Los hisopos nasales pueden ayudar a detectar virus emergentes

Una proteína antiviral producida por el cuerpo puede ayudar a identificar qué hisopos nasales tienen más probabilidades de contener virus desconocidos, incluso si las pruebas de virus respiratorios conocidos han dado negativo.
Joven realizándose un test con un hisopo nasal

04/01/2023

Nuevos virus emergentes y potencialmente peligrosos se pueden propagar por la población hasta alcanzar niveles pandémicos, como ha ocurrido con el coronavirus SARS-CoV-2 mucho antes de que el sistema mundial de vigilancia de la salud pública pueda detectarlos y establecer medidas para proteger a los ciudadanos, especialmente a los grupos más vulnerables. Es una lección que hemos aprendido de la pandemia por COVID-19.

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Un equipo de investigadores de la Universidad de Yale ha hecho un hallazgo, sin embargo, que podría contribuir a identificar precozmente este tipo de patógenos; en concreto, han descubierto que las pruebas para detectar la presencia de una sola molécula del sistema inmunitario en hisopos nasales pueden ayudar a detectar virus sigilosos no identificados en las pruebas estándar, según han publicado en The Lancet Microbe.

“Encontrar un nuevo virus peligroso es como buscar una aguja en un pajar”, ha asegurado Ellen Foxman, profesora asociada de medicina de laboratorio e inmunobiología y autora principal del estudio. “Encontramos una manera de reducir significativamente el tamaño del pajar”.

Los expertos en salud pública buscan señales de alerta de enfermedades emergentes en determinadas fuentes. Estudian virus emergentes en animales que pueden transmitir la infección a humanos, pero es difícil determinar cuál de los cientos, o miles, de nuevas variantes virales representan un verdadero peligro. También investigan los brotes de enfermedades respiratorias sin explicación, que fue como se descubrió el SARS-Cov-2 en China a finales de 2019, pero a veces puede ser ya demasiado tarde.

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Una proteína antiviral que alerta de virus desconocidos

Foxman y su equipo revisaron un hallazgo de su laboratorio en 2017 porque pensaron que podría aportar una nueva manera de monitorear patógenos inesperados. Los hisopos nasales se suelen tomar a pacientes con sospecha de infecciones respiratorias y se analizan para detectar firmas específicas de 10 a 15 virus conocidos. La mayoría de las pruebas dan negativo, pero en 2017 estos científicos observaron que, en algunos casos, los hisopos de aquellos que dieron negativo para los virus “sospechosos habituales” seguían mostrando signos de que las defensas antivirales estaban activadas, lo que indica la presencia de un virus. El signo de alerta fue un alto nivel de una sola proteína antiviral producida por las células que recubren las vías nasales.

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Basándose en este hallazgo, los investigadores emplearon métodos integrales de secuenciación genética a muestras antiguas que contenían la proteína y en una de las muestras encontraron un virus de influenza inesperado llamado influenza C. Durante las dos primeras semanas de marzo de 2020 volvieron a analizar muestras antiguas para buscar casos no identificados de COVID-19.

Cientos de muestras de hisopos nasales recogidos en pacientes del Hospital Yale-New Haven de Nueva York durante ese tiempo dieron negativo para virus característicos estándar. Cuando se analizó el biomarcador del sistema inmunitario, la mayoría de esas muestras no mostraron rastros de actividad del sistema de defensa antiviral, pero unas pocas lo hicieron, y entre ellas encontraron cuatro casos de COVID-19 que no habían sido diagnosticados en su momento.

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Los resultados del estudio revelan que las pruebas de una proteína antiviral producida por el cuerpo, incluso si las pruebas de virus respiratorios conocidos son negativas, pueden ayudar a identificar qué hisopos nasales tienen más probabilidades de contener virus inesperados.

La detección de este biomarcador permitiría a los investigadores reducir la búsqueda de patógenos inesperados, lo que hace posible vigilar la aparición de virus inesperados usando hisopos recolectados durante la atención de rutina a los pacientes. Las muestras que contienen el biomarcador se pueden analizar utilizando métodos de análisis genéticos más complejos para identificar patógenos inesperados o emergentes que circulan en la población de pacientes y promover una respuesta de la comunidad científica y médica.

Actualizado: 4 de enero de 2023

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