Las principales causas y factores de riesgo para el desarrollo de la arteriosclerosis son los siguientes:

  • Predisposición familiar. No solo se puede asociar la predisposición genética ligada a una familia, sino también sus hábitos como el sedentarismo o el tabaquismo. No obstante es innegable que la aparición de un evento cardiovascular antes de los 50 años en un familiar de primer grado hace sospechar la posibilidad de cierta predisposición en una familia.

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  • Dislipemia. Esto supone una alteración en el metabolismo del colesterol, de tal manera que una hipercolesterolemia está directamente asociada a un incremento en la incidencia de enfermedad cardiovascular. El colesterol LDL será el responsable de la progresión de la placa de ateroma, mientras que los niveles altos de HDL tienen un efecto protector sobre la arteriosclerosis.
  • Hipertensión arterial. Es un factor independiente de gran importancia, pues uno de cada tres adultos la padecen y en la mayoría de ocasiones sin saberlo. Su incidencia aumenta con la edad, por lo que en las últimas décadas hemos asistido a un aumento de casos por tener un envejecimiento de la población.
  • Diabetes. Sobre todo el tipo II, produciendo una arteriosclerosis más extensa, más difusa y con mayor expresividad clínica, mayor número de eventos. Estas situaciones se ven sobre todo en diabéticos mal controlados. Los diabéticos tienden a tener un colesterol LDL elevado, un HDL disminuido y una hipertrigliceridemia, que es una combinación altamente aterogénica (formadora de placa de ateroma).

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  • Tabaquismo. Es el factor prevenible de arteriosclerosis más importante, estando relacionado directamente con la muerte por causa cardiovascular. El estudio Framingham ya demostró un aumento de la mortalidad cardiovascular del 18% en hombres y del 30% en mujeres fumadoras. Se relaciona con la rotura de la placa, con aumento de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial.

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Creado: 11 de diciembre de 2015

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