Síndrome del gemelo evanescente

El síndrome del gemelo evanescente se produce cuando uno de los embriones de un embarazo múltiple se malogra y es reabsorbido total o parcialmente por la madre, la placenta, o el otro gemelo. Descubre sus causas y consecuencias.
Ecografía de un mujer embaraza con el síndrome del gemelo evanescente
Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 5 de mayo de 2023

El avance de la tecnología permite conocer aspectos del embarazo que hasta el momento no habían podido ser analizados. Es el caso de la desaparición en el útero de uno de los gemelos en una gestación multifetal, lo que se conoce como el síndrome del gemelo evanescente o desaparecido. El fenómeno, que fue descrito por primera vez en 1945 por el médico W. Stoeckel, no fue confirmado hasta la aparición de los instrumentos de visualización y comprobación de ultrasonido cuarenta años después.

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Ha sido el uso generalizado de la ecografía en el embarazo desde las primeras semanas de la gestación lo que ha contribuido a confirmar desde finales del siglo XX que no se trataba de un fenómeno extraordinario sino, en realidad, de un suceso relativamente frecuente. Se habla del síndrome del gemelo evanescente, también llamado síndrome del gemelo desaparecido, (Vanishing Twin Syndrome (VTS), en su voz inglesa) cuando en un embarazo múltiple se produce la pérdida de uno de los embriones.

Este fenómeno, que se descubre gracias a una ecografía de seguimiento, suele ocurrir durante el primer trimestre –normalmente se produce siempre antes de la semana 16– por lo que el tejido fetal termina siendo reabsorbido total o parcialmente por el cuerpo de la propia madre, por la placenta o, incluso, por el otro gemelo. En algunas ocasiones el embrión que no llega a término puede permanecer en estado momificado –y podrá verse tras el parto adosado a la placenta–, o se puede desarrollar una anomalía leve en la placenta como un quiste o material extracelular amorfo.

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En 1995 fue el reconocido obstetra estadounidense Louis Gerald Keith quien afirmó que el síndrome del gemelo evanescente se produce en uno de cada ocho embarazos múltiples. Según las estimaciones oficiales de la American Pregnancy Assotiation se produce en un 20-30% de las gestaciones múltiples.

Concepto del síndrome del gemelo evanescente

Sin embargo, es complicado obtener datos exactos de la tasa de gestación multifetal afectada por el síndrome ya que, como asegura Peter Pharoah, profesor emérito de la Universidad de Liverpool, en una entrevista en Daily Telegraph, en la mayoría de las ocasiones no se registran las muertes de los embriones, sino que son consideradas como un aborto involuntario, incluso si acaba el proceso momificado, lo que hace muy complicado el seguimiento. “Es importante registrar esto porque puede tener implicaciones importantes para el gemelo sobreviviente”, apunta el experto en el medio inglés.

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Keith también sostenía lo complejo de determinar su prevalencia, ya que es algo que puede no ser advertido en un elevado número de casos por la prematuridad del suceso: si el embrión no continúa desarrollándose y es absorbido antes de la primera ecografía, nunca se sospechará de su existencia.

Se desconocen las causas por las que se produce el síndrome del gemelo evanescente, pero según la evidencia recogida hasta la fecha serían las anomalías cromosómicas producidas desde el principio del desarrollo del embrión, y no un suceso repentino, las que se traducen en el síndrome. Esto suele confirmarse a través de un análisis de la placenta –cuando no es compartida– o de los restos del tejido fetal del múltiple que no llega a término.

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Consecuencias del síndrome del gemelo evanescente

Sobre las consecuencias que puede tener el síndrome para el múltiple que sigue gestándose en el útero, una investigación llevada a cabo por Pharoah y su equipo encontró que cuando la pérdida se produce antes de las ocho semanas, órganos como el corazón podrían dañarse en el gemelo superviviente si ambos estaban compartiendo la placenta.

En el resto de los casos no suele presentarse mayor problema a nivel físico ni para la madre ni para el feto. Cuando ocurre posteriormente, a partir de las 12 semanas, insisten los investigadores en que el cerebro se está desarrollando rápidamente y existe un margen de peligro de daño cerebral o parálisis cerebral para el múltiple. En el caso de que la muerte de uno de los gemelos se produzca durante el segundo o el tercer trimestre, el embarazo puede ser tratado como de alto riesgo.

Mujer mostrando su primera ecografía

Aunque es la ecografía la que revela el síndrome del gemelo evanescente, y la mayoría de las veces ni el gemelo superviviente ni la madre requieren tratamiento médico, en algunas ocasiones la madre podría padecer síntomas similares a los de un aborto espontáneo como calambres pélvicos, sangrado o dolores en las lumbares.

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Impacto psicológico por la desaparición del gemelo

A nivel emocional, la pérdida de uno de los gemelos, con independencia del momento en el que se produzca, puede suponer un torrente de sentimientos ambivalentes para la madre, ya que aunque ha perdido un bebé continúa embarazada. La tristeza, la ansiedad, la culpabilidad o el miedo pueden aparecer tras conocer la noticia y hacer más complejo el manejo emocional del resto del embarazo.

Ante estos sentimientos la recomendación es similar a la muerte perinatal: tiempo y apoyo para sanar la pérdida, compartir las emociones con la familia y entorno más cercano, y búsqueda de un profesional especializado en duelo ante la dificultad de su afrontamiento.

Otras ideas para lidiar con el síndrome del gemelo desaparecido pasan por unirse a grupos de apoyo online donde poder hablar con otras mujeres que hayan pasado por ello sobre el dolor que está sintiendo. Es importante también no olvidar tampoco cuidarse a nivel personal, tanto física como emocionalmente, para favorecer el correcto desarrollo del bebé que sigue creciendo en el útero materno.

Creado: 12 de marzo de 2019

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