Abuelos canguro
La difícil conciliación de la vida familiar y laboral ha originado la figura de los abuelos canguro, quienes, a veces casi obligados, se ocupan del cuidado de sus nietos, a pesar de las limitaciones que pueden tener.

Abuelos sobrecargados de obligaciones

Marina García

Por: Marina García

Periodista, experta en salud y tercera edad

Actualizado: 28 de junio de 2022

Sería aventurado afirmar que todos los abuelos se prestan voluntarios para ejercer de babysitter de sus nietos, pero sí es cierto que la mayoría de ellos están encantados y no ponen ningún impedimento, ya que, además de hacerles un favor a sus hijos, pueden pasar más tiempo con sus nietos, lo que les aporta vitalidad, están entretenidos y acompañados, y se sienten útiles.

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Esta idea, de primeras, puede resultar muy atrayente para los mayores de la familia, pero la nueva tarea adquirida no resulta fácil, ni siquiera para alguien con tanta experiencia como ellos. Los nuevos abuelos canguros se deben enfrentar a una generación de niños con una larga lista de deberes, con diferentes clases extraescolares, e inmersos en el mundo digital, a lo que hay que sumarle las tareas básicas de alimentación, higiene, y desplazamientos al colegio, centros deportivos, casas de amigos, etcétera.

Y si se trata de un bebé requiere atención constante, agilidad y fuerza para acunarle, cambiarle el pañal o acompañarle en sus primeros pasos y caídas, tareas que no son fáciles ni para quienes tienen 30 años menos.

Esta suma de obligaciones pueden llegar a sobrepasar a los abuelos, y lo que al principio era un deseo se convierte en una carga de la que no saben escapar. Sabiendo que sus hijos necesitan de su ayuda, no resulta nada fácil decirles que no pueden hacerse cargo de sus nietos, por lo que al cansancio físico y mental que llegan a sentir muchos abuelos, hay que sumarle el sentimiento de culpa por no poder cumplir el favor al que se habían comprometido.

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Sin embargo, también hay abuelos que, a pesar de que pueden asumir todas estas tareas sin que sea un gran problema, la situación se convierte estresante y agobiante para ellos porque, estando ya jubilados, les gustaría dedicar su tiempo a otras actividades a las que tuvieron que renunciar durante su etapa laboral y, ahora que podrían disfrutarlas, de nuevo las tienen que dejar a un lado porque les ha surgido una nueva obligación, cuidar de sus nietos.

El síndrome del abuelo esclavo

Si la situación de sobrecarga, cansancio físico y mental, agobio, estrés y sentimiento de culpa no se reduce, el abuelo puede llegar a sufrir lo que ya se ha denominado como ‘síndrome de abuelo esclavo’. Los gerontólogos explican que este síndrome surge cuando el mayor no disfruta de la situación porque se ha convertido en una obligación, pero no es capaz de decírselo a sus hijos por miedo a defraudarles y a ocasionarles problemas, lo que incrementa su malestar pudiendo llegar a afectar a su estado mental, y a la larga perjudicar la relación familiar.

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Para evitarlo, es fundamental que se establezca una comunicación clara, directa y un respeto mutuo entre padres e hijos para que haya la suficiente confianza que les permita expresar lo que sienten en cada momento, sin que la otra parte se lo tome mal. Algo que puede ayudar a conseguir esto es que desde el principio se establezcan las funciones que cada uno va a realizar, en qué condiciones y dejando claro que no existen obligaciones preestablecidas.

Creado: 12 de junio de 2015

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