Quemaduras y electrocuciones en gatos, cómo actuar

Lava la quemadura de tu gato con agua, pero no le apliques ninguna pomada que no haya indicado el veterinario.
Actualizado: 13 de agosto de 2025
Si tu gatito ha sufrido una quemadura, o una electrocución trasteando donde no debía, aquí encontrarás los primeros auxilios básicos a seguir en ambos casos:
Quemaduras en gatos: causas y cómo actuar
Tanto trastear por la cocina puede provocar que el gato, al final, acabe escaldado. Los objetos y cacharros de la cocina despiertan su curiosidad, por lo que no es raro que acabe chamuscado. Las quemaduras son muy frecuentes, y se producen por un contacto directo con la fuente de calor (estufas, placas vitrocerámicas…), o porque accidentalmente se vuelque alguno de los cacharros de la cocina cuando esté al fuego (la cafetera con el café recién hecho, la sartén con aceite, un cazo de agua hirviendo…). Claro que también puede producirse una quemadura química (productos de limpieza, lejía, etcétera), o eléctrica (por ejemplo por mordeduras de cables, más común en gatitos curiosos).
Cómo actuar si tu gato se quema
El primer paso a seguir es no perder los nervios. Los gatos son muy sensibles al estrés, y si te notan alterado, se van a resistir más al manejo. Habla suave, sin movimientos bruscos, y actúa con decisión.
En paralelo, aunque suene obvio, apaga la fuente del daño, ya que a veces el gato sigue cerca del peligro. Si es fuego: ¡apágalo! Si es químico: evita que siga en contacto. Si es eléctrico: desconecta el aparato antes de tocar al animal. Después, lava la quemadura con abundante agua fresca (no helada) durante al menos 10 minutos o si puedes sumergir la zona, mejor. A lo sumo, recorta el pelo de la zona, para que no toque la piel, no frotes ni quites piel o pelo pegado. Solo enfría con delicadeza. Esto ayudará a detener el avance del daño térmico en las capas profundas.
Una vez que se enfríe, usa gasas estériles (no algodón) para proteger la zona. No le apliques ningún tipo de pomada, por muy refrescante que diga ser en sus prospectos. Evita que el gato se lama: el lamido puede agravar la herida o provocar infecciones.
Por último, busca cuanto antes la actuación inmediata del veterinario, es fundamental para que tu gato se recupere. Además, no subestimes una quemadura, aunque parezca leve, puede haber daño interno, deshidratación o riesgo de infección. El veterinario deberá evaluar la profundidad (grado) de la quemadura, prevenir la necrosis, controlar el dolor y administrar antibióticos si es necesario, así como rehidratar al animal si ha perdido líquidos.

Electrocución en gatos: causas y cómo actuar
En su afán por conocer el mundo que le rodea, un gatito llega a cualquier lado y no es infrecuente que mordisquee algún cable eléctrico. Las electrocuciones en gatos no son habituales, pero cuando ocurren pueden ser muy graves, incluso si los síntomas iniciales parecen leves. Si ocurre puede que te lo encontrarás inconsciente y con graves quemaduras en la boca. El problema es que el daño eléctrico no siempre se ve por fuera, y puede afectar a órganos vitales como el corazón, los pulmones o el cerebro. No solo cables despiertan la curiosidad felina, ya que este problema puede producirse también al lamer enchufes o regletas que tengan polvo, humedad o fugas y pueden dar lugar a pequeñas (o no tan pequeñas) descargas. También puede ocurrir con electrodomésticos húmedos mal aislados o viejos, sobre todo si hay agua de por medio. No conviene tampoco olvidar los peligros navideños para las mascotas, ya que el gatito puede llegar a electrocutarse con luces navideñas o decoraciones eléctricas deterioradas o mal enchufadas, típicas de esta época y que suelen llamar su atención.
Cómo actuar si tu gato se electrocuta
¿Qué hacer si ves que tu gato se ha electrocutado? En primer lugar ¡no toques al gato todavía! Esto es vital. Si el gato aún está en contacto con la fuente eléctrica, podrías electrocutarte tú también. Desconecta la corriente desde el cuadro eléctrico o el enchufe. Si no puedes hacerlo rápido, usa un objeto no conductor (madera seca, guante de goma, periódico doblado) para separar al gato del cable. Nunca uses metal o partes mojadas.
Acto seguido, evalúa el estado del gato. Una vez fuera de peligro, revisa si está consciente o inconsciente, si respira (acércate al hocico o pon una mano sobre su pecho) o si tiene pulso (en la ingle o pecho si sabes cómo buscarlo). Si no fuera así, no te queda más remedio que ir cuanto antes al veterinario. Si observas que el gato ha dejado de respirar, intenta reanimarle con un masaje cardiorrespiratorio. Para ello, coloca al gato de un lado y presiona suavemente sobre las costillas del otro lado, con intervalos de varios segundos.
Busca quemaduras o lesiones visibles, las electrocuciones suelen dejar:
- Quemaduras en la boca, paladar o labios (si mordió un cable).
- Espasmos musculares o rigidez.
- Dificultad respiratoria (la descarga afecta músculos respiratorios o los pulmones).
- Desorientación, temblores o convulsiones.
- Pero lo más grave muchas veces no se ve. El daño interno puede afectar corazón, pulmones, sistema nervioso… así que no te confíes.
En estos casos, intenta mantener al gato caliente y tranquilo, ya que tras la descarga, el gato puede estar en shock. Esto significa que puede presentar baja temperatura corporal, mucosas pálidas o letargo extremo. En dichos casos cúbrelo suavemente con una manta o toalla. No lo manipules más de lo necesario. Tampoco le des comida ni agua. Aunque esté despierto o “parezca bien”, no lo alimentes. Si hay daño interno o edema pulmonar, podría vomitar y aspirar contenido al pulmón.
Si ves que sangra o tiene quemaduras, actúa con cuidado. Aplica gasas estériles en las zonas quemadas sin frotar. Si sangra por la boca (común tras mordidas de cable), limpia solo lo necesario y evita el acceso a objetos que pueda morder o tragar. Si convulsiona: no intentes sujetarlo con fuerza ni le pongas nada en la boca. Solo evita que se golpee.
Creado: 12 de mayo de 2015