Travestismo
El travestismo suele asociarse a la homosexualidad o a la prostitución; lejos de ello, encierra un mundo que abre las puertas a nuevas concepciones alejadas de la estricta dualidad hombre-mujer. Descúbrelo.

¿Qué son los travestismos?

Georgina Burgos

Por: Georgina Burgos

Sexóloga, psicóloga y escritora

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

Al igual que no hay un único modo de vivirse sexuado, hombre o mujer, tampoco existe una forma concreta y única de vivirse travesti. La definición al uso más común es la que dice que la persona travesti es aquella que se excita vistiendo ropas del sexo opuesto. No obstante, esta definición se queda muy corta y refleja vagamente esta realidad sexuada. Si bien el travestismo implica usar ropa del sexo opuesto, este uso se integra en un marco de mayor calado que el mero fin de la excitación sexual, que es al fin y al cabo un aspecto más en el modo en la manera en la que se vive como persona sexuada.

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Ante esta idea podemos concluir, en especial cuando nos adentramos en la verdadera esencia de los travestismos a través de las personas que lo viven de primera mano, que existe un continuo amplio entre los diferentes modos de vivirse travesti, y que estos modos pueden ir desde la mera afición a vestirse con ropas del sexo opuesto (siendo estas prendas un fetiche sexual, como en el caso del travestismo fetichista en hombres), hasta un modo de vivirse en el propio cuerpo y alma, con una gran variedad de combinaciones entre lo femenino y lo masculino. De ahí la importancia de hablar de travestismos en plural para ampliar el horizonte, en vez de hablar de travestismo en singular, acotando erróneamente la enorme diversidad de este fenómeno.

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El travestismo no es similar a la transexualidad tal como se entiende en nuestros días. La diferencia principal entre una persona travesti y una persona transexual es que la persona travesti acepta su sexo biológico, pero necesita integrar vivencialmente al otro sexo en su vida cotidiana y en el grado en que lo siente mientras que, por el contrario, la persona transexual necesita una clara alineación entre sexo y género, entre cuerpo y percepción de su ser hombre o mujer.

Desde el enfoque sexológico sustantivo, los travestismos son modos peculiares de vivirse sexuados, y no se consideran un trastorno mental del tipo de las parafilias, ni se considera tampoco que requieran un tratamiento psicológico o médico. En definitiva, no se trata de una enfermedad en busca de curación. Sin embargo, cuando a la persona travesti, o a sus familiares, esta condición sexuada les genera malestar, puede ser adecuado consultar con un profesional de la sexología para que les oriente en el modo de vivir con mayor plenitud, en su contexto social, esta vivencia sexuada. 

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Creado: 22 de diciembre de 2015

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