Muévete y duerme mejor: asocian la actividad física a mayor latencia REM

Comprueban que realizar más actividad física de baja intensidad, está vinculado a una mayor latencia de sueño REM,y por tanto a un sueño más profundo y restaurador, asociado con más energía y menos estrés la mañana siguiente.
Un hombre con atuendos deportivos durmiéndo plácidamente

04/04/2024

La calidad del sueño no depende únicamente de la cantidad de horas que permanecemos dormidos, sino del tiempo que pasamos en cada una de las fases del sueño, que se van alternando a lo largo de la noche. Nuestro estilo de vida influye directamente en los hábitos de descanso y ahora un estudio ha revelado que la actividad física prolonga la latencia del sueño REM, es decir, el tiempo necesario para alcanzar la fase REM del sueño.

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Esto sugiere que el ejercicio contribuye a consolidar las fases más profundas del sueño antes de entrar en el sueño REM, momento en el cual experimentamos sueños vívidos y nuestra actividad cerebral es similar a la que tenemos cuando estamos despiertos. La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Texas en Austin y ha proporcionado la validación más fiable hasta la fecha sobre la relación entre la actividad física, la calidad del sueño y la salud psicológica.

Existen estudios científicos respaldados por evidencias anecdóticas que ya demostraban que hacer ejercicio de manera regular mejora la calidad del sueño. Y, cuanto mejor dormimos, mejor es nuestro estado de ánimo. A pesar de la abundante evidencia científica que apoya estas afirmaciones, hasta ahora los estudios se habían realizado en entornos de laboratorio, basando sus conclusiones en la observación de experiencias tras una única noche de sueño. Estas metodologías limitadas representan un problema para cualquier estudio científico, independientemente de la aceptación de sus hallazgos.

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“Se puede aprender mucho de los estudios de laboratorio, pero obviamente hay limitaciones al estudiar los patrones de sueño de los participantes en una sola noche”, ha afirmado Benjamin Baird, profesor asistente de investigación de psicología y uno de los autores del estudio. “Es un entorno desconocido y de tipo clínico, lo que puede ser estresante. Y tampoco se puede observar a lo largo del tiempo. Así que siempre hay preguntas sobre la generalización de ese tipo de diseño”.

Impacto de las actividades diarias en el sueño y el estado de ánimo

Los autores del nuevo estudio examinaron cómo los patrones de actividad física diaria influyen en las fases del sueño y el bienestar emocional en un entorno natural –en casa, en el trabajo y durante las actividades cotidianas– a lo largo de varios meses. Sus hallazgos se han publicado en Nature Scientific Reports.

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Para ello utilizaron tecnología wearable avanzada para monitorear los niveles de sueño y actividad en 82 adultos jóvenes. Un rastreador de actividad llevado en la muñeca registraba tanto el movimiento como la frecuencia cardíaca. A partir de estas señales, se podían determinar los períodos de sueño profundo (NREM) y REM, junto con la actividad física. Una aplicación para smartphones se utilizó para recopilar datos de bienestar auto-informados.

Este estudio se originó a partir de un estudio piloto realizado como parte de Whole Communities–Whole Health, un programa de investigación de gran envergadura que adopta un enfoque interdisciplinario sobre cómo se recopilan los datos de atención médica, al mismo tiempo que involucra a las comunidades y a los participantes en el proceso de investigación. Este estudio más amplio replicó con éxito muchos de los hallazgos previamente realizados en laboratorios de sueño: específicamente, que participar tanto en actividad física de baja intensidad como en actividad física moderada a vigorosa estaba vinculado a un sueño más profundo y restaurador, y que un mejor sueño, a su vez, estaba asociado con más energía y menos estrés la mañana siguiente.

Las diferencias en la arquitectura del sueño –las tres etapas del sueño no REM (sueño ligero, profundo y más profundo) y el sueño REM– están asociadas con el bienestar percibido por las personas

La principal diferencia en esta ocasión fue el uso innovador de tecnología wearable por parte de los investigadores, lo que permitió un monitoreo continuo de los comportamientos de los participantes, proporcionando una imagen completa de las actividades diarias y su impacto en el sueño y el estado de ánimo durante varias semanas, incluso meses.

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Baird señaló que, por primera vez, los investigadores pudieron abordar cómo estas diferencias en la arquitectura del sueño están asociadas con el bienestar percibido por las personas. La arquitectura del sueño se refiere a la estructura de cada ciclo de sueño de 90 a 120 minutos: las tres etapas del sueño no REM (sueño ligero, profundo y más profundo) y el sueño REM, que constituye el último 25% aproximadamente de cada ciclo.

“Lo hemos demostrado usando un Fitbit estándar que cualquiera podría usar –ni siquiera es un dispositivo científico caro– que es sensible a estas medidas de la arquitectura del sueño, de una manera que muestra resultados predictivos”, ha declarado David M. Schnyer, coautor y presidente del Departamento de Psicología.

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“El mundo es tu ostra ahora. Puedes usar este dispositivo para estudiar todo tipo de datos diferentes sobre la arquitectura del sueño relacionados con el estilo de vida –relacionados con el estado de ánimo y los trastornos del estado de ánimo– en el campo, no en un laboratorio, lo que antes se pensaba que no era posible”, concluye el investigador.

Actualizado: 4 de abril de 2024

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