Uno de cada dos afectados por glaucoma lo desconoce

Los expertos alertan de que uno de cada dos afectados por glaucoma lo desconoce, y aconsejan revisiones oculares periódicas a partir de los 40 años para detectar la patología a tiempo y frenar la pérdida de visión.
Un paciente se somete a una revisión ocular
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, pero la detección precoz y el tratamiento pueden frenar los daños en el ojo.

El glaucoma constituye la segunda causa de ceguera en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, se estima que uno de cada dos afectados por este trastorno ocular no sabe que lo padece, y solo el 40% de la población española se ha sometido a un examen visual exhaustivo en el último año, a pesar de que este tipo de revisiones oculares constituyen el método más efectivo para prevenir las consecuencias de esta enfermedad, cuya incidencia aumenta con el envejecimiento (a partir de los 60 años).

La edad, los antecedentes familiares de glaucoma, otros problemas de salud de los ojos como hipermetropía o miopía, y enfermedades como diabetes o hipertensión arterial, aumentan el riesgo de desarrollar glaucoma

Aunque no es posible prevenir el desarrollo de glaucoma, que se produce a consecuencia de un incremento en la presión intraocular, un diagnóstico precoz permite establecer un tratamiento que evite la progresión de la pérdida de visión del paciente. Como ha explicado el profesor Julián García Feijoo, Jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG), el glaucoma no suele presentar síntomas tempranos por lo que es muy importante someterse a controles periódicos a partir de los 40 años de edad.

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Entre los principales factores de riesgo para desarrollar esta patología, además de la elevación de la presión intraocular, se encuentran la edad, los antecedentes familiares de glaucoma, y la presencia de otros problemas de salud de los ojos como hipermetropía o miopía, o de enfermedades como diabetes o hipertensión arterial.

El glaucoma no tiene cura en la actualidad, pero dependiendo del tipo de glaucoma y su gravedad y de cómo responda el paciente, se puede tratar con colirios o mediante una intervención quirúrgica, con el objetivo de controlar la presión intraocular y evitar que la visión se siga deteriorando e, incluso, pueda desembocar en ceguera.

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Actualizado: 24 de junio de 2019

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