Autismo
Conocer es comprender. Por ello, te proponemos un repaso por todo lo relacionado con el trastorno del espectro autista, desde sus tipos y síntomas, pasando por el tratamiento y las nuevas terapias.

Diagnóstico del autismo

Por: Hugo González Núñez

Licenciado en Farmacia

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Los trastornos del espectro autista pueden variar ampliamente en los síntomas manifestados y en la gravedad de estos, pudiendo pasar completamente desapercibidos en el caso de que los síntomas sean muy leves, o se encuentren enmascarados por otras patologías más graves o con sintomatología más marcada.

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Aunque el diagnóstico del autismo siempre debe ser realizado por un equipo multidisciplinar (neurólogo, psicólogo, psiquiatra, terapeuta del lenguaje y, en ocasiones, otros profesionales especialistas en este tipo de trastornos), existen ciertos síntomas que pueden hacer sospechar de la presencia de este trastorno. Estos síntomas son:

Síntomas del autismo en el primer año (lactante)

  • El bebé muestra escaso interés por el entorno.
  • Es capaz de permanecer un tiempo prolongado en la cuna sin requerir atención.
  • Ausencia de respuesta al abrazo de la madre.
  • Al cabo de cuatro meses de vida no muestra sonrisa social.
  • Pueden existir muestras de alegría no justificadas en casi ninguno de los casos de tipo social.
  • No muestra interés ni respuesta ante el rostro materno.
  • No es capaz de diferenciar a los familiares.
  • Ausencia de interés social.
  • Indiferente al juego y carantoñas.
  • Llanto no justificado de tiempo prolongado.
  • Ausencia de respuesta ante la verbalización de su nombre.

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Niño autista mirando por la ventana

Síntomas del autismo en el segundo y tercer año

  • Ausencia de respuestas emocionales hacia los familiares más cercanos (padres, abuelos, hermanos, etc).
  • Ausencia total o falta muy intensa de comunicación verbal.
  • Ausencia total o falta muy marcada de contacto visual.
  • Desarrollo de movimientos repetitivos estereotipados (automecerse, golpearse la cabeza, aletear las manos).
  • Carencia de respuesta dolorosa.
  • Temor ante los ruidos.
  • Llanto no controlable sin agente causal aparente.
  • Ausencia de juego con objetos.
  • Retraso en la adquisición de hábitos de higiene personal.
  • Control de esfínteres ausente o deficiente.

Síntomas del autismo en la niñez

  • Mismos rasgos distintivos que en etapas anteriores, pero tienden a acentuarse en lugar de atenuarse, como en el resto de los niños.
  • No son capaces de vestirse solos correctamente sin supervisión externa.
  • No se relacionan con otros niños y no tienden al juego social ni imaginativo, prefiriendo la soledad.
  • Tendencia compulsiva al orden de los objetos (alineación de las cosas). Por lo general, el niño suele mostrar patrones de interés anormales en intensidad y enfoque, y son muy restringidos (muestra interés anormal y excesivo por un abanico escaso de cosas).
  • Comunicación de vivencias y autoexperiencias bajo o inexistente.
  • La comunicación verbal es escasa y defectuosa. En muchos casos de tipo repetitivo e inusual.
  • Aparición de arrebatos contra sí mismo o contra el entorno, sin aparente agente causal, y de intensidad elevada.

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Síntomas del autismo en la adolescencia-adultez

  • En esta etapa los síntomas son similares a los del retraso mental, ya que dependen de factores como:
  • Lenguaje: presentan dificultades para expresar necesidades, lo que puede ocasionar frustración y otras alteraciones emocionales.
  • Hábitos de autoayuda: el sujeto tiende hacia la independencia en labores en las que suele precisar ayuda externa para su correcta ejecución, tales como higiene personal, alimentación, vestimenta. Solo a través del entrenamiento precoz el sujeto podrá lograr esa independencia de ejecución.

Niño autista en terapia

Pruebas para detectar el autismo

El diagnóstico del trastorno autista se compone de distintas pruebas cognitivas y de lenguaje, así como una evaluación neurológica detallada. El objetivo de estas pruebas, además del propio diagnóstico de este trastorno, es descartar que se trate de otras patologías, como los trastornos de audición o la esquizofrenia (aunque las personas con esquizofrenia pueden mostrar determinadas conductas de carácter similar al autismo, por lo general sus síntomas no suelen manifestarse hasta el final de la adolescencia o el comienzo de la edad adulta, y suelen presentar alteraciones de percepción como alucinaciones y delirios, inexistentes en las personas con trastornos del espectro autista).

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En función del grado de afectación y las habilidades comprometidas, los sujetos son diagnosticados de un tipo u otro de alteración del espectro autista. Así, los niños con síntomas autistas pero con habilidades de lenguaje bien estructuradas y desarrolladas, suelen ser diagnosticados de Síndrome de Asperger, mientras que si reúnen un conjunto marcado de síntomas de carácter autista, pero no los suficientes para conformar autismo clásico, se suele realizar un diagnóstico de Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

Se está trabajando para que un futuro cercano el diagnóstico pueda ser más objetivo, basado en aspectos biológicos, mediante la identificación de ciertos procesos metabólicos alterados que puedan detectarse mediante un análisis de sangre.

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