Párkinson
El párkinson es una enfermedad degenerativa crónica que se manifiesta generalmente por temblores incontrolables, pero hay otros síntomas que pueden ayudar a detectarla precozmente, conócelos y cómo se manejan.

Alimentación para pacientes de párkinson

Sergio García Escrivá

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Los pacientes de párkinson, en principio, no tienen necesidades nutricionales diferentes a las personas sanas, salvo aquellos que presentan a la vez diabetes, niveles de colesterol o triglicéridos altos, algún tipo de patología gastrointestinal como enfermedad celíaca o intolerancia a la lactosa, entre otras. Pero presentan ciertas dificultades derivadas de su patología (ya sea por dificultar al masticar, tragar, producir saliva, pérdida del apetito, estreñimiento o cualquier otra), que hacen preciso poner una especial atención a la hora de alimentarles.

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El principal objetivo es conseguir que estas limitaciones no se reflejen en su estado nutricional, intentando encontrar una dieta variada y equilibrada que les aporte los nutrientes necesarios. Una dieta inadecuada puede favorecer la aparición de otras afecciones como: infecciones (y retrasar su curación), debilidad muscular (empeorada por la hipocinesia del párkinson), úlceras en la piel del paciente si permanece mucho tiempo en cama...

El párkinson, además, es una patología que presenta un gran requerimiento energético, ya que los temblores en reposo hacen que se consuma gran cantidad de energía. Una buena ingesta evitará pérdidas de peso no deseadas. Además, una correcta alimentación puede suavizar en cierta medida los efectos adversos de la terapia (estreñimiento y náuseas), ya que la absorción de los fármacos en el intestino cuando este contiene alimento es más lenta.

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No obstante, cabe recordar que la levodopa, por su naturaleza, es un fármaco que si se administra con alimentos ricos en proteínas, puede resultar menos efectivo. En caso de que el paciente o el cuidador noten un empeoramiento de los síntomas, habrá que reajustar la cantidad de proteínas ingeridas.

No hay que olvidar que si  la enfermedad se encuentra en estado avanzado, será recomendable administrar la comida en pequeños trozos; y que es preferible tomar pequeñas raciones de comida, repartidas a lo largo del día y compuestas de diversos nutrientes, lo que facilitará la ingesta sin afectar al equilibrio nutricional.

Por supuesto, cualquier pérdida de peso injustificada deberá ser siempre comentada con el médico.

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Creado: 10 de abril de 2013

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