Las mejoras en los tratamientos y técnicas de reproducción asistida han hecho posible limitar e, incluso, anular, el riesgo de transmisión viral en los casos de aquellas parejas en que uno de sus miembros es portador del virus del SIDA, algo que no era posible hace sólo unos años.

“La eficacia de los tratamientos antirretrovirales ha incrementado la esperanza y calidad de vida de estos pacientes, lo que ha provocado una demanda creciente de técnicas de reproducción asistida en parejas serodiscordantes para VIH, que desean tener hijos sin riesgo de contagio”, ha explicado el Dr. Elikn Muñoz, director de IVI Vigo, en el marco del VI Curso de Actualidad en Procedimientos Diagnósticos en Obstetricia y Ginecología y en Técnicas de Reproducción Asistida celebrado en la ciudad gallega los días 28 y 29 de abril.

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La infección por VIH afecta a personas de todas las edades, pero es especialmente común en la población joven. De hecho, se calcula que tres de cada cuatro personas infectadas con el virus se encuentran en edad de tener hijos.

Tres de cada cuatro personas infectadas con el virus se encuentran en edad de tener hijos

Tras dos años de experiencia con estos tratamientos, en IVI no se ha producido ni un solo caso de transmisión de la infección, lo que demuestra su seguridad en la actualidad. También muestra de esa seguridad es que la legislación actual no esgrime motivos para denegar los tratamientos de reproducción asistida a ninguna persona portadora del virus, a no ser que se encuentren en estado avanzado de la enfermedad. “El riesgo”, según el Dr. Muñoz, “se considera aceptable y comparable al asumido en otros tratamientos de reproducción asistida, como el caso de las mujeres en edad avanzada”.

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Actualmente, el riesgo de contraer el VIH en una relación sexual desprotegida para una mujer es de entre el 0,5 y el 1%, si no existen otras infecciones asociadas. Según el Dr. Muñoz, “el riesgo de seroconversión con coitos programados exclusivamente en el periodo fértil llega a ser del 4%”. El riesgo de contagio aumenta si la carga viral del miembro portador es alta, o si el no portador tiene una infección concomitante genital, inflamación o abrasiones.

También la hepatitis C, que afecta a más de una de cada cien personas en el mundo, se contagia a los hijos en un 2,7% de los casos. Su virus se encuentra en el semen de entre el 5 y el 30% de los varones con VIH y puede provocar esterilidad. El riesgo de transmisión sexual en parejas serodiscordantes es del 2,5% en diez años, y en la mujer aumenta con los años de exposición.

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Cuando el portador del VIH es el hombre

Si el infectado por el VIH es el hombre, existen métodos que reducen la carga viral y la probabilidad de transmisión del virus al bebé. El lavado seminal es uno de ellos. Consiste en aislar los espermatozoides más aptos para fecundar el óvulo, que es donde se concentra la mayor cantidad del virus.

Aunque tiende a creerse lo contrario, “la calidad del semen de los pacientes con VIH es normal, y solo en casos avanzados de la enfermedad disminuye el número y la movilidad. Tampoco los antirretrovirales tienen ningún efecto negativo sobre su calidad”, según señala el experto.

Existen métodos que reducen la carga viral y la probabilidad de transmisión del virus al bebé

Con la técnica de Fecundación in Vitro tradicional o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), asociada al lavado de semen, se reduce la exposición de la mujer a los espermatozoides potencialmente peligrosos. Además, el lavado se realiza congelando la mitad de la muestra, lo que permite la recomprobación de los análisis.

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Por todo ello, el Dr. Muñoz explica que, “aunque no existen datos suficientes para asegurar que la inseminación artificial tenga una tasa de transmisión del VIH menor que la relación sexual, parece probable que así sea”.

Diagnóstico prenatal no invasivo

Otro de los temas que se tratan en este curso organizado por IVI Vigo es el diagnóstico prenatal no invasivo gracias al análisis de la sangre materna. Actualmente, cuando la mujer está embarazada, el método estándar para detectar si el feto es portador de una enfermedad es realizar una prueba invasiva, que siempre comporta un peligro.

“Aunque pequeño, cualquier prueba invasiva entraña un riesgo de provocar un aborto. Se estima que ese riesgo es del 0.5 y el 1% en el caso de la amniocentesis, entre el 1 y el 3% en el de la biopsia corial y de entre el 2 y el 7% cuando se realiza una punción del cordón umbilical”, según el Dr. Julio Martín, director de laboratorio de PGD de IVI Valencia.

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Ante este riesgo, cobra una gran importancia el hallazgo de material genético (ADN o ARN) del feto en la sangre materna. Este descubrimiento permite identificar y cuantificar millones de fragmentos de ADN y separar los fetos normales de aquellos portadores de enfermedad. “A la espera de estudios concluyentes sobre su validez para el diagnóstico de aneuploidias o cambios en los cromosomas, se intuye que el uso de esta técnica no invasiva será universal próximamente”, indica el Dr. Martín.

Recientemente, esta técnica se ha utilizado con éxito para determinar el sexo del feto (con ello se pueden evitar enfermedades propias de uno y otro sexo), y se está investigando especialmente en el diagnóstico de las aneuploidias, sobre todo la trisomía 21 que ocasiona el síndrome de Down.

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Fuente: Institución Médica IVI

Actualizado: 13 de noviembre de 2018

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