22 de diciembre de 2022

Descubren por qué personas con COVID persistente no recuperan el olfato

Muchas personas con COVID persistente no han recuperado el olfato y un estudio muestra que la anosmia puede estar asociada a un ataque inmunitario continuo al tejido de la nariz donde están las células nerviosas olfativas.

La pérdida del olfato o anosmia es uno de los síntomas del COVID-19 que más llamó la atención a comienzos de la pandemia, ya que incluso se dio el caso de que muchas personas que se habían infectado con el coronavirus, pero lo ignoraban por ser asintomáticas, se dieron cuenta de que podían haber contraído la enfermedad porque perdieron la capacidad olfativa de forma repentina.

Sin embargo, no siempre se recupera el olfato tras superar la infección, y esta alteración también la sufren muchos pacientes con COVID persistente. Un nuevo estudio ha encontrado ahora que la razón por la que algunas personas no consiguen recuperar el sentido del olfato tras el COVID-19 está relacionada con un ataque inmunitario continuo a las células nerviosas olfativas y una reducción de la cantidad de esas células, según muestran los resultados del trabajo publicados en Science Translational Medicine.

La investigación ha sido realizada por un equipo de científicos dirigido por Duke Health, y aunque se ha enfocado en averiguar por qué millones de personas han perdido el olfato o han sufrido alteraciones olfativas a causa del COVID, y no han recuperado este sentido por completo, también ha aclarado las posibles causas que explicarían otros síntomas prolongados de COVID, como cansancio generalizado, dificultades para respirar o confusión mental, que podrían estar provocadas por mecanismos biológicos similares.

“Tenemos la esperanza de que la modulación de la respuesta inmunitaria anormal o los procesos de reparación dentro de la nariz podría ayudar a restaurar, al menos parcialmente, el sentido del olfato”

“Uno de los primeros síntomas que generalmente se ha asociado con la infección por COVID-19 es la pérdida del olfato”, señala el Dr. Bradley Goldstein, profesor asociado en el Departamento de Cirugía de Cabeza y Cuello y Ciencias de la Comunicación de Duke y el Departamento de Neurobiología y autor principal del trabajo.

“Afortunadamente, muchas personas que tienen un sentido del olfato alterado durante la fase aguda de la infección viral recuperarán el olfato en las próximas una o dos semanas, pero algunas no”, dijo Goldstein. “Necesitamos comprender mejor por qué este subconjunto de personas tendrá una pérdida persistente del olfato durante meses o años después de infectarse con el SARS-CoV2”.

Un proceso inflamatorio que afecta a las células olfativas

Los investigadores analizaron muestras epiteliales olfativas procedentes de 24 biopsias, incluidas nueve de pacientes que sufrían pérdida de olfato a largo plazo tras el COVID-19. El análisis mostró una infiltración generalizada de células T implicadas en una respuesta inflamatoria en el epitelio olfativo, el tejido en la nariz donde se encuentran las células nerviosas del olfato. Este proceso de inflamación único se mantuvo a pesar de que no se apreciaron niveles detectables de SARS-CoV-2. Además, la cantidad de neuronas sensoriales olfativas se redujo, posiblemente a causa del daño sufrido en el tejido por la inflamación en curso.

“Los hallazgos son sorprendentes”, ha afirmado Goldstein. “Es casi como una especie de proceso autoinmune en la nariz”. El investigador ha destacado que saber cuáles son las zonas dañadas y el tipo de células involucradas es fundamental para empezar a desarrollar tratamientos, y que resulta alentador observar que las neuronas parecían mantener cierta capacidad de reparación, incluso después del ataque inmunológico a largo plazo.

“Tenemos la esperanza de que la modulación de la respuesta inmunitaria anormal o los procesos de reparación dentro de la nariz de estos pacientes podría ayudar a restaurar, al menos parcialmente, el sentido del olfato”, ha dicho Goldstein, y ha añadido que actualmente trabajan en ello en su laboratorio, y que los hallazgos del estudio pueden servir de base a nuevas investigaciones sobre otros síntomas de COVID persistente que podrían estar experimentando procesos inflamatorios parecidos.

Actualizado: 27 de febrero de 2023