Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia y la Escuela de Harvard, en Estados Unidos, ha revelado que La Niña, un fenómeno meteorológico que se produce en el área tropical del Océano Pacífico en intervalos aproximados de entre dos a siete años, y que dura varios meses, interfiere en los patrones migratorios de las aves, alterándolos, y que esto tiene como consecuencia que se desarrollen nuevas cepas peligrosas del virus de la gripe, responsables de las pandemias.

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Para llegar a esta conclusión, los científicos han estudiado las condiciones climáticas que precedieron a las graves pandemias de gripe ocurridas en los años 1918, 1957, 1968 y 2009, que afectaron a un gran número de personas, y tuvieron una elevada tasa de mortalidad, y han observado que, en todos los casos, las temperaturas oceánicas registradas en el Pacífico ecuatorial fueron más bajas de la media habitual en los meses previos a la propagación de la enfermedad.

Las pandemias analizadas se produjeron porque el genoma de la gripe se había modificado significativamente. Según varias investigaciones citadas por los autores del estudio, el modelo climático establecido por La Niña, modifica el patrón migratorio de las aves (principales reservorios de la gripe humana) y cambia los hábitos de estos animales, facilitando que distintas especies entren en contacto y se mezclen y, como consecuencia de ello, se desarrollen nuevas cepas más virulentas de gripe, que dieron origen a estas cuatro pandemias.

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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