Núria Jorba

Psicóloga clínica, sexóloga, terapeuta y autora de ‘Parejas imperfectas y felices’
Las parejas se deben trabajar para que funcionen, si no, están abocadas al fracaso, como sostiene Núria Jorba, psicoterapeuta y autora de ‘Parejas imperfectas y felices’. No te pierdas sus trucos para construir una relación sana.
Núria Jorba, psicóloga clínica, sexóloga y terapeuta de parejas
“El amor no tiene nada que ver con el enamoramiento y una pareja tiene que tener 50% de reflexión, análisis y parte racional, y 50% emocional”

01/07/2022

El amor de hoy en día poco tiene que ver con el que se daba hace unas décadas, los roles son diferentes y el gran avance de las tecnologías no ayuda, sino que más bien empeora las relaciones. De esto, y mucho más, hemos podido hablar con Núria Jorba, psicóloga clínica, sexóloga, terapeuta y autora de ‘Parejas imperfectas y felices’ (Editorial Arpa). La experta, que está acostumbrada a ver casos y relaciones de todo tipo en su consulta, nos ha contado cómo ha cambiado el amor en los últimos tiempos y cuál podría ser su causa; además, reflexiona y repasa muchos aspectos del amor de los que a veces no se habla o que son tabú, como los celos o las infidelidades, últimamente el tema de moda que está en boca de todos desde que se anunciase la separación de la cantante Shakira y el jugador Piqué, supuestamente por este motivo. No te pierdas los consejos que nos da la psicoterapeuta para conseguir unos pilares fuertes en nuestras relaciones y, como bonus extra, nos ha chivado algunos truquitos para que nuestras parejas sobrevivan al verano, la época donde más divorcios y rupturas sentimentales hay. Sigue leyendo y descubre cómo llevar tu relación de pareja a un nivel superior.

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El amor y el concepto de pareja ya no son lo que eran, ¿cómo han ido cambiando y cuándo crees que comenzó ese cambio?

Libro: "parejas imperfectas y felices "de Núria Jorba

Ha habido una evolución del amor increíble en los últimos 13 años, yo te diría que el cambio lo noté hace unos 10 años, de manera muy progresiva, pero el cambio radical te diría que fue hace cinco años. Básicamente creo que hay dos causas principales: la primera es que la sociedad cada vez tiene más opciones, pero el problema está en que no sabemos gestionarlas. Este gran abanico nos hace salir del rol pareja heterosexual normativa monógama y de la idea de que hombre y mujer tienen unos roles súper claros. Antiguamente no teníamos que pactar cosas como quién se encargaba de las tareas de la casa, cómo distribuíamos la economía, si queríamos o no tener hijos, qué tipo de relación sexual –con más abertura o menos– queríamos tener… Todo esto no se pactaba.

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Este es uno de los motivos principales; y el segundo diría que es la sociedad de la inmediatez, estamos en una sociedad en la que lo queremos todo ya, las tecnologías están fomentando cada vez más que esto sea así. ¡Ojo! Que son muy útiles, pero en el tema de las relaciones no demasiado. Esos dos motivos son los que considero que están generando un caos social en el aspecto de las relaciones.

Hablas de la tecnología como método que nos mantiene en contacto, pero ¿crees que estar todo el día conectados con nuestra pareja puede hacer que no se tengan temas de conversación al verse, o que no se eche tanto de menos al otro?

¡Claro! Yo me he dado cuenta, y hay algunos estudios que lo reafirman, que el enamoramiento se ha reducido del año a los seis meses, y esto es porque antes tardabas aproximadamente un año en saberlo todo sobre esa persona, porque no se estaba tan conectado. Ahora se pregunta qué se ha comido, qué se ha cenado, se llama a la otra personas cada vez que pasa algo…, estamos en un continuo contacto.

