¿La sal del Himalaya es mejor para nuestra salud que la sal normal?

Existe la creencia de que la sal del Himalaya es mejor para nuestra salud que la sal blanca normal, una hipótesis que, sin embargo, desmontan algunos nutricionistas, que nos explican por qué.
Sal del Himalaya
La sal del Himalaya contiene minerales que no se encuentran en la sal normal, como el potasio, el calcio, el molibdeno y el hierro.

Podemos llegar a pagar hasta veinte veces más por la sal del Himalaya que por una normal de mesa. Las creencias populares afirman que los supuestos 84 elementos que contiene la sal rosada, que proviene de las minas de Khewra (Paquistán), a 300 km de distancia del Himalaya, pueden ayudar a nuestro cuerpo a aliviar enfermedades como el insomnio, la diabetes, la osteoporosis, o los problemas cardiovasculares, entre otras. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Su alto precio está de verdad justificado, o es puro marketing?

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Diferencias entre la sal de mesa y la del Himalaya

El color es una de las diferencias más llamativas, y responde no solo a una disimilitud estética, sino que también se debe a una diferencia de componentes; y es que, a diferencia de la sal blanca, la del Himalaya contiene mayores impurezas, que son las responsables de que este tipo de sal luzca el color rosáceo tan característico.

“Las cantidades de minerales que aporta la sal del Himalaya son muy reducidas y no provocan ninguna diferencia positiva sobre nuestro organismo”

Asimismo, la sal del Himalaya contiene minerales que no se encuentran en la sal normal, como el potasio, el calcio, el molibdeno y el hierro, y presenta un contenido de sodio más bajo (84%) respecto a la sal de mesa (98%). Asimismo, a la sal blanca se le suele añadir un ingrediente anti-aglomerante llamado aluminosilicato de sodio, cuya función principal es evitar que la sal se agrupe.

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Otra diferencia destacable, como afirma Clare Thorton Wood, nutricionista y portavoz de la Asociación Dietética Británica es que, a diferencia de la sal del Himalaya, la de mesa puede presentar mayores cantidades de yodo. “A algunas sales de mesa se les añaden mayores cantidades de este mineral, que es deficitario en nuestras dietas”, apunta. Algo a tener en cuenta, sobre todo considerando que la falta de yodo puede provocar problemas como el hipotiroidismo y retraso mental.

¿La sal del Himalaya tiene más beneficios para la salud que la de mesa?

Para empezar, los supuestos beneficios milagrosos sobre la salud que se atribuyen a este tipo de sal rosácea no están demostrados científicamente. El ingrediente común en todas las sales es el mismo, el cloruro de sodio., y si bien es cierto que la sal rosácea contiene más cantidad de minerales que la sal normal, la verdad es que estos no aportan grandes beneficios a nuestra salud porque, como asegura la especialista Thornton-Wood, “las cantidades de minerales que aporta la sal del Himalaya son muy reducidas y no provocan ninguna diferencia positiva sobre nuestro organismo”.

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El RNI (Ingesta de Nutrientes de Referencia, por sus siglas en inglés), que indica cuánto debemos consumir, apunta que, por ejemplo, la cantidad de potasio que un adulto debe ingerir es de 3,5g al día. De manera que, para conseguir la cantidad de potasio recomendada una persona debería ingerir algo más de 100g de sal del Himalaya, lo que equivaldría a 20 cucharaditas. Y ello, como afirma Thornton-Wood, superaría “con creces” los niveles seguros de sodio y pondríamos, por tanto, nuestra salud en riesgo.

Asimismo, dos cucharaditas de este tipo de sal equivaldrían a 45mg de calcio, algo muy por debajo ade lo que recomienda la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que aconseja un consumo diario de 1000mg en personas adultas. Y lo mismo sucede con el magnesio y el hierro. Mientras que dos cucharadas de sal del Himalaya equivaldrían a 5mg de magnesio y 0,7 de hierro, la SENC fija una cantidad de consumo muy por encima, concretamente de 300mg y 10mg, respectivamente.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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