Coronavirus SARS-CoV-2: síntomas, prevención, tratamiento…
Actualizado: 18 de octubre de 2023
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 (inicialmente 2019-nCoV, también conocido popularmente como coronavirus chino o coronavirus de Wuhan) –que provoca una infección denominada por la OMS como COVID-19 (enfermedad por coronavirus 2019 nCoV, lo que popularmente se conocía como neumonía de Wuhan)– ya ha contagiado, con datos del 3 de octubre, a más de 676.609.955 personas y causado la muerte de más de 6.881.955 personas.
Además de a China (4.903.524 afectados y 101.056 fallecidos), el coronavirus ha llegado a 192 países, y continúa propagándose porque se transmite de persona a persona con una alta facilidad, a través de las gotitas nasales al toser o estornudar o del contacto con superficies infectadas, de ahí que la medida más importante para evitar su contagio sea el lavado de manos y guardar la distancia social o personal de al menos 2 metros, junto al uso de mascarilla, ya obligatorio en la mayoría de territorios.
En los inicios de esta crisis, el gobierno chino puso en cuarentena la ciudad de Wuhan (epicentro del brote, con 11 millones de habitantes), una medida que posteriormente siguieron otras multitudinarias ciudades cercanas, en las que también se adoptaron medidas para tratar de evitar una epidemia de COVID-19. Pero finalmente, y a pesar de que los gobiernos locales de otras urbes de gran tamaño decidieron cancelar los festejos públicos previstos con motivo del año nuevo para evitar que la infección se propagara, esta acabó convirtiéndose en una pandemia mundial. Se estima que un tercio de la población del planeta se encuentra actualmente en aislamiento domiciliario para evitar una mayor propagación de los contagios.
Cifras de contagiados por coronavirus en España, Europa, EE.UU. América Latina…
Las cifras de afectados y fallecidos por coronavirus siguen en aumento cada día. Recopilando datos de la OMS, CDC, NHC y Dingxiangyuan, la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) ha publicado un mapa interactivo del coronavirus en el mundo donde pueden verse en tiempo real los casos confirmados y el número de muertes en cada región. A fecha 3 de octubre, las cifras de coronavirus en España pasan ya de los trece millones de casos confirmados (13.770.429 y 119.479 fallecidos), mientras que el alto número de afectados por COVID-19 en países vecinos como Francia (39.866.718 diagnósticos y 166.176 defunciones), Reino Unido (24.658.705 contagios y 220.721 fallecidos), Italia (más de 25.603.510 contagios y 188.322 muertes), han obligado a que la mayoría de estos países hayan ido imponiendo algunas restricciones para intentar frenar la expansión del patógeno en las sucesivas olas provocadas por sus diferentes variantes, auque en la actualidad prácticamente no hay medidas en vigor, excepto el uso de mascarilla en determinados espacios (como centros sanitarios, farmacias, residencias de ancianos…). Por su parte, Rusia pasa ya de 22.086.064 casos confirmados.
Estados Unidos (103.804.263 casos y 1.1230.836 fallecidos) encabeza actualmente este triste ranking, mientras Canadá suma 4.617.095 infectados. Y en América del Sur, Brasil (37.085.675 confirmados y 699.310 muertos) es el tercer país con más contagios a nivel mundial, Argentina (pasa la barrera de los 10.044.957 con 130.472 fallecidos), Colombia con 6.359.093 afectados y más de 142.339 muertes, México (7.483.444 casos y 333.188 fallecidos) y Perú (4.487.553 casos y 219.139 decesos) son los países con más casos por ahora, mientras que Chile tiene 5.192.286 y Ecuador ha superado ya los 1.057.121 contagios, convirtiendo al continente americano en el nuevo epicentro de esta pandemia.