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Con las redes sociales pasa lo mismo, entro en Instagram y puedo ver qué te ha pasado en tu vida y, aunque no siempre es la realidad, podemos hacernos una idea. Todo esto está afectando a que no sepamos cómo gestionar el vínculo porque, claro, por ejemplo, muchas parejas estables están hablando durante el día y luego al llegar a casa no tienen nada que contarse, y la gente que estás empezando a conocer te está contando tanto que cuando vas a la cita ya sabes todo de la otra persona.

En tu libro preguntas al lector si se ha llegado a plantear o se ha parado a pensar en qué es realmente para ellos una pareja. ¿Es este uno de los problemas de las relaciones de hoy en día? ¿Qué es exactamente lo que hay que pensar?

Creo que faltan muchas herramientas, es decir, a medida que he ido viendo pacientes a lo largo de los años observo que cuando les digo que definan a la pareja, me dicen ‘pero, ¿cómo?’. Por eso el libro lo he orientado mucho a ejercicios, a casos concretos, para que sea muy práctico y muy fácil. Lo primero de lo que me he dado cuenta es que si nosotros no tenemos definida nuestra idea de pareja, que al final es nuestro deseo y nuestras necesidades para estar bien con alguien, si no partimos de esa idea, como hay tantas posibilidades, al final no cuaja.

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A veces se juntan dos personas con conceptos de pareja distintos, y de ahí vienen los problemas. Es decir, si una persona es de estar en contacto constante, otra persona entiende la pareja como muy liberal y muy independiente; o una la entiende muy enfocada al compromiso y otra la entiende de fluir e ir experimentando, esto hace que surjan muchísimos conflictos que nos podríamos ahorrar.

El primer paso que deben dar dos personas es pensar si su idea de pareja es igual a la de la otra persona, definir qué necesita cada uno, viendo si cumple con los requisitos de una relación saludable, ir gestionando las emociones… Si hacemos todo esto, en principio, la relación tendría que ir fantástico.

¿Qué debe tener una pareja para no ser perfecta, pero sí feliz? ¿Cuáles serían los pilares básicos?

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Últimamente veo mucho eso de que cuando una persona sabe estar bien consigo misma es cuando es el momento ideal para tener pareja. Eso es precioso pero ¿cuándo estamos 100% bien? Yo diría que nunca, si tenemos que estar perfectamente para conocer a alguien nos vamos a quedar solos seguro. Entonces, yo creo que el objetivo no es este, el objetivo es saber gestionar nuestras emociones, yo opino que la autogestión emocional es la clave para tener una pareja feliz. Esto en primer lugar. Después, si yo tengo una autogestión emocional, defino bien lo que yo necesito y lo sé exponer cuando conozco a alguien, tampoco digo de golpe el primer día, sino que lo sé ir defendiendo y poniendo en práctica, entonces habrá una relación feliz seguro.

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Enamoramiento versus amor saludable

Dices que desde tu perspectiva profesional crees que se tiende a idealizar el amor. ¿Por qué?

Muchas veces escucho que el amor es esa parte de sentir, de mariposas, de magia… y muchas parejas vienen a mí diciéndome que ya no están enamorados. Y, claro, yo les digo que es normal, que el enamoramiento es la idealización del otro, y cuando lo vas conociendo dejas de estar enamorado. Erich Fromm, un psicólogo que ha estudiado el amor en todas sus facetas y cito en el libro dice que el amor aparece cuando el enamoramiento desaparece. El amor no tiene nada que ver con el enamoramiento y una pareja tiene que tener 50% de reflexión, análisis y parte racional, y 50% emocional.

Por tanto, hay que tener cuidado con esa expectativa en la que se piensa que la pareja lo va a dar todo, la idea de la media naranja, de estar todo el día sintiendo y echando de menos al otro. Yo digo que no. Una pareja es una persona que tengo al lado, un compañero de vida con el que tengo una amistad, experimento sensaciones de atracción y deseo y, más a más, nos potenciamos. Esto es realmente una relación, no es mucho más.

Amor romántico vs amor saludable. ¿Cómo es cada uno? ¿No son compatibles?

