Un gen de riesgo de alzhéimer también se relaciona con la aterosclerosis

El CNIC descubre que un gen asociado al riesgo de alzhéimer también aumenta la predisposición a desarrollar aterosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares, mientras que portar la variante la variante APOE2 puede proteger de ambas.
Médico sosteniendo un modelo 3D de un corazón

23/01/2024

El gen APOE4 es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrolla alzhéimer. De hecho, una investigación realizada por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y publicada en Science Translational Medicine mostró que este gen tiene un impacto generalizado sobre la capacidad de las células cerebrales para metabolizar los lípidos y responder al estrés y altera significativamente la capacidad de estas células para llevar a cabo sus funciones normales.

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Un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), centro dependiente del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha revelado que el gen de la apolipoproteína E4 (APOE4) también se asocia con un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis subclínica en la mediana edad y que, por el contrario, las personas portadoras de la variante APOE2 están protegidas frente a la aterosclerosis; esta variante también se considera protectora para el desarrollo de alzhéimer.  

Los resultados se han publicado en la revista Circulation Research y ayudan a comprender mejor el papel que desempeña APOE en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, además de tener importantes implicaciones terapéuticas y preventivas para la salud cardiovascular, especialmente en la primera mitad de la vida adulta. El trabajo ha sido coordinado por la Dra. Marta Cortés Canteli y el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC.

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Riesgo genético de desarrollar alzhéimer y patología cardiovascular

Se sabe que el gen APOE codifica para la apolipoproteína E que, una de cuyas funciones es ayudar a transportar los lípidos en la sangre. El gen tiene tres alelos principales que dan lugar a distintas isoformas de esta lipoproteína: APOE2, APOE3 y APOE4. “El haber heredado uno u otro de estos alelos confiere al individuo un riesgo diferente de desarrollar distintas enfermedades, entre ellas enfermedad cardiovascular y enfermedad de Alzheimer”, explica la Dra. Cortés Canteli, neurocientífica del CNIC e investigadora Miguel Servet del Instituto de Investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz.

Las personas que heredan APOE4 tienen niveles elevados de colesterol y a consecuencia de ello un mayor riesgo de sufrir aterosclerosis, mientras que aquellas que tienen APOE2 presentan menos colesterol y menor prevalencia de aterosclerosis. No obstante, los mecanismos responsables de estas asociaciones son complejos y el impacto de la edad, el sexo y otros factores de riesgo cardiovascular no estaba claro, en particular en las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad.

“Haber heredado uno u otro de estos alelos confiere al individuo un riesgo diferente de desarrollar distintas enfermedades, entre ellas enfermedad cardiovascular y enfermedad de Alzheimer”

Los investigadores del CNIC han comprobado ahora que existe un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis subclínica en individuos APOE4 debido a que tienen niveles elevados de LDL colesterol (o colesterol “malo”). Para llegar a esta conclusión analizaron los datos de individuos de mediana edad (entre 40 y 54 años) del estudio PESA-CNIC-Santander, dirigido por el Dr. Fuster, y que incluye a más de 4.000 participantes asintomáticos de mediana edad en los que se está evaluando exhaustivamente la presencia y desarrollo de aterosclerosis subclínica desde el año 2010.

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El hallazgo abre una ventana para implementar estrategias de intervención temprana. Además, la investigación desvela que las personas con APOE2 presentaban menos aterosclerosis subclínica en arterias carótidas, femorales y coronarias. Los investigadores explican que esta protección frente a la aterosclerosis se debe a que presentan niveles normales de triglicéridos, o, en el caso de las mujeres y en el grupo más joven (de 40 a 44 años de edad), a tener niveles de LDL-colesterol más bajos. “Todo esto resalta, una vez más, la importancia de mantener un estilo de vida saludable”, asegura el Dr. Fuster.

No obstante, en los hombres y en las personas más mayores (de 45 a 54 años), dicha protección de APOE2 parecía requerir algún mecanismo adicional. De hecho, los investigadores identificaron un enriquecimiento en rutas moleculares asociadas con procesos antiinflamatorios y una disminución en genes implicados en procesos coagulatorios y de activación de complemento en las personas portadoras del APOE2. Ello sugiere, asegura la Dra. Raquel Toribio Fernández, coprimera autora del estudio, “que la modulación del sistema inmune presente en los individuos APOE2 podría estar contribuyendo a la protección frente a la aterosclerosis en los estadios más tempranos”.

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Estos resultados sugieren que conocer qué isoforma de APOE está presente en cada individuo podría mejorar la estratificación del riesgo cardiovascular, “especialmente durante las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad cardiovascular”, destaca la Dra. Catarina Tristão Pereira, co-primera firmante del artículo.

Fuente: Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)

Actualizado: 23 de enero de 2024

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