Perfeccionismo, cómo gestionar la autoexigencia
Hacer las cosas lo mejor posible es bueno, pero el exceso de perfeccionismo puede hacer que te marques metas inalcanzables o que no tomes decisiones por miedo al error. Aprende cómo gestionarlo para evitar sus consecuencias.

Causas y consecuencias del perfeccionismo

Dra. Vanesa Fernández López

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 11 de noviembre de 2022

Para responder al porqué del perfeccionismo, hay que aludir a diferentes causas, que pueden sugerirse a partir de una correcta evaluación psicológica, pero el factor común en la mayoría de los pacientes perfeccionistas es el miedo al error, que puede encontrarse asociado a su vez a múltiples causas; desde motivos que podrían entenderse como razonables o posibles (“si no reviso bien el examen puedo suspender”), hasta otros poco razonables o que no tendría sentido que ocurrieran si el error no es continuo (“tengo que elegir muy bien dónde ir este fin de semana, o mi pareja me dejará por no proponer planes interesantes”, “si este trabajo tiene algún error, mi jefe me despedirá”, “si no contesto los correos en el mismo día la gente se enfadará conmigo”, “si tú no haces las cosas como yo considero, entonces no valen”…).

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El temor a equivocarse puede conducirles a demorarse indefinidamente, y que esa búsqueda extrema del perfeccionismo les atenace, convirtiendo dicha demora en su principal error. Este miedo puede haberse desarrollado desde niño, derivado de haber sufrido importantes consecuencias negativas por confundirse o cometer errores, y haberse mantenido en el tiempo por los propios estilos cognitivos del individuo (formas de pensar e interpretar la realidad asociadas con la magnificación de los errores y la minimización de sus propios recursos para afrontarlos).

Otro factor que suele aparecer en las personas perfeccionistas es el estilo de pensamiento obsesivo que se corresponde con una tendencia a darle vueltas a las cosas sin llegar a decirse. Estas personas suelen encontrar tantas opciones a sus quehaceres o decisiones que el hecho de llevar a cabo una acción o decidir sobre cualquier tema les resulta mucho más difícil que al resto de las personas.

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Finalmente, una tercera causa comúnmente asociada con el perfeccionismo tiene que ver con la falta de flexibilidad mental, porque los individuos perfeccionistas suelen mostrarse rígidos a la hora de aceptar otras alternativas o formas de hacer las cosas diferentes a como ellos las hubieran realizado.

Personas competitivas tirando de una soga

Consecuencias negativas de ser demasiado perfeccionista

Si se sabe gestionar adecuadamente el perfeccionismo tiene consecuencias positivas, que se relacionan con el sentimiento de seguridad y satisfacción consigo mismo y con las cosas bien hechas, además de, evidentemente, disminuir la probabilidad de confundirse (si bien hay que ser conscientes de que esto último no siempre es así). Sin embargo, ser excesivamente perfeccionista e inflexible puede dar lugar a importantes consecuencias negativas, como:

  • Elevados niveles de ansiedad asociada a la incertidumbre del resultado de sus decisiones, y al temor a cometer errores.
  • Magnificación de los errores y minimización de su capacidad para afrontarlos, que pueden generar inseguridad en sí mismo y baja autoestima.
  • Frustración ante los resultados negativos. Debido al gran esfuerzo que supone para ellos realizar tareas o tomar decisiones, los resultados nunca suelen ser percibidos como merecedores del esfuerzo que han conllevado.
  • Dificultad a la hora de tomar decisiones y poca confianza en las elecciones que se hacen; suelen dar vueltas a las cosas sin llegar a decidirse. Su mayor error acaba siendo frecuentemente el hecho de no tomar una decisión a tiempo.
  • Repercusiones en el ámbito laboral y académico; son muy lentos realizando las tareas, demorándose en exceso en las entregas. Este hecho entorpece su propio trabajo y el del trabajo en equipo. Además, el hecho de que les cueste delegar tareas hace que se sobrecarguen en exceso, incrementando así su enlentecimiento en su funcionamiento cotidiano en general.
  • Sociales y de pareja: la persona perfeccionista aburre y desespera a cualquiera. Aburre porque siempre hay que valorar toda la lista de hoteles antes de ir de viaje, porque el camarero siempre le podría haber atendido mejor, o porque la comida que has hecho no está nunca en su punto justo de sal. Esta situación de forma repetida acaba desgastando enormemente la relación, y por este motivo las personas perfeccionistas acaban sintiéndose bastante solas.

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Creado: 4 de octubre de 2019

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