad a través de nuestros pensamientos. ¿Cómo pueden las personas tomar el control de las emociones que estos pensamientos despiertan en ellas?

Todos nosotros podemos crear emociones de manera consciente a través del pensamiento. Si te pido que recuerdes un momento de tu vida de mucha alegría, y lo visualizas, puedes generar físicamente esa alegría en ti. La clave se encuentra en ser capaz de entrenar nuestro diálogo interno, nuestros pensamientos destructivos, y transformarlos en pensamientos objetivos.

La mentalidad Begrow lo que pretende es ayudar a las personas a crecer paso a paso cada día

No me refiero al pensamiento positivo que a veces escuchamos por ahí. No se trata de decirte que tú puedes con todo, o que todo va a salir bien. Esto no funciona, pues la realidad es que no todo el mundo puede con todo, ni nadie sabe cómo van a salir las cosas, pues no tenemos bola de cristal. Si tu cerebro no se cree ese pensamiento, no te sirve de nada.

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¿Y cómo convencemos a nuestro cerebro?

Cuando hablo de pensamiento objetivo, me refiero a ampliar perspectivas. Cualquier situación que vivamos puede tener diferentes perspectivas. Imagina que un compañero de trabajo te habla mal. Tú puedes pensar que le caes mal, o que piensa que has hecho mal tu trabajo… Sin embargo, si tiras del hilo puedes sacar muchas otras conclusiones: está cansado, ha tenido un problema con otra persona, etcétera. Y, al final, puede que esa mala contestación no tenga nada que ver contigo.

Entrenar el pensamiento lateral y el pensamiento objetivo consiste en no quedarse con la primera respuesta y buscar más alternativas. Preguntar, investigar, y obtener un mapa de la realidad más amplio, que te permita luego quedarte con una respuesta que te proporcione la emoción que buscas.

Si volvemos al ejemplo anterior, si pienso que mi compañero está mal porque le acaban de dar una mala noticia personal, podré sustituir el enfado por empatía y que no afecte a nivel personal. Para conseguirlo, es necesario saber cómo entrenar estos pensamientos de manera correcta y, como decía al principio, poner acción. Practicar es fundamental.

“No se puede tener una mente negativa y una vida positiva”, dices.

Ya hemos visto que el pensamiento genera emociones, y las emociones generan conductas. De hecho, la función de las emociones es la de ponernos en acción para reaccionar ante algo que ocurre. Si aceptamos que gran parte de los resultados de nuestra vida son consecuencia también de nuestra conducta y las decisiones que tomamos, podemos confirmar que, si la mayoría de tus pensamientos son limitantes o destructivos, tus emociones lo serán, esto condicionará tus acciones, y tus resultados no serán los que esperas.

Existen miles de creencias y cada uno tenemos las nuestras. Es importantísimo saber identificar aquellas que no nos permiten dar lo mejor de nosotros, y después trabajarlas

Pongamos un ejemplo sencillo: quieres ascender en tu trabajo. Te enteras de una vacante de un puesto que te gustaría y comienzas a pensar: no eres suficientemente bueno, no estás preparado, hay gente mejor que tú, no tienes claro si te lo van a dar… Estos pensamientos van a generar una inseguridad en ti que puede que te paralice (no aplico al puesto) o, si aplicas, en la entrevista transmitirás esa inseguridad, reduciendo tus posibilidades de conseguir el puesto de trabajo. Esto nos ocurre en cientos de decisiones que tomamos cada día, desde la hora a la que pongo el despertador, si me como la manzana o el chocolate, si voy al gimnasio, o me enfado con mi pareja por una bobada… Todo afecta en tu vida.

Metodología Begrow para crecimiento personal y bienestar emocional

¿En qué consiste la filosofía BEGROW y cómo puede aplicarse en la búsqueda del bienestar emocional?

Todos aspiramos a ser mejores, pero no todo el mundo está dispuesto a hacer lo necesario para conseguirlo. Muchas veces por falta de confianza, o porque se priorizan otros temas en el día a día, o por la creencia de que va a resultar difícil y requerir de mucho esfuerzo puntual.

Cuando no vivimos en coherencia con nuestros valores en el trabajo, con la pareja, con los amigos…, es complicado encontrar la paz

La mentalidad Begrow lo que pretende es ayudar a las personas a crecer paso a paso cada día. No consiste en hacer un curso, o leer un libro y listo. Consiste, primero, en tomar conciencia de ese poder que tenemos todos los seres humanos (da igual la edad y el momento en el que te encuentres) de modelar nuestros patrones mentales a nuestro favor.

Una vez sabes que es posible, tu objetivo es hacer algo diferente cada día que te ayude a conseguir esas mejoras. Consiste en salir de la rueda de hámster, de dejar de sobrevivir en piloto automático, y comenzar a vivir con más conciencia. Dedicar cinco minutos al día a reflexionar y tomar acción sobre aquello que de verdad es importante en tu transformación.

¿Es un proceso largo?

Para incorporar esa mentalidad Begrow, necesitamos iniciar un proceso que pasa por tres etapas:

  • La primera es conocer y comprender cómo funciona nuestra mente. Conocer el cableado, el hardware del ordenador.
  • En la segunda fase necesito conocer los programas que están instalados en mi mente (autoconocimiento), para poder valorar y decidir cuáles son útiles y me ayudan en la vida, y cuales están obsoletos o me limitan. Es la etapa en la que establezco mis objetivos de entrenamiento mental personalizados, ya que cada mente y cada persona somos un mundo.
  • La última fase es la acción. Necesito herramientas prácticas para poder aplicar la teoría que he descubierto en las etapas anteriores. Existen muchas maneras de entrenar esos circuitos neuronales, a través de ejercicios, meditación, escritura…. Esta fase es crucial, ya que nadie construye su vida con buenas intenciones. Es necesario poner acción para ver los resultados.