En principio no son compatibles, muchas veces al amor saludable se le llama amor maduro, pero a mí no me gusta llamarlo así porque parece que tengamos que ser experimentados y adultos para tenerlo, y por eso prefiero llamarlo amor saludable. El amor romántico es ese amor basado únicamente en las sensaciones, en sentir, en la pasión, en la atracción… no hay nada racional. Es como que no hay que trabajar la relación; esa es la idea, que no hay que trabajarla, ni luchar por ella. Por tanto, si dejo de sentir y deja de fluir, significa que ya ha terminado todo. Y encima se tiene una base de necesitar a la otra persona, y eso no es sano.

El enamoramiento se ha reducido del año a los seis meses, porque antes tardabas aproximadamente un año en saberlo todo sobre esa persona porque no se estaba tan conectado

Hay que entender que la pareja es equipo, que tiene una parte de lucha, que tiene su independencia pero que se potencia mutuamente, que se tenga la sensación de poder ser tú mismo, de libertad, pero también significa que hay un esfuerzo, un sacrificio, hay unos momentos en los que estás más conectado y otros menos conectado. Tenemos que tener muy claras estas diferencias porque la relación romántica lleva a una relación tóxica, porque lleva a la necesidad, al exceso de adaptación, a permitir conductas inapropiadas, etcétera.

Me ha llamado mucho la atención que expones que toda pareja está destinada a separarse, que una pareja no se mantiene por sí sola, y que si se deja a su aire acaba siempre por morir. Entonces ¿cómo podemos mantener una relación ‘vivita y coleando’?

Yo esto lo digo porque si pretendemos que la relación fluya sin hacer nosotros nada, es algo imposible e inviable. Si no hacemos absolutamente nada la relación se va a morir, sí o sí. Lo que tenemos que hacer es entender que estamos juntos, pero que con el tiempo nos vamos a ir separando o distanciando, vamos haciendo una relación divergente. Entonces, o hay un trabajo activo, de ir conectando, de ir hablando, de ir construyendo, de generar esfuerzos o momentos íntimos, o la pareja se acabará terminando.

A veces se juntan dos personas con conceptos de pareja distintos, y de ahí vienen los problemas

Y en cuanto a conocer gente mediante apps para ligar, que es cada vez más común, especialmente tras la pandemia. ¿Qué consejos darías a aquellos que quieran utilizar esta vía para encontrar pareja?

Exacto, es la principal vía para encontrar pareja hoy en día. Lo primero que les diría a estas personas es que no sea su única vía, porque si hay solo un camino se puede generar mucha obsesión en el tema. Además, estas aplicaciones están hechas para generar cierta adicción, como todas las tecnologías, porque siempre te están mostrando personas nuevas, siempre te ofrecen alternativas, y esto puede generar adicción. La primera norma es que las aplicaciones no sean la única opción, que tengamos alternativas más de tú a tú, más reales, más de salir o de hacer alguna actividad.

¿Cuándo estamos 100% bien? Yo diría que nunca, si tenemos que estar perfectamente para conocer a alguien nos vamos a quedar solos seguro

En segundo lugar, que se tenga muy claro lo que se busca, no para ser demasiado estricto, pero sí para saber poner líneas rojas. En tercer lugar, que no se alargue el conocer a la persona y el quedar, porque si no fomentamos más la idealización y la posibilidad de fracaso y de frustración, porque al final has estado, por ejemplo, un mes hablando con alguien y cuando quedas no hay química, o no es lo que a ti te parecía. De hecho, ya se ha llegado a identificar el síndrome de la fatiga de las aplicaciones de citas. Ya se está viendo que hay una fatiga específica que genera cierta ansiedad y cierta depresión, si caemos en este conozco no encuentro, conozco no encuentro.

También es importante que no se conozcan demasiadas personas en un mismo tiempo, porque al final no sabes qué sientes por uno o por otro. Yo siempre digo que lo mejor es escoger a una persona, centrarse en ella, y después, si hace falta, cerrar y empezar otro capítulo y ser honestos. Las aplicaciones te venden que siempre puedes encontrar algo mejor, lo que hace que al final no te quedes con nadie. Siempre existe la posibilidad de que haya algo mejor, incluso si conoces a otra persona de manera ajena a las aplicaciones, pero hay que valorar y sopesar si me vale la pena y centrarse en esa persona.

