Esteatosis hepática
Popularmente conocida como hígado graso, la esteatosis hepática, relacionada con el consumo de alcohol, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. Con el debido tratamiento se puede revertir.

Qué es la esteatosis hepática

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

La esteatosis hepática, popularmente conocida como hígado graso, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. El órgano aumenta de tamaño y aparecen gotas de grasa dispersas por todo el tejido hepático, que pueden verse a simple vista.

La afección ocurre, sobre todo, tras un consumo excesivo de alcohol; incluso se ha observado esta anomalía en un 90% de los individuos con alcoholismo crónico. Sin embargo, también existe la esteatosis hepática no alcohólica, y en este caso la afección no está relacionada con el consumo de alcohol y puede aparecer en pacientes abstemios o sin historial de consumo importante de alcohol.

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Es la causa de enfermedad hepática crónica más frecuente en el mundo desarrollado. Su incidencia ha ido en aumento debido al mayor número de personas con obesidad y diabetes, así como por el mayor uso de la ecografía abdominal en el ámbito sanitario en el estudio rutinario de la elevación de transaminasas. Se estima una prevalencia en torno al 25-30% de la población.

Si atendemos a su relación con la obesidad, en individuos con índice de masa corporal normal la esteatosis hepática se presenta en uno de cada 10 aproximadamente, mientras que en individuos con IMC en rango de obesidad su prevalencia ronda el 80%.

Actualmente se habla de que este trastorno hepático es la expresión clínica del síndrome metabólico en el hígado. Puede presentarse también en los niños, relacionándose también con un 50% de los niños obesos. 

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Salvo complicaciones, en la mayoría de los casos se trata de un proceso benigno y reversible que, con el debido tratamiento, no provoca daño al hígado. Puede presentarse como un simple depósito de grasa en el hígado, pero puede progresar hasta una cirrosis y un carcinoma hepático en algunos casos. De hecho, en muchos casos de cirrosis de causa desconocida (no alcoholismo, no virus de hepatitis B y C, etcétera) se postula como causa escondida de estos problemas.

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Creado: 16 de mayo de 2011

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