A nivel personal, a no ser que hablemos de personas con alguna patología, con la ayuda adecuada y con perseverancia siempre podemos cambiar internamente

¿Qué herramientas pueden servir de inspiración para que los cambios sean duraderos?

Podría darte muchas, pero, si tengo que elegir, creo que existen tres que son las que más impacto suelen tener en las personas a las que acompaño:

  • El eneagrama: es una herramienta que ayuda a conocer nuestro esqueleto mental, a entender el modelo de personalidad de cada uno. Lo que me gusta del eneagrama es que no solo es una herramienta reflexiva, también nos proporciona un plan de acción claro para mejorar. Hay mucha información online y test sobre ella, pero normalmente no sirven de mucho. Necesita conocerse bien para que sea realmente útil.
  • El juego de valores: dedicar tiempo a reflexionar sobre los valores que son más importantes para cada uno es fundamental. Vivimos en una sociedad que nos lleva a todos a buscar lo mismo, pero la realidad es que cada uno es diferente. Cuando no vivimos en coherencia con nuestros valores en el trabajo, con la pareja, con los amigos…, es complicado encontrar la paz. Realizar un trabajo respecto a los valores ayuda a detectar posibles disparadores de alarmas emocionales, y a actuar en consecuencia y tomar decisiones.
  • Las herramientas del circuito emocional para entrenar el cambio de pensamientos destructivos. Como ya hemos dicho antes, el origen está en los pensamientos a los que damos poder. Entrenar el pensamiento es fundamental.

Autoconocimiento para acabar con las creencias limitantes

¿Qué son las creencias limitantes y qué tipos suelen darse?

Todos vivimos en base a creencias. Una creencia es una realidad que tú vives como verdad absoluta, pero que no tiene que serlo. Cualquier idea que uno considera verdad, pero que es susceptible de tener diferentes puntos de vista, ya es una creencia. Ninguno somos objetivos al 100%, ya que nuestro cerebro no tiene la capacidad de recoger toda la información, y siempre la va a filtrar en base a lo que le interesa.

Igual que hemos dedicado tiempo a formarnos para ser buenos profesionales, invertir en nuestro entrenamiento mental es fundamental para conseguir nuestros propósitos de vida sin caer en las trampas de la mente

Las creencias en sí no son un problema, se convierten en una limitación cuando te impiden dar lo mejor de ti. La creencia, por ejemplo, de que uno no puede equivocarse, provoca parálisis por análisis y mucha ansiedad. Otra creencia habitual es pensar que el éxito profesional significa tener dinero y un título “importante”, algo que puede provocar inseguridad e insatisfacción permanente.

Existen miles de creencias y cada uno tenemos las nuestras. Es importantísimo saber identificar aquellas que no nos permiten dar lo mejor de nosotros, y después trabajarlas. Existen herramientas en neurociencia de cambio de creencias muy efectivas, para sustituirlas por otras que no nos limiten.

¿Siempre que se quiere cambiar algo se puede? Pienso en contextos complejos de precariedad en los que puede ser muy complejo iniciar determinados cambios.

Si hablamos de cambios externos mi respuesta es no. Cuando pretendemos cambiar a otra persona, o las circunstancias, no siempre depende de nosotros. Por eso cuando trabajo objetivos con mis alumnos, siempre deben ser objetivos con uno mismo. A nivel personal, a no ser que hablemos de personas con alguna patología, con la ayuda adecuada y con perseverancia siempre podemos cambiar internamente.

Responsabilizarse de las emociones es el antídoto más efectivo para ser mejores

En mi caso, sufrí durante años un trastorno de ansiedad provocado por esa hiperexigencia. Conseguir liberarme me llevó años y tuve que buscar ayuda en diferentes lugares hasta que di con las personas adecuadas. Esta es una opinión, por supuesto, y, repito, siempre que no exista una patología médica.

¿Cuál consideras que es el primer paso crucial para quienes desean iniciar su propio viaje de autoconocimiento y transformación emocional según tu enfoque?

El primero es tomar la decisión de hacer algo y responsabilizarse de esa decisión. El primer paso es querer cambiar y estar dispuesto a hacer lo que sea necesario para lograrlo. Me he encontrado con personas que quieren, pero luego llegan las barreras de la mente y se ponen excusas como falta de tiempo, o chocan con la dificultad personal de enfrentarse a su autoconocimiento. Nuestra mente va a intentar siempre que nos quedemos como estamos, por lo que debemos ser capaces de automotivarnos para ponernos en acción y no dejar que las excusas nos impidan avanzar.

Por último, ¿cuál es el mensaje principal que te gustaría transmitir con ‘Yonquis emocionales’?

Entrenar nuestra mente emocional es necesario para todos, no solo para las personas que están pasando una dificultad. Igual que hemos dedicado tiempo a formarnos para ser buenos profesionales, invertir en nuestro entrenamiento mental es fundamental para conseguir nuestros propósitos de vida sin caer en las trampas de la mente.

La calidad de las emociones condiciona nuestra toma de decisiones, nuestras relaciones, nuestra salud y nuestra sensación de felicidad. Convivimos con ellas cada segundo del día y responsabilizarse de ellas es el antídoto más efectivo para ser mejores.

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