El enamoramiento es la idealización del otro, y cuando lo vas conociendo dejas de estar enamorado

También hay que evitar a toda costa desaparecer, el temido ghosting, lo mejor es decir que no te sigue interesando y tener responsabilidad afectiva, porque si no vamos dejando cadáveres emocionales. Estamos en la sociedad de la evitación del conflicto, hay miedo a tenerlo, y eso nos lleva a dejar esos cadáveres emocionales que te decía, pero también a no construir una relación sana, porque para ello hay que atreverse a no gustar, a que el otro se sienta mal, a que haya discusiones…, para construir hay que discutir, aunque siempre positivamente.

Celos en la pareja, ¿actitud tóxica o sentimiento natural?

Uno de los grandes problemas de las relaciones son las actitudes tóxicas, que a veces pasan desapercibidas o no se quieren ver. ¿Podrías enumerarnos algunas líneas rojas que no se deberían cruzar nunca en una relación?

Si sientes que estás todo el rato intentando adaptarte a la otra persona, o sientes que no es una relación equitativa o igualitaria, eso ya indica algún problema. Otra cosa que no hay que permitir son las faltas de respeto, porque eso a veces pasa, y no se debe permitir en ningún lugar, ni en la intimidad.

Una pareja es un compañero de vida con el que tengo una amistad, experimento sensaciones de atracción y deseo y, más a más, nos potenciamos

Tampoco hay que permitir el control ni los celos injustificados, ni sentirnos mal o tener miedo de hacer algo, o dejar de hacer algo para que eso no genere un conflicto. Hay que tener muy claro esas líneas rojas; también lo son los comentarios despectivos o las malas sensaciones. Una pareja hay que trabajarla, pero no hay que sufrirla, son cosas muy diferentes.

Hablas de los celos, que defines como un sentimiento humano natural, entonces ¿no son una conducta tóxica? ¿Dónde está el límite que marca que estamos ante celos negativos?

Los celos naturales son aquellos que los gestiono yo misma pero de los que te puedo informar, los tóxicos son aquellos de los que te hago responsable. Una cosa es decirle a tu pareja que, por ejemplo, cuando queda con cierto amigo o amiga con quien notas que hay feeling te sientes inseguro o insegura, y otra cosa es prohibirle quedar o enfadarte por ello, o actuar en consecuencia. Sentir celos es una cosa natural, pero hay que hacerse responsable a uno mismo de ellos y trabajar para que no supongan un problema en la relación.

¿Y cómo se pueden trabajar?

Los celos indican que alguien te gusta, porque en el fondo estamos en la sociedad de la propiedad, mi coche es mío, mi casa… Esta sensación se traslada a la pareja, es inevitable. Entonces lo primero es pararse y pensar que es algo nuestro. Por supuesto, si es una conducta porque hay celos justificados, que es cuando nuestra pareja nos está haciendo boicot y está intentando hacernos sentir inseguros para controlarnos, eso serían unos celos tóxicos. Pero si, por ejemplo, queda con un amigo o amiga, o quiere hacer algo que le apetezca con otra persona, o no es nada en contra de mí, entonces automáticamente me tengo que hacer responsable.

En segundo lugar, es fundamental autogestionarlo, regulando nuestras emociones, centrándonos en qué siento y en qué hago con esas emociones. También hay que tener una buena autoestima, saberme querer a mí mismo, y no ser dependiente de la pareja, porque si yo busco en la pareja lo que tengo que darme a mí mismo, tendré una dependencia emocional que me dará celos.

Hablemos de microinfidelidades. ¿Qué son y hasta qué punto podemos controlarlas o enfadarnos por ellas?

