Perfil de las personas a las que les cuesta perdonar
Actualizado: 29 de julio de 2022
Es difícil definir un tipo concreto de personas a las que les cuesta perdonar, pues pueden ser polos opuestos con características muy diferentes: desde individuos tremendamente afectuosos que se implican mucho en las relaciones y se llevan grandes decepciones, hasta individuos demasiado orgullosos que no toleran que otros les ofendan y se niegan a aceptar sus disculpas.
Sin embargo, hay algunos rasgos de personalidad comunes que hacen que a la persona que los posea les sea más difícil dar el perdón a otros, como:
Personas que quieren de verdad y que se sienten muy decepcionadas, pues no encuentran la reciprocidad que esperaban en la relación. Tal vez esperan demasiado de los otros, y por ello frecuentemente es la decepción y el sentimiento de engaño lo que les dificulta otorgar su perdón al otro.
Rencorosos, que mantienen importantes niveles de ira interna, que no les permite olvidar el suceso en el que el otro tuvo un mal acto hacia él, y sus sentimientos de venganza esperan el momento de cobrarse dicha traición. Frecuentemente la ira interna asociada al rencor se transforma en tensión o angustia si no es posible darle salida (por ejemplo enfadarse abiertamente, expresando el dolor que ha causado).
Inseguros: se quedan perdidos en lo que deberían o no deberían hacer. Dan más importancia al éxito de su decisión que al hecho que causó el daño en sí, y presentan importantes niveles de malestar y ansiedad porque constantemente están reviviendo lo sucedido y generando más conflicto.
Orgullosos: su narcisismo no les permite aceptar que el otro se haya confundido y esto haya podido hacer daño a su persona. Les cuesta perdonarse a ellos mismos por no haber sido conscientes del engaño o mal acto de la otra persona. Por ello, prefieren alejarse del ofensor que no ha sabido valorarle, diciéndose una y otra vez que él o ella no se habría comportado tan mal. En otras ocasiones se mantienen al lado del otro a costa de grandes dosis de rencor.
Fríos emocionalmente: su falta de empatía ante el dolor ajeno hace que no les cause efecto el arrepentimiento del otro. Son ajenos a todo sentimiento de culpa y pueden optar por dos estrategias: perdonarlo después de hacer que la otra persona se humille hasta compensar el daño que ha hecho (pudiendo incluso llegar al chantaje emocional), o bien, cortar la relación de forma despectiva y fría sin más explicaciones.
Creado: 8 de noviembre de 2019