Tos ferina
La tos ferina afecta sobre todo a niños y jóvenes, y es muy peligrosa para los bebés menores de seis meses, que pueden sufrir serias complicaciones e, incluso, morir. Por suerte, existe una vacuna para prevenirla.

Tratamiento de la tos ferina

Sergio García Escrivá

Por: Sergio García Escrivá

Licenciado en Farmacia

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 2 de febrero de 2024

Fármacos para tratar la tos ferina

La tos ferina (o coqueluche) es una enfermedad bacteriana y, como tal, el pilar del tratamiento prescrito por su médico serán antibióticos. Los más utilizados son los antibióticos del grupo de los macrólidos, destacando la azitromicina, claritromicina y eritromicina. Estos antibióticos son más efectivos cuando se administran durante las primeras etapas de la enfermedad, preferiblemente durante la fase catarral o al inicio de la fase paroxística, para reducir la severidad y duración de los síntomas y disminuir la capacidad de transmisión de la enfermedad. 

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Junto al tratamiento antibacteriano, se requerirán en muchos casos medidas de soporte (especialmente tratamiento con oxígeno) para facilitar el intercambio de gases en el paciente y mejorar su función respiratoria, mientras que el antibiótico comienza a ejercer su acción. La tos se controla mal con los antitusígenos habituales (codeína y dextrometorfano), siendo algo más leve con el uso de algunos inhaladores como el salbutamol o la budesonida.

La profilaxis para las personas cercanas que han estado en contacto con pacientes enfermos de tos ferina también es la eritromicina como tratamiento preventivo de elección, especialmente en hogares con bebés o mujeres embarazadas, anque no está universalizada esta medida.

Su médico le prescribirá el tratamiento de la tos ferina más adecuado en función de sus características personales; y su farmacéutico le dará las indicaciones necesarias para que la terapia resulte más eficaz. Pregunte siempre a los profesionales sanitarios antes de medicarse. Es importante recordar que la vacunación es la medida preventiva más eficaz contra la tos ferina. La inmunización no solo protege a las personas vacunadas, sino que también ayuda a proteger a los miembros más vulnerables de la comunidad mediante la creación de inmunidad de rebaño.

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Claves para el alivio de los síntomas de la tos ferina

Por otro lado, hay algunas pautas que los pacientes o sus familiares deben seguir para manejar los síntomas asociados a la tos ferina:

  • Hidratarse bien: mantener una buena hidratación es crucial, especialmente si la tos severa causa vómitos.
  • Descansar: el descanso adecuado ayuda al cuerpo a luchar contra la infección.
  • Ambiente húmedo: usar un humidificador puede ayudar a aliviar la tos y la congestión nasal.
  • Hacer comidas pequeñas y frecuentes: para aquellos que experimentan vómitos después de los episodios de tos, comer pequeñas cantidades de alimento con frecuencia puede ayudar.
  • Evitar irritantes: los irritantes como el humo del tabaco, el polvo y otros contaminantes del aire pueden empeorar la tos y deben evitarse.

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Cuidados en el hogar del infectado por tos ferina

  • Aislamiento: para evitar la propagación de la enfermedad, es importante que las personas infectadas limiten el contacto con otros, especialmente con bebés, mujeres embarazadas y cualquier persona con un sistema inmunológico debilitado, hasta que hayan completado al menos cinco días de tratamiento antibiótico.
  • Monitoreo de complicaciones: en bebés y personas con alto riesgo de complicaciones, el monitoreo de signos de problemas respiratorios o de deshidratación es crucial. Buscar atención médica inmediata si se presentan complicaciones.

Tratamiento hospitalario de la tos ferina

En casos severos, especialmente en bebés y niños pequeños, puede ser necesario el tratamiento hospitalario. Esto puede incluir:

  • Supervisión médica: monitoreo de la respiración y el estado general de salud del paciente.
  • Oxígeno: para aquellos pacientes que presenten dificultad respiratoria.
  • Alimentación asistida: en casos de vómitos severos o dificultad para alimentarse, puede ser necesario administrar líquidos y nutrientes a través de un tubo nasogástrico o por vía intravenosa.
Complicaciones de la tos ferina

Pronóstico de la tos ferina 

Aunque estamos hablando de una infección grave, la gran mayoría de los pacientes con tos ferina se recuperan, aunque lentamente. Como hemos comentado, el tratamiento antibiótico y las medidas de soporte son fundamentales.

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No obstante, cuando los pacientes son niños menores de un año, el riesgo es mayor, estimándose entre un 1–2% el número de pacientes en este rango de edad que fallecen por las complicaciones derivadas de la infección.

En adultos y en niños mayores de dos años la enfermedad es bastante molesta, pero raramente es grave; y casi nunca mortal. No obstante, es destacable el hecho de que, habitualmente, los adultos o jóvenes son los que contagian a los pacientes más pequeños.

Complicaciones de la tos ferina

Posibles complicaciones asociadas a la infección por tos ferina son:

  • Bronconeumonía.
  • Otitis media (infección del oído medio).
  • Hemorragias cerebrales (por el esfuerzo continuo de la tos, que aumenta la presión dentro del cerebro). Pueden desembocar en retraso mental si el daño es severo, parálisis y otras neuropatías.
  • Hemorragias nasales, por la misma causa.
  • Hernia inguinal (debida al esfuerzo).
  • Prolapso rectal (salida de una parte de la mucosa rectal al exterior).
  • Apnea (detención en la respiración).
  • Convulsiones (principalmente en bebés).
  • Daño cerebral por hipoxia (disminución del aporte de oxígeno al cerebro).
  • Muerte.

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No obstante, el hecho de sufrir la infección por tos ferina no significa que el paciente vaya a verse afectado por alguna de estas complicaciones.

Creado: 29 de noviembre de 2011

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