Por qué practicar yoga o Pilates durante el embarazo
Actualizado: 19 de enero de 2023
Durante el embarazo suelen recomendarnos un cierto grado de actividad física que nos mantenga activas y en forma sin poner en riesgo nuestra salud o la del feto. Por sus cualidades, ritmo y beneficios, dos de las actividades más recomendadas por los expertos para estos intensos meses de tu vida son el yoga y el método Pilates.
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Prevenir la incontinencia urinaria, mejorar las posturas, fortalecer y tonificar los músculos, liberar tensión física y emocional…, son numerosos los beneficios de practicar yoga y Pilates durante el embarazo. Estas dos actividades de bajo impacto se basan en ejercicios suaves que resultan ideales a lo largo de toda la gestación, y que también extienden sus bondades al parto, e incluso al puerperio.
En palabras de la especialista en el método Pilates prenatal y posnatal y responsable de fisioterapia de la clínica alicantina Maternum, Paula García Angüís: “el método Pilates durante la gestación prepara a la futura mamá de cara a los numerosos cambios físicos, estructurales y emocionales que el embarazo trae consigo, además de trabajar y mejorar las funciones de todas las estructuras implicadas en el parto. Es un trabajo de cuerpo y mente que permite coordinar los movimientos y la respiración”.
En cuanto al yoga, también es una fuente de salud que trabaja a nivel físico, pero que pone énfasis en la concentración mental. “El fin primario del yoga es destensionar el cuerpo y concentrar la mente, para poder conectar. Se usa la respiración como un instrumento de concentración para conectar el cuerpo y la mente, y también se pueden trabajar otras sensaciones: contracciones, movimientos del bebé en el útero, sonidos… Durante el embarazo, la práctica del yoga te permite un espacio de calma desde donde respirar y observar la grandeza de lo que está ocurriendo en tu cuerpo”, indica Lourdes Vidal, profesora de yoga, formadora y fundadora de Oyoga Sevilla.
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En definitiva, apostar por estas dos disciplinas es conseguir eso de mens sana in corpore sano. Aunque nunca te olvides de informar a tu ginecólogo de tu intención de practicarlas y, por supuesto, siempre ponte en manos de buenos profesionales que adapten los ejercicios a tus necesidades (si tienes un embarazo considerado de riesgo, placenta previa, o diabetes gestacional, por ejemplo, quizás esté contraindicado, o habrá ejercicios que no podrás hacer).
No obstante, si te apuntas a clases es conveniente que también informes a tus monitores de tu embarazo, la semana en la que te encuentras y la evolución del mismo, para adaptar los ejercicios a tu ritmo y condición física o posibles molestias que puedan aparecer durante la gestación, y poder seguir disfrutando de las ventajas que ofrece la práctica de estas disciplinas para las embarazadas.
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Creado: 21 de noviembre de 2016