Señalan a los ratones como el posible origen de ómicron

Científicos chinos descubren que la variante ómicron del coronavirus puede haber adquirido sus mutaciones en un huésped animal, en este caso ratones, para infectar posteriormente de nuevo al ser humano.
Ratones de ciudad alimentándose

07/01/2022

La teoría predominante sobre el origen de la variante ómicron del coronavirus es que la secuencia de mutaciones de la proteína S del virus podría haber evolucionado a partir de una infección persistente en un paciente que presentara una grave inmunosupresión, sin embargo, ahora un nuevo estudio realizado por científicos de la Academia de Ciencias de China en Beijing ha encontrado evidencias que indican que un ratón podría ser el posible origen de esta variante. Los resultados del estudio primero aparecieron en el servidor de preimpresión BioRxiv, y unos días después en la revista Journal of Genetics and Genomics.

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Los investigadores creen que un ratón puede haberse infectado de alguna forma con el SARS-CoV-2 por ‘transferenecia zoonótica inversa’ y que posteriormente el virus hubiera evolucionado desarrollando muchas de sus nuevas mutaciones (o todas ellas) antes de transferirse de nuevo a los seres humanos. Aunque esto no es fácil porque el homólogo de ratón del receptor ACE2 humano (hACE2, que el coronavirus usa para invadir las células de una persona, tiene poca afinidad por la proteína de pico SARS-CoV-2 de emisión estándar.

Especies animales podrían ser huéspedes de ómicron

Estos científicos analizaron el espectro molecular de las mutaciones de ómicron porque según ellos el huésped del virus deja un tipo de marca en su evolución cuando le proporciona un entorno celular determinado. “Las especies huéspedes en las que ómicron adquirió sus mutaciones pueden determinarse analizando la información que contienen las propias mutaciones”, aseguran.

“Una vez que una variante adquiere la capacidad de infectar a un nuevo huésped, puede acumular mutaciones en ese nuevo reservorio animal y hacerse transmisible a otro huésped”

Descubrieron que el espectro molecular de las mutaciones de ómicron no era compatible con huéspedes humanos, ni siquiera con pacientes con COVID-19 inmunodeprimidos, por lo que trataron de encontrar esta compatibilidad en otros mamíferos, desde animales domésticos como perros y gatos, hasta murciélagos, visones, vacas y ratones. Tenían claro, eso sí, que se había producido alguna circunstancia que había acelerado la evolución de ómicron, ya que en una sección de ARN donde debería haber una velocidad de 0,45 mutaciones al mes, comprobaron que se habían producido 1,5 –el triple de otras variantes.

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“Por eso creímos que el progenitor de ómicron podría estar un salto de humanos a no humanos, porque este proceso requiere importantes mutaciones en la proteína espiga para adaptarse con rapidez al nuevo huésped”, explican los autores. Los análisis en ratones lo confirmaron: “Las mutaciones en la proteína espiga de ómicron se solapan con las mutaciones adaptadas a ratones”.

Este hallazgo no es una buena noticia, ya que cuando comenzó la pandemia se observó que los ratones no eran huéspedes adecuados para el coronavirus, pero el hecho de que alguna de sus variantes se pueda propagar con facilidad entre estos roedores, evolucionar en la especie, y volver a los humanos puede dificultar más la erradicación del virus, aunque eso no significa que la enfermedad que provoque sea grave.

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Según han explicado los investigadores “una vez que una variante adquiere la capacidad de infectar a un nuevo huésped, puede acumular mutaciones en ese nuevo reservorio animal y hacerse transmisible a otro huésped”. Una “reacción en cadena”, según lo califican, que hace probable que los animales vuelvan a contagiar nuevas versiones del virus a los humanos.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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