Qué son las pulgas y cómo se propagan

Las pulgas son diminutos insectos sin alas de color marrón oscuro o negro que miden unos 2-3 milímetros de longitud, poseen patas traseras muy desarrolladas adaptadas para poder saltar granddes distancias que les permiten ir de un hospedador a otro, y son hematófagos, es decir, se alimentan de sangre de mamíferos y aves. Las mascotas, como perros y gatos, son propensas a sufrir una infestación por pulgas, pero también las personas pueden verse afectadas. En las mascotas, las pulgas más comunes son Ctenocephalides felis (pulga del gato) y Ctenocephalides canis (pulga del perro).    

Estos parásitos son capaces de reproducirse a gran velocidad: una hembra llega a poner hasta 25 huevos al día. Estos huevos pasan por distintos estadíos hasta llegar a ser pulgas adultas. El ciclo de vida se completa en unos 12 días en condiciones óptimas, especialmente en primavera y verano, cuando el ambiente es cálido y húmedo, aunque podemos encontrar pulgas durante todo el año. Por eso es importante atajar el problema cuanto antes.

Cómo se propagan las pulgas

Las pulgas adultas ponen huevos sobre el hospedador, en este caso el pelo del animal, y estos caen al ambiente, localizándose en la vegetación, las alfombras, las camas u otros rincones de la casa. Los huevos eclosionan en larvas que se alimentan de materia orgánica en el entorno. Las larvas se convierten en pupas y construyen capullos donde se desarrollan hasta convertirse en adultos. Una vez se transforman en pulgas adultas se guían a través de estímulos térmicos para saltar hacia un hospedador del que alimentarse.

Las pulgas afectan a la mayoría de animales de compañía, especialmente a perros y gatos, pero también a conejos, hurones y pequeños roedores, así como al ser humano. Los animales o las personas pueden infestarse si se acercan a otra mascota infestada o a otro individuo parasitado o a lugares en los que se han depositado huevos. Las áreas como alfombras, camas de mascotas, jardines y patios pueden ser focos de infestación. Los huevos y las larvas de las pulgas pueden estar presentes en estas zonas, esperando a que un huésped adecuado pase cerca.

Aunque las pulgas prefieren a los animales, también pueden viajar en la ropa y los zapatos de los humanos, lo que puede llevar a la infestación de un hogar o a otras mascotas. También pueden propagarse mediante huéspedes intermedios, y que las pulgas pueden saltar de un animal a otro, por lo que una mascota infestada puede diseminar pulgas a otras mascotas en la misma casa o vecindario.

En qué zonas de la mascota se distribuyen las pulgas

Las pulgas se distribuyen por toda la superficie corporal, pero suelen preferir ciertas áreas del cuerpo del animal donde la piel es más fina y la temperatura es más cálida, facilitando su acceso a la sangre, o bien en los puntos de roce o presión con la ropa. Las zonas del cuerpo de la mascota donde las pulgas se distribuyen o prefieren con más frecuencia son:

• Cuello y cabeza: las pulgas suelen concentrarse alrededor del cuello y la cabeza del animal, especialmente detrás de las orejas y en la base del cuello.
• Axilas: estas áreas proporcionan un ambiente cálido y protegido, ideal para que las pulgas se escondan y se alimenten.
• Ingle y vientre: la piel en estas zonas es más delgada y ofrece un acceso más fácil para que las pulgas piquen y se alimenten.
• Base de la cola: esta es una de las áreas más comunes donde las pulgas se pueden encontrar, ya que es accesible y proporciona un ambiente adecuado para que se alimenten y reproduzcan.
• Entre los dedos de las patas: aunque menos común, las pulgas pueden esconderse entre los dedos de las patas, sobre todo si la mascota está infestada de manera significativa.

Los síntomas de infestación, como la picazón y el rascado, suelen ser más evidentes en estas áreas. Por ello, es importante revisar estas zonas regularmente en nuestro animal de compañía y tratar cualquier infestación de pulgas de manera integral, tanto en el animal como en su entorno, para prevenir y controlar eficazmente las pulgas.