La microinfidelidades son muy sutiles y dependen de cada pareja. Yo siempre que tengo delante a una pareja en la que hay celos o inseguridades, o puede haber habido anteriormente una infidelidad, trabajamos mucho lo que son las líneas rojas, qué considero infidelidad y qué no. Esto es así porque quizás en una pareja está pactado hablar con la expareja o tener amistad con ella sin necesidad de decirse nada el uno al otro, pero si esto no es así puede generar un conflicto.

El síndrome de la fatiga de las aplicaciones de citas genera cierta ansiedad y cierta depresión, si caemos en este conozco no encuentro, conozco no encuentro

Si hago algo, pequeñas conductas, que si lo pienso sabría que no le gustarían a mi pareja, eso es una microinfidelidad, porque nos estamos saltando las normas pactadas en pareja. En este punto, hay que rehacer las normas, o replantearnos qué nos está pasando para tener esa conducta.

Con la supuesta infidelidad de Piqué a Shakira el tema de las infidelidades está en boca de todos. Desde tu punto de vista de experta ¿crees que se deben perdonar? Si se decide hacerlo ¿cómo se puede pasar página y no sacarlo a la luz cada dos por tres?

Yo he visto parejas que después de trabajar una infidelidad hasta la han agradecido; es algo muy bestia pero lo he escuchado de su propia boca. Esto ocurre porque muchas veces debido a un problema es cuando se trabaja la relación y eso permite que se pueda volver a reconstruir. Es importante entender el motivo de la infidelidad, puede haber carencias en la relación, puede ser que esté necesitando como persona vivir otras cosas…, dependiendo de dónde esté la causa puede cambiar mucho cómo trabajarlo, y si se puede perdonar o no.

Lo segundo más importante es hacer una autoconciencia y una autoreflexión de si realmente somos capaces de gestionarlo, porque si ha cruzado una línea roja para nosotros muy importante y se nos ha roto algo importante por dentro, no podremos superarlo. Hay veces que se aceptan las infidelidades por no perder a la pareja. Si no se puede entender, aceptar y reconstruir, lo mejor es decir hasta aquí porque no va a salir bien.

Para pasar página si se decide continuar lo mejor es hablar sobre por qué ha ocurrido, fomentar la relación de pareja de nuevo, trabajar la comunicación, establecer nuevos límites y nuevos acuerdos, y a partir de ahí puede salir una relación súper bonita, pero siempre digo que si hay una infidelidad lo mejor es buscar ayuda de un profesional especializado, porque solos es muy difícil, igual que ocurre con los celos, porque nuestro discurso interno nos va a boicotear y necesitamos una ayuda externa.

Para concluir, la pregunta obligada. Llega el verano y aumentan los casos de parejas que rompen. ¿Por qué ocurre esto y cómo se puede mantener a flote el amor en esta estación?

¡Qué buena pregunta! Lo primero que pasa en verano es que empezamos a conectar con el sentimiento de disfrute, de deseo, de ganas de pasarlo bien y de sentirnos bien, y si nuestra pareja no se mueve en la misma línea en ese deseo, nos choca más que en invierno que todo es más triste o más apático. Esto es lo que hace que nos replanteemos la relación. Puede que tú estés en un estado emocional, en un mood, y la pareja esté en otro, y si no concuerda nos planteamos la relación.

He visto parejas que después de trabajar una infidelidad hasta la han agradecido, porque muchas veces debido a un problema se trabaja la relación y se puede volver a reconstruir

Entonces, ¿qué hay que hacer? Hay que generar un espacio de poder hablar de qué falla, ponerlo encima de la mesa, porque si miramos hacia otro lado acabaremos caminando hacia la ruptura, sí o sí. Normalmente lo que hay que trabajar es el conectar desde una visión de niños; si conectamos desde esa parte de niños, nos divertimos, nos lo pasamos bien, soltamos las responsabilidades, el control, buscamos momentos para volver a sentir eso que hacíamos al principio que era pasarlo bien sin más y empezamos a sacar nuestro yo del principio, es muy posible que podamos superar el verano, disfrutarlo y usarlo para pasarlo bien, que el verano nos ofrece muchísimas experiencias y muchísimas oportunidades para poder soportar el invierno.

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