4 de febrero de 2022

Hacer ejercicio en la tercera edad protege el cerebro y la cognición

Las personas que durante el envejecimiento hacen ejercicio físico con regularidad tienen mejor salud cerebral y mejores habilidades cognitivas, y previenen los efectos dañinos de las lesiones neuropatológicas, según un estudio.

El ejercicio físico es un gran aliado de una buena salud, tanto física, como mental y emocional, en cualquier momento de la vida, y un estudio realizado por investigadores del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha descubierto que mantenerse activo durante el envejecimiento protege la salud cerebral y las habilidades cognitivas.

Concretamente, la investigación ha encontrado evidencia de que el ejercicio físico durante la tercera edad aumenta la densidad sináptica, es decir, el espacio que hay en la materia gris del cerebro y que es donde tienen lugar las conexiones neuronales. Sin embargo, los resultados, que se han publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia, recalcaban que para conservar esos beneficios es importante ser constantes con la práctica de la actividad física.

En el trabajo se analizó a 404 personas mayores a las que se les monitorizó la actividad física mediante relojes o pulseras inteligentes durante un periodo de 3,5 años antes del fallecimiento, y tras su muerte se recogieron muestras de 12 áreas cerebrales encargadas de las habilidades cognitivas y psicomotrices, con el fin de analizar ocho proteínas sinápticas –encargadas del intercambio de información entre neuronas– para determinar si existía alguna neuropatología asociada al envejecimiento.

Estrategias preventivas y terapéuticas para reducir el sedentarismo

Los hallazgos mostraron que las mayores tasas de actividad física diaria estaban relacionadas con una mayor cantidad y funcionalidad de todas las proteínas sinápticas analizadas. Esa asociación era especialmente notable en regiones cerebrales encargadas del control motor, como por ejemplo el núcleo caudado y putamen.

Los efectos beneficiosos del ejercicio en el cerebro lo son para todos, independientemente de su estado de salud, pero para mantenerlos se debe ser constante en su práctica

Además, se observó que los efectos beneficiosos eran altamente volátiles, por lo que los participantes que tenían una rutina física elevada, pero que luego no continuaron con ese hábito en los dos últimos años de vida, mostraban densidades sinápticas muy similares a aquellos que habían tenido una actitud más sedentaria.

Otro gran hallazgo del trabajo fue que la relación entre ejercicio físico y densidad sináptica era independiente de la carga neuropatológica hallada en las mismas áreas cerebrales y de la posible presencia de patologías que afectan a las habilidades motoras de las personas mayores.

Por tanto, Alfredo Ramos-Miguel, uno de los autores de la investigación, resalta que “este estudio pone de manifiesto, por primera vez en humanos, que ejercitarse físicamente, incluso en edades avanzadas, contribuye bien a promover procesos de sinaptogénesis, o bien a incrementar la resiliencia sináptica frente a los efectos deletéreos de las lesiones neuropatológicas”.

Las conclusiones a las que llega el estudio indican que ejercitarse físicamente, incluso en el caso de los adultos mayores, contribuye a promover la sinaptogénesis o a incrementar la resiliencia sináptica contra los efectos dañinos de las lesiones neuropatológicas, tal y como explican los expertos, que aconsejan que “los sistemas de salud públicos deberían redoblar esfuerzos en promover estrategias preventivas y terapéuticas orientadas a reducir el sedentarismo entre la población en la tercera edad”.

Actualizado: 5 de mayo de 2023