Irán, con 7.572.311 infectados y 144.933 defunciones, es el país con más casos detectados en Oriente Medio; India –segundo país con más casos del planeta– alcanza los 44.690.738 y supera las 530.779 muertes en Asia del Sur, y por su parte, en Asia Oriental, Japón y Corea del Sur superan los 33.329.551 y 30.615.522 infectados, respectivamente. Australia ha sobrepasado ya los 11.401.996 contagios. En África, Sudáfrica supera los 4.067.067 contagios y más de 102.595 muertes, Marruecos pasa de los 1.272.490 contagios, Egipto los 515.759 casos, Túnez 1.151.126, Etiopía ha detectado 500.116, Libia 507.187, Argelia pasa de 271.496 afectados, Kenia suma 342.937 y Nigeria tiene 266.598. Pero el mundo sigue conteniendo la pandemia con diversas medidas mientras continúan los planes de vacunación en EE.UU., la Unión Europea y otros países.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó a "muy alto" el riesgo del coronavirus con origen en Wuhan, el 30 de enero declaró la situación de Emergencia de Salud Pública Internacional, y el 11 de marzo cambió la denominación de epidemia a pandemia, es decir de alcance mundial. Pero, ¿por qué es tan contagioso este coronavirus como para provocar una pandemia a nivel global? ¿Cuáles son sus síntomas y nivel de letalidad? ¿Cómo se transmite? ¿Qué medidas de prevención podemos implementar para frenar su expansión en regiones tan distantes de China como Europa o América Latina? ¿Cómo afecta a las embarazadas, lactantes o a las mascotas?
Respondemos a las dudas más frecuentes sobre el nuevo coronavirus SARS-CoV-2:
¿Qué es un coronavirus?
El SARS-CoV-2 o 2019-nCoV es un coronavirus –que se llaman así porque al observarlos con el microscopio se ve que están rodeados por una especie de corona– de la misma familia de virus que pueden causar desde patologías leves como el catarro común, a infecciones graves como el MERS (síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio) –que se detectó por primera vez en Arabia Saudí–, o el SARS (síndrome respiratorio agudo severo), que acabó con la vida de unas 800 personas en un brote que se inició en Cantón (China) en 2002. Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había identificado previamente en humanos.
¿Cuáles son los síntomas de COVID-19?
La enfermedad bautizada por la OMS como COVID-19, una especie de neumonía (se la empezó a conocer también como neumonía de Wuhan), puede presentarse mediante diferentes síntomas, fundamentalmente fiebre, tos seca y malestar general o fatiga. En algunos pacientes también se han referido dolores y molestias, congestión nasal, secreción nasal, dolor de garganta, alteraciones digestivas o diarrea, o pérdida repentina del olfato y el gusto (según un estudio publicado en European Archives of Oto-Rhino-Laryngology), dolor de cabeza, conjuntivitis, e incluso erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies. Todos estos síntomas suelen ser leves e iniciarse de manera gradual. En algunos casos –los más graves– el paciente de COVID-19 puede manifestar problemas respiratorios (disnea o dificultad para respirar), especialmente tras haber tenido contacto directo cercano con alguien que estaba enfermo) o bien, como ocurría en los inicios de la pandemia, después de haber viajado a Wuhan (China) o otras regiones en riesgo alto (Corea del Sur, norte de Italia, Japón, Irán o Singapur). Como indica la OMS, las personas con fiebre, tos seca y dificultad para respirar bien,para hablar o moverse deben solicitar atención médica inmediata.
La mayoría de los pacientes –sobre todo niños y adultos jóvenes– (el 80%) experimenta una enfermedad leve, y el otro 20% suele requerir atención hospitalaria, ya que aproximadamente el 14% experimenta una enfermedad grave, y el 5% ha enfermado de manera más severa. En esos casos más graves, la infección puede causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal, sepsis e incluso la muerte. Existe también una fuerte sospecha, apuntada por diversos pequeños estudios, que indica que podría haber individuos infectados asintomáticos.
La infección por SARS-CoV-2 tiene un periodo de incubación de entre uno y 14 días, en los que el paciente no siempre presenta síntomas (de ahí la dificultad para controlar su transmisión), y puede afectar a personas de cualquier edad, aunque parece que las más vulnerables a presentar síntomas graves o a fallecer por su causa son los adultos –el 70% de los afectados hasta ahora son mayores de 40 años, según la OMS–, especialmente mayores de 60 años, que padecen patologías previas (diabetes, hipertensión, cáncer, patologías cardíacas o pulmonares), o personas con el sistema inmune debilitado.
