Teletrabajo: la oficina en casa
Tener la oficina en casa es una opción para cada vez más personas gracias a las nuevas tecnologías. Más aún en tiempos de coronavirus. El teletrabajo tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes si no sabes organizarte. Aprende a hacerlo de forma eficaz.

Qué es el teletrabajo: una nueva modalidad laboral

Enrique González

Por: Enrique González

Periodista experto en salud y bienestar

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

Algunas personas tardan menos tiempo en desplazarse de la cama al trabajo que en calzarse los zapatos. Depende de lo grande que sea su vivienda, de la distancia que separe el dormitorio del escritorio. Por el momento no son multitud, pero cada vez son más los empleados por cuenta ajena que han instalado la oficina en casa para ganarse la vida. Esta nueva modalidad laboral conocida como teletrabajo (no confundir con el trabajo de freelance) presenta múltiples ventajas, pero mal gestionada tampoco está exenta de numerosos inconvenientes.

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Aunque aún no está demasiado extendido, la tendencia es que aumente el número de personas que trabajan desde casa. Pero eso depende también del país donde nos encontremos. Según el informe ‘Trabajar a toda hora, en cualquier lugar: Efectos sobre el mundo del trabajo’, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound en 15 países, mientras en Estados Unidos dos de cada diez personas teletrabaja, en Argentina únicamente lo hace el 2%.

No obstante, la situación actual provocada por el coronavirus ha provocado que sea una opción casi ineludible para muchas empresas y trabajadores, que pueden así mantener su ritmo de trabajo sin exponerse a contagios en sus oficinas.

En cualquier caso, y ya antes de esta crisis mundial, las nuevas tecnologías han animado en las últimas décadas a las empresas –aún pocas, eso sí– a permitir que sus empleados trabajen total o parcialmente desde sus hogares. Internet, el correo electrónico, el teléfono móvil o las aplicaciones informáticas son herramientas básicas, y muchas veces suficientes, gracias a las cuales no es necesario acudir a un edificio concreto para desempeñar su labor. Además, ya existen programas específicos para que los teletrabajadores estén conectados con sus compañeros y que incluso registran su actividad diaria para justificar su labor. Es decir, cada vez hay más facilidades para empresa y trabajador.

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Múltiples modalidades de teletrabajo

Sin embargo, cuando hablamos de teletrabajo no existe un concepto único y los motivos pueden ser muy variados. Por ejemplo, hay empresas que ofrecen esta opción a algunos de sus trabajadores para permitirles una mayor flexibilidad laboral y personal, mientras otras les obligan a ellos con el objetivo de reducir costes. En unas ocasiones se desarrolla el teletrabajo durante toda la semana y en otras solo se permite uno o dos días mientras el resto hay que desplazarse a las oficinas. Es decir, que se trata de un concepto con múltiples modalidades.

De hecho, no existe un consenso internacional para definir qué es el teletrabajo, aunque organismos como la OIT defiende que es “el trabajo que una persona, designada como trabajador a domicilio, realiza: en su domicilio o en otros locales que escoja, distintos de los locales de trabajo del empleador; a cambio de una remuneración; con el fin de elaborar un producto o prestar un servicio conforme a las especificaciones del empleador, independientemente de quién proporcione el equipo, los materiales u otros elementos utilizados para ello”.

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En cualquier caso, lo más importante si tu empresa te ofrece la posibilidad de trabajar desde casa es que tengas claras las condiciones (horas de teletrabajo, herramientas que necesitarás, objetivos, si tienes que acudir frecuentemente a las oficinas…). De hecho, un teletrabajador tiene exactamente los mismos derechos y obligaciones laborales que el resto de sus compañeros. Al igual que en la oficina, la empresa tiene que hacerse cargo de proporcionar al empleado las herramientas necesarias para poder desempeñar su labor, si bien el trabajador tiene responsabilidad sobre ellos y debe utilizarlos adecuadamente. Igualmente, aspectos como la carga de trabajo, la prevención de riesgos o los criterios de valoración deben ser los mismos que para los empleados que trabajan en las oficinas.

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En definitiva, el teletrabajador es uno más. Lo que varía es el modo y el lugar en el que desempeña su labor, factores que pueden suponer pros y contras que conviene conocer para saber gestionarlo de la mejor manera posible y evitar que interceda en nuestra rutina personal.

Creado: 11 de mayo de 2018

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