Identifican una nueva diana para tratar la fibrosis hepática

Investigadores españoles han descubierto mecanismos involucrados en la progresión de la fibrosis hepática –asociada a cirrosis y cáncer de hígado– e identificado inhibidores farmacológicos que ayudarían a combatirla.
Diana para tratar la fibrosis hepática
Determinados cambios químicos de las proteínas del hígado están involucrados en la progresión y regresión de la fibrosis hepática.

Una investigación realizada por científicos españoles ha descubierto que determinados cambios químicos de las proteínas del hígado están involucrados en la progresión y regresión de la fibrosis hepática como condición clínica previa al desarrollo de cirrosis y cáncer de hígado. Además, los estudios que se han llevado a cabo para concluir este trabajo han permitido identificar inhibidores farmacológicos de este mecanismo –algunos de los cuales actualmente incluidos en ensayos clínicos en fase II para el tratamiento del cáncer– que podrían emplearse para combatir la fibrosis hepática.

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El estudio, cuyo objetivo era avanzar en el tratamiento de la fibrosis hepática (una acumulación de tejido cicatricial en el hígado) y paliar sus graves consecuencias, se ha publicado en Hepatology, una prestigiosa revista médica, y ha sido realizado por investigadores de CIC bioGUNE y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), gracias a la colaboración de organizaciones sin ánimo de lucro y de numerosas donaciones anónimas, entre otras fuentes de financiación.

La fibrosis hepática se asocia a la progresión de la enfermedad crónica del hígado, y puede provocar cáncer de hígado, un tipo de tumor que se estima que causa alrededor de 600.000 muertes al año en el mundo

La doctora María Luz Martínez Chantar, una de las investigadoras que ha liderado el trabajo, ha señalado que la fibrosis hepática es una enfermedad compleja que afecta a muchos tipos de células presentes en el hígado. En el nuevo estudio –explica la experta– han observado que se producía un incremento de algunos cambios químicos de las proteínas hepáticas de estos distintos tipos de células durante la progresión de la fibrosis, por lo que el empleo de inhibidores químicos que previniesen dichos cambios conllevaría una mejoría generalizada de los hepatocitos –el principal tipo de células hepaticas–, junto a un descenso de la producción de sustancias nocivas por parte de las células estrelladas del hígado.

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La fibrosis hepática se asocia a la progresión de la enfermedad crónica del hígado, que puede desembocar en cirrosis, o cáncer de hígado, un tipo de tumor que se estima que causa alrededor de 600.000 muertes al año en el mundo. En la actualidad, además, este tipo de cáncer no solo se relaciona con la hepatitis vírica, que hasta ahora constituía el principal factor de riesgo para su aparición, sino también con la diabesidad, o combinación de obesidad y diabetes tipo 2, que ha provocado un significativo aumento del cáncer de hígado en los países desarrollados, a pesar de los avances farmacológicos en el tratamiento de la hepatitis C.

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Actualizado: 21 de mayo de 2020

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