Bailar durante el embarazo
Practicar ciertos tipos de baile durante el embarazo te proporciona muchos beneficios físicos y emocionales. Te enseñamos cómo adaptar el ritmo y los movimientos a tu estado en cada trimestre para evitar riesgos.

Cómo adaptar el baile a cada etapa del embarazo

Amparo Luque

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Cuando nuestro embarazo es normal, no tenemos ninguna patología, y nuestro ginecólogo nos da el visto bueno, ¡ya podemos ponernos a bailar! Si practicábamos algún tipo de baile antes del embarazo no habrá demasiados problemas para seguir con ello, pero si comenzamos ahora, deberemos hacerlo suave y paulatinamente.

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Evidentemente, nuestro cuerpo irá cambiando, nuestro centro de gravedad se irá modificando (lo que afecta al equilibrio), y nuestra barriga irá creciendo. Además, a nivel cardiovascular se producen diversas modificaciones para adaptarse a las demandas del feto y la placenta. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), “el corazón de la gestante aumenta su tamaño, se desplaza hacia arriba y hacia la izquierda, y gira sobre su eje longitudinal conforme se va incrementando el tamaño del útero. El volumen sanguíneo se incrementa desde las 6-8 semanas de gestación hasta el final del segundo trimestre, que se estabiliza”.

Por tanto, en estas etapas hay que tener mucho cuidado con la intensidad del ejercicio físico que realizamos, en este caso el baile, y controlar la frecuencia cardíaca. Así pues, la práctica del baile se tendrá que ir adaptando a todos los cambios, desde el principio de la gestación hasta los últimos meses. La propia mujer, escuchando a su cuerpo, ajustará la intensidad de los ejercicios, e irá viendo lo que puede y no puede hacer.

Mujer bailando durante el embarazo

En general, a partir del segundo trimestre se recomienda eliminar los saltos (o los zapateados en el caso del flamenco, por ejemplo), controlar los movimientos más bruscos, cuidar las inclinaciones de la espalda, y minimizar los giros. También es aconsejable que conforme el peso del bebé aumente no adoptemos posturas que requieran recostarse sobre la espalda, porque podrías dañarte a ti y perjudicar al bebé al presionar la vena cava y reducir así el flujo de sangre y oxígeno.

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En cuanto al tipo de baile, en el último trimestre será mucho más difícil realizar bailes de pareja (como los bailes de salón), o aquellos que requieran de mucha intensidad y alardes de agilidad. En el caso del ballet clásico “a partir de las semanas 16-17 hay que plantearse suprimir las zapatillas de punta y empezar a hacer los ejercicios con zapatillas de media punta. Y ya en el tercer trimestre, cuando la gestante ya se encuentra muy pesada, lo mejor es que realice toda la clase cerca de la barra de ballet, para contar con un punto de apoyo siempre que lo necesite”, indica Lourdes Rodríguez, matrona del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, en Madrid.

Respecto a la postura, es fundamental que la vayas revisando durante toda la gestación para evitar lesiones. Tu matrona o profesor de baile te irá orientando. Por último, no nos olvidemos de los ejercicios pélvicos (en la danza del vientre se suelen utilizar), que pueden ser un excelente complemento del baile y reforzarán tu suelo pélvico, lo que te ayudará mucho a la hora de dar a luz.

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Creado: 28 de abril de 2017

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