En el siguiente enlace puedes diferenciar los síntomas de COVID-19 de los del catarro, la gripe o la alergia.
¿Cómo se transmite el coronavirus?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en que de acuerdo a la experiencia sobre la transmisión del coronavirus SARS CoV-2 de la que se dispone hasta ahora, el patógeno se transmite de persona a persona a través de las gotas respiratorias de la nariz o la boca y el contacto directo con una persona infectada.
En concreto, desde el organismo internacional explican que la transmisión mediante las gotículas se produce cuando una persona está en contacto cercano (menos de 1 metro) con alguien que presenta síntomas respiratorios –como toser o estornudar–, y está por lo tanto en riesgo de exponer sus mucosas (boca y nariz) o conjuntiva (ojos) a las potencialmente infectivas gotas respiratorias, cuyo diámetro se considera que es mayor a 5-10 μm (micrómetros). Este tipo de contagio también puede ocurrir a través de objetos que se encuentre en el entorno del paciente y hayan sido infectados por el mismo.
Por lo tanto la transmisión de la COVID-19 puede ocurrir por el contacto directo con los individuos infectados, o por entrar en contacto con superficies y objetos utilizados por estos pacientes (por ejemplo, el estetoscopio o el termómetro o los elementos de la habitación donde esté hospitalizado) y posteriormente tocarse la cara (ojos, boca o nariz) –de ahí la importancia del lavado de manos–. Los CDC definen tener 'contacto cercano' como estar dentro de la misma habitación o área de cuidado en una distancia de en torno a 1.8 metros, por un periodo prolongado y sin ropa de protección, o bien “tener contacto directo con secreciones infecciosas” de una persona con COVID-19. No obstante, un estudio reciente apunta que el virus podría transmitirse hasta una distancia de 4,5 metros.
Otra posible vía de transmisión del coronavirus, aunque muy baja, son las heces de un infectado, según ha revelado un nuevo estudio realizado por investigadores chinos que se ha publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA). Estos científicos han descubierto que 14 pacientes de un total de 138 (10%) experimentaron náuseas y diarrea uno o dos días antes de que aparecieran la fiebre y los problemas respiratorios. De ahí que, aunque no sea característica típica de este brote, conviene lavarse las manos tras usar el baño y antes de comer.
¿Se transmite el SARS-CoV-2 por el aire?
La transmisión aérea es la que se refiere a la presencia de microbios en el interior de los núcleos de las gotas respiratorias de personas infectadas, que se consideran las partículas de menos de 5 μm (micras) de diámetro y que resultan de la evaporación de gotas más grandes, o se encuentran en partículas de polvo, y que pueden permanecer en el aire durante largos periodos de tiempo y ser transmitidas a otras personas a distancias mayores de 1 metro.
En el caso del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha insistido en los primeros meses de la pandemia en que no se dispone de evidencias que indiquen que las personas se puedan infectar porque haya patógenos suspendidos en el aire que respiran cuando caminan por la calle al acudir a su centro de trabajo o un establecimiento comercial, o cuando salen a pasear a la mascota, y por ello incidía en el inicio de esta crisis sanitaria en que no era imprescindible el uso de mascarillas para salir a la calle, y que su uso se limitara a los enfermos (para no transmitir el virus a las personas con las que conviven), y a los profesionales sanitarios que cuidan de los pacientes –posteriormente esas recomendaciones fueron matizadas–.
Aclara la OMS que este tipo de transmisión aérea sólo es posible en determinadas circunstancias y ambientes hospitalarios, en los que los profesionales médicos llevan a cabo procedimientos que generan aerosoles, como por ejemplo en el caso de la intubación endotraqueal, la broncoscopia, la aspiración traqueal abierta o tratamiento respiratorio con nebulizadores, la ventilación manual previa a la intubación, la asistencia respiratoria no invasiva con presión positiva, la traqueotomía (abrir la tráquea para evitar la asfixia) o las maniobras de reanimación cardiopulmonar. En esos casos sería necesario el uso de mascarillas con un nivel de filtración mayor (FFP2 o FFP3) para la protección de los sanitarios.
