Un estudio realizado por científicos de la University of Chicago y la Medical University of South Carolina, en Estados Unidos, ha demostrado por qué un fármaco empleado en la deshabituación tabáquica, la vareniclina, podría resultar también efectivo para que los pacientes limitasen la ingesta de alcohol.

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En el año 2006 la vareniclina comenzó a administrarse en Estados Unidos a personas que querían dejar de fumar, tras comprobarse que con esta sustancia los pacientes tenían entre dos y tres veces menos riesgos de reincidir en este hábito tan nocivo para la salud. Algunos de estos pacientes disminuyeron el consumo de alcohol durante el tratamiento, lo que impulsó a los investigadores a intentar descubrir si esto era una consecuencia directa de la administración de vareniclina y por qué ocurría.

Los científicos constataron que la vareniclina altera los efectos asociados al consumo de alcohol incrementando las sensaciones desagradables

Para comprobarlo, los autores del estudio observaron los efectos que tenía esta sustancia sobre el consumo de alcohol, analizando las reacciones de 15 voluntarios sanos (ocho varones y siete mujeres), después de que tomaran, o bien vareniclina o bien placebo y, seguidamente, bebidas que contenían placebo, o dosis bajas o altas de alcohol, respectivamente. Los científicos constataron que la vareniclina altera los efectos asociados al consumo de alcohol incrementando las sensaciones desagradables, y que por este motivo las personas que toman este fármaco ven disminuido su deseo de ingerir alcohol.

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Los investigadores explican que los medicamentos que se emplean para tratar la adicción al alcohol actúan de dos formas; o disminuyen los efectos gratificantes que consigue un individuo al beber alcohol, o le provocan malestar cuando lo hace, y la vareniclina funciona de manera similar a estos últimos. Según Hugh Myrick, profesor adjunto de Psiquiatría de la Medical University of South Carolina, y uno de los autores del trabajo, este efecto de la vareniclina podría ser muy útil teniendo en cuenta que la dependencia del tabaco se asocia con frecuencia al consumo de alcohol, por lo que un fármaco que actuase contra ambas adicciones resultaría muy beneficioso para los pacientes.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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