Alergia en el embarazo
Si estás embarazada y tienes alergia aclaramos tus dudas sobre cómo afecta este trastorno al feto, al parto y a la lactancia y qué medicamentos puedes tomar para tratar los síntomas. Te damos consejos para aliviar sus molestias.

Cómo afecta la alergia a la embarazada y al futuro bebé

Caridad Ruiz, periodista

Por: Caridad Ruiz

Periodista especializada en salud y nutrición

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

En primavera se exacerban los síntomas de las alergias respiratorias debido al polen de las plantes, pero existen muchos otros alérgenos como los ácaros (animales diminutos que viven en el polvo), el moho o el pelo de las mascotas, que pueden resultar peligrosos para una embarazada alérgica si desencadenan una crisis asmática que provoca la obstrucción de las vías aéreas. Te explicamos qué precauciones debes tomar si sufres alergia durante el embarazo, y si puedes tomar medicamentos o vacunarte para controlar los síntomas.

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Cómo afecta el embarazo a la mujer alérgica

Lo primero a aclarar es que, en principio, en el embarazo “la alergia no influye cuando se trata de una hipersensibilidad a fármacos o alimentos”, comenta la doctora Ana Rosado, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y médico alergóloga del Hospital Fundación de Alcorcón. En estos casos la alergia no empeora, pero tampoco mejora; es decir, que una embarazada alérgica, por ejemplo, a los frutos secos, debe seguir las mismas pautas que si no esperara un bebé: evitar todo contacto con este alimento. Pero cuando se trata de alergias respiratorias, como el caso de la alergia al polen, síntomas como la rinitis o el asma pueden experimentar alteraciones durante la gestación. Así:

  • La rinitis –el picor nasal, los estornudos y la mucosidad– suele empeorar en el embarazo por culpa de las hormonas, en concreto de los estrógenos, que provocan “una mayor congestión nasal, que se sumaría a la rinitis previa de la paciente”, comenta la doctora Ana Rosado.
  • En el caso del asma, como dice la doctora Rosado, “clásicamente se ha dicho que un tercio de las pacientes embarazadas mejora, otro tercio empeora y el último permanece igual”. El empeoramiento en el último trimestre de la gestación en ocasiones se puede deber al aumento del volumen abdominal, que reduce algo la capacidad pulmonar” aunque, según la experta, esto no supone ningún riesgo si el asma estaba controlada.

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Síntomas del embarazo que se pueden confundir con alergia

Determinados síntomas pueden confundir a la gestante, que no está segura de si el moqueo constante se debe a una reacción al polen o a la alteración de las hormonas característica del embarazo, ya que:

  • Embarazada con picor nasal por alergia sonándose la nariz

    Congestión nasal: el embarazo provoca un aumento del flujo sanguíneo en la nariz, faringe y vías aéreas inferiores, aumentando la congestión, que se da a lo largo de la gestación y en todo momento, no solo cuando la embarazada está dando un paseo por el campo o limpiando el polvo. Pero hay más signos que, en ocasiones, pueden ayudar a diferenciar si se trata de alergia. “La rinitis del embarazo se manifiesta básicamente por congestión y algo de rinorrea. En la rinitis alérgica aparecerían también estornudos en salvas, prurito nasal y afectación ocular. A veces los síntomas se superponen y no siempre son fáciles de distinguir”, dice la doctora Rosado

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  • Embarazada con prurito por alergia rascándose la barriga

    El picor o prurito es muy frecuente en la gestación, sobre todo en las mamas, la tripa y los muslos. Se debe, en muchos casos, a una pequeña alteración del hígado a causa de los estrógenos. En el abdomen también puede deberse a la distensión de la piel, pero si además percibes que te aparecen unos granitos o sarpullido consulta con el médico, pues en este caso sí que puede ser una alergia de contacto.

Cómo afecta la alergia al feto

Síntomas de la alergia respiratoria como los estornudos, el moqueo constante o los ojos llorosos son tremendamente incómodos para la embarazada e impedirán incluso que pueda salir a dar un paseo, pero puede estar tranquila porque no van a afectar al futuro bebé. Sin embargo, si la alergia desencadena en la gestante una crisis de asma, entonces debe tener cuidado.

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Durante un ataque de asma el organismo de la mujer recibe poco oxígeno: la mucosa bronquial que cubre los conductos respiratorios se inflama y se produce un moco espeso que obstruye las vías aéreas, que se contraen y estrechan, impidiendo el paso del aire y complicando la respiración. Esto, en una mujer embarazada, que además de proveerse ella de oxígeno debe proporcionárselo al bebé, se puede convertir en un grave contratiempo. Si ella no consigue suficiente oxígeno, su bebé tampoco, y un estado de hipoxia (disminución del aporte de oxígeno) puede resultar muy peligroso para el feto.

Medición de la tensión arterial a la embarazada
La hipertensión gestacional es una de las posibles complicación del asma en la embarazada.

“El verdadero riesgo para el feto y la madre es que ésta padezca un asma mal controlado, porque hay un mayor riesgo de bajo peso al nacer, prematuridad, o que la madre desarrolle hipertensión gestacional y preeclampsia”, advierte la doctora Ana Rosado, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y médico alergóloga del Hospital Fundación Alcorcón.

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Pero como hemos dicho, estas complicaciones se darán si el asma no está tratada por un alergólogo, que se encargará de prescribir los fármacos necesarios para tratar esa alergia sin que afecte a la gestación ni al bebé. “En estas pacientes se recomienda que sean revisadas por su especialista una vez por trimestre”, subraya la alergóloga.

Cómo influye la alergia en el parto

La rinitis alérgica no tiene por qué afectar al momento del nacimiento del bebé. “En el caso de una embarazada asmática debe estar lo más controlada y estable posible”, incide la doctora Rosado. Tanto es así, que incluso en algunos casos “se recomienda aumentar el tratamiento de base ante la cercanía del parto”, añade.

Como ya hemos indicado, conviene que la mujer embarazada con asma visite a su especialista una vez por trimestre y “en esas visitas se pueden planificar las pautas de tratamiento”.

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La lactancia materna con alergia

Después del parto, la rinitis del embarazo que no está relacionada con la alergia remitirá con la caída hormonal que se produce tras el nacimiento del bebé. Pero la inflamación de las mucosas, los estornudos, el lagrimeo y el asma provocados por una reacción alérgica seguirán su curso, y por lo tanto la madre continuará necesitando fármacos para tratar esos síntomas.

Mujer alérgica dando el pecho a su bebé

Y entonces surge la duda: ¿afectan estos medicamentos para la alergia a la leche materna? Como indica la doctora Rosado, “en general se considera que pasa a la leche materna un 1% de la dosis recibida por la madre de cualquier fármaco. Los que se usan en la patología alérgica –antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores– son bastante seguros en este sentido y su uso no tiene especial riesgo en los recién nacidos”. No obstante, conviene siempre que consultes con tu médico tu caso en particular.

Creado: 18 de marzo de 2019

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