El ejercicio físico recreativo reduce la adiposidad infantil

Los programas dirigidos a fomentar el ejercicio con fines recreativos en la escuela han demostrado su efectividad para reducir la adiposidad y mejorar el perfil lipídico de niños y adolescentes, y prevenir la obesidad infantil.
Niñas haciendo ejercicio físico
Un grupo de niños se divierte haciendo ejercicio en unas espalderas.

Fomentar el ejercicio físico con fines recreativos, como los juegos en el patio del recreo o en las instalaciones deportivas de la escuela, contribuye a reducir la adiposidad en los niños y a mejorar su perfil lipídico, además de inculcarles unos hábitos muy saludables en cuanto al tipo de actividades a las que dedican su tiempo libre, unos hábitos que seguramente mantendrán cuando sean adultos.

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Como explica el responsable del Programa MOVI –dirigido a fomentar la práctica de ejercicio lúdico no competitivo en los niños de entre 9 y 11 años–, el profesor Vicente Martínez Vizcaíno, los primeros años de la infancia son los más apropiados para inculcar hábitos de vida saludable. 

El Programa MOVI –que tiene una segunda fase, MOVI-2, para analizar la efectividad de estas intervenciones a la hora de reducir la obesidad infantil y los factores de riesgo cardiovascular–, incluyó a alrededor de 1.100 niños procedentes de 20 colegios de la provincia de Cuenca.

Los escolares realizaron ejercicio recreativo y no competitivo en sesiones de 90 minutos tres veces a la semana a lo largo de dos años lectivos, y se observó que esta actividad tuvo un efecto positivo en la disminución de la adiposidad y la mejora del perfil lipídico de los menores.

Los escolares realizaron ejercicio recreativo y no competitivo en sesiones de 90 minutos tres veces a la semana a lo largo de dos años lectivos, y esta actividad tuvo un efecto positivo en la disminución de la adiposidad y la mejora del perfil lipídico de los menores

El programa MOVI-2, por su parte, incrementó el tiempo durante el que los niños realizaban este tipo de ejercicio, que pasó a dos sesiones de 90 minutos un par de días lectivos a la semana, y 150 minutos adicionales los sábados, de actividad física moderada-vigorosa, con el objetivo de comprobar la repercusión que tenía este cambio sobre sus hábitos de vida.

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El profesor Martínez Vizcaíno ha explicado que los dispositivos electrónicos han provocado un aumento de las actividades sedentarias en los niños y los adolescentes, y que los programas dirigidos a reducir el sedentarismo en este colectivo han demostrado ser muy beneficiosos para prevenir la obesidad. Este experto considera que el colegio es un escenario ideal para establecer estos programas que estimulen la práctica de ejercicio físico porque los niños pasan gran parte de su tiempo en los centros escolares y los juegos recreativos favorecen, además, la relación y la socialización de los menores.

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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