La percepción del mundo depende de los genes, y difiere en el autismo

La forma en que los niños observan las escenas sociales está determinada por sus genes, y es muy diferente en los menores con autismo, lo que puede ayudar a comprender esta enfermedad y detectarla precozmente, según un estudio.
Un niño pequeño observa atentamente la pantalla de una tablet
Gracias a este estudio se podría identificar a los niños con autismo observando los resultados del rastreo ocular.

La forma en la que miramos a otras personas, en la que percibimos el mundo, está fuertemente influenciada por nuestros genes. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado un equipo multidisciplinar de científicos estadounidenses, a través de una investigación que puede ser realmente importante para entender mejor el autismo, ya que sugieren que las personas nacemos con diferencias en las capacidades neurológicas, y que dichas diferencias pueden afectar a los comportamientos sociales.

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El estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista Nature Genetics, muestra que la genética influye en cómo los niños buscan experiencias sociales de las que aprender como, por ejemplo, establecer contacto visual, u observar las expresiones faciales de quienes les rodean. Y esto, que hasta ahora no se había estudiado, es especialmente importante porque puede proporcionar una hoja de ruta para que investigaciones futuras busquen genes relacionados con el autismo ya que, aunque se cree que el autismo tiene una base genética, la forma en que unos genes específicos influyen en el desarrollo de esta enfermedad sigue siendo algo desconocido.

Los niños con autismo pasaban más tiempo mirando a los objetos que a las caras de las personas que salían en los vídeos, en comparación con los pequeños cuyo desarrollo era típico

Los científicos analizaron los movimientos oculares de 338 niños, con una edad comprendida entre el año y medio y los dos años, mientras veían vídeos en los que aparecían madres y niños jugando. Del total de participantes en el estudio, 250 menores se desarrollaban normalmente –y entre ellos se incluían 41 pares de gemelos idénticos, 42 pares de gemelos no idénticos, y 84 niños no relacionados entre sí–, mientras que los otros 88 niños tenían autismo.

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Los resultados revelaron que los gemelos idénticos miraban los vídeos de manera casi idéntica –incluso cuando no se encontraban en presencia de su hermano– y, de hecho, el tiempo que dedicaban a mirar a los ojos de otra persona era casi el mismo, y también tendían a mover los ojos en los mismos momentos, la misma dirección y hacia el mismo contenido. En el caso de los gemelos no idénticos, sin embargo, la coincidencia solo se producía en el 10%. Esta conducta se mantuvo mientras iban creciendo, y los gemelos no idénticos incluso se diferenciaron algo más con el paso del tiempo.

La 'mirada diferente' de los niños con autismo

En comparación con los de desarrollo típico, los niños con autismo pasaban más tiempo mirando a los objetos que a las caras de las personas que salían en los vídeos. La diferencia fue tan consistente, que los investigadores podían incluso identificar a los niños con autismo solo con observar los resultados del rastreo ocular. Esto refuerza los resultados de investigaciones previas, en las que estos mismos científicos demostraban que los bebés de entre dos y seis meses de edad que miraban menos a los ojos de las personas en los vídeos, eran más propensos a recibir un diagnóstico de autismo a los tres años.

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Los expertos aseguran que los resultados del estudio demuestran que existe un comportamiento social significativamente diferente en los niños con autismo, que está fuertemente influenciado por la genética. En este sentido, la investigación proporciona datos detallados sobre cómo los niños miran las caras, incluyendo características de enfoque y el movimiento de los ojos; una información que podría ayudar a los científicos a determinar los circuitos que controlan los movimientos oculares, siendo así capaces de identificar a los genes que están siendo empleados en dichos circuitos, lo que sería un gran avance para la comprensión de los trastornos del espectro autista (TEA).

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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