Neumonía
La neumonía es la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios, y aunque su causa habitual son las bacterias, también virus como el de la gripe y el de la varicela pueden originar esta enfermedad.

Diagnóstico de una neumonía

Por: Olga de la Peña

Médico de familia

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El diagnóstico de neumonía se basa en los síntomas cardinales ya citados (tos, fiebre y dolor pleurítico) junto con una radiografía de tórax donde se aprecie la infección pulmonar. Con la radiografía se podrá poner de manifiesto la localización, la extensión y las complicaciones añadidas como la presencia de derrame pleural.

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La curación radiológica, es decir, la desaparición de la lesión en la radiografía, es casi siempre posterior a la remisión de los síntomas. Es por esto por lo que para constatar dicha curación ha de realizarse un control radiológico aproximadamente a las seis semanas del diagnóstico e inicio del tratamiento. Esto es especialmente importante en los pacientes con factores de riesgo para el desarrollo de cáncer, o en aquellos con persistencia de síntomas, o ante la sospecha de otras enfermedades. En casos complicados o con dudas sobre la posibilidad de tumor, se procede a realizar un TAC torácico.

Diagnóstico de la neumonía

Para apoyar el diagnóstico de neumonía y para identificar el microorganismo causal disponemos de las siguientes pruebas médicas:

  • Pruebas de laboratorio: análisis de sangre y orina, niveles de oxígeno en sangre, para valorar la gravedad o la necesidad de ingreso hospitalario. Estas pruebas han de realizarse a los pacientes tratados en el ámbito hospitalario; no serían necesarias en pacientes con neumonías de bajo riesgo con tratamiento ambulatorio.
  • Otras técnicas no invasivas: en el caso de los pacientes con ingreso hospitalario, se recomienda la recogida de muestras de sangre, orina y esputo (moco que aparece con la tos), con el objeto de realizar cultivos que permitan identificar el germen causal antes de iniciar el tratamiento antibiótico. Actualmente se dispone de un test en orina para detectar antígeno de legionella y neumococo, pudiendo obtener resultados en pocas horas y persistiendo positivos al cabo de varios meses.
  • Técnicas invasivas, solo en casos de neumonías graves o que no respondan al tratamiento inicial.
    • Toracocentesis: punción a través de la pared torácica para extraer muestras de líquido o liberar líquido acumulado en el pulmón a causa de la infección.
    • Broncoscopia: introducción de un tubo por la vía aérea para llegar al bronquio y recoger muestras de mucosidad, para realizar un cultivo que permita averiguar el germen causante de la neumonía, en casos de mala evolución o que no respondan al tratamiento.

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Creado: 2 de agosto de 2010

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