No obstante, tras una carta firmada por más de 200 científicos pidiendo el reconocimiento del riesgo de la transmisión aérea del COVID-19, el 9 de julio la Organización Mundial de la Salud ha reconocido que, aunque la evidencia aún no es definitiva, es posible que el COVID-19 se transmita por el aire en lugares cerrados, abarrotados y con poca ventilación.
¿Una persona asintomática puede contagiar el COVID-19 a otros?
Esta enfermedad se propaga fundamentalmente a través de gotitas respiratorias expulsadas por alguien que está tosiendo o exhalando. El riesgo de contraer COVID-19 de otra persona infectada que no presenta ningún síntoma es muy bajo. Sin embargo, muchas personas con COVID-19 experimentan solo síntomas leves, especialmente en las primeras etapas de la infección, por lo tanto, sí es posible contraer el coronavirus de alguien que, por ejemplo, solo tiene tos leve y no se siente particularmente enfermo.
Un reciente aunque pequeño estudio realizado en China apuntaba también que los pacientes podían aún presentar el virus en su organismo hasta ocho días después de haber desaparecido los síntomas.
En cualquier caso, la OMS está evaluando los estudios científicos en curso sobre el período de transmisión de COVID-19 para actualizar o aclarar esta situación en concreto.
¿Cómo se diagnostica la infección por coronavirus?
Para determinar si una persona está infectada por el coronavirus, la técnica diagnóstica de elección es la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), que permite detectar y amplificar fragmentos del material genético de un patógeno, que en el caso del SARS-CoV-2 es una molécula de ARN. Es una prueba fiable, y tan específica que con ella es posible diferenciar dos microorganismos muy similares. Además, es capaz de detectar la presencia del virus en las primeras etapas de la infección respiratoria. Su desventaja es que debe ser realizada por personal cualificado y se tarda más tiempo, varias horas, en obtener el resultado.
Para agilizar la detección de la población infectada actualmente también se están utilizando otro tipo de pruebas virales, conocidas como test de diagnóstico rápido, porque son más sencillos de hacer y los resultados pueden estar en menos de 15 minutos, que detectan la presencia de antígenos en una muestra de exudados de nariz y garganta tomados con hisopo. Son menos precisos que la PCR y pueden dar falsos negativos, por lo que si su resultado es positivo no es necesario realizar la PCR, pero si un paciente con síntomas da negativo, se recomienda hacer una PCR.
Por otro lado, para conocer si se tuvo una infección previa, también se utilizan pruebas serológicas, que detectan la presencia de anticuerpos en la sangre. Estos anticuerpos los genera el sistema inmune al combatir patógenos como el coronavirus, pero no aparecen al inicio de la infección porque el organismo aún no ha tenido tiempo de producirlos –se tarda de 1 a 3 semanas–, por lo que serían más útiles para conocer la incidencia del COVID-19 en la población (cuántas personas la han pasado, incluidas aquellas que no han manifestado síntomas).
Recientemente, además, se ha desarrollado un nuevo método para detectar la presencia del SARS-CoV-2 en tan solo 45 minutos. La investigación se ha publicado en Nature biotechnology y la prueba diagnóstica se basa en la técnica CRISPR, y puede detectar el ARN del coronavirus en muestras respiratorias humanas, y que en el ensayo ha obtenido un valor predicitivo positivo del 95% y un valor predictivo negativo del 100%.
¿Cuál es el origen del coronavirus SARS-CoV-2?
Desde el principio se sospechaba que el virus había pasado de algún animal presente en un mercado mayorista de mariscos, aves de corral, serpientes, murciélagos y otros animales de granja, de la ciudad china de Wuhan (capital de la provincia Hubei), donde se inició el brote, a un ser humano. Un estudio publicado el 22 de enero en Journal of Medical Virology señala que el posible reservorio y su fuente de contagio original podrían ser las serpientes –específicamente el krait chino y la cobra china–.
Los investigadores analizaron y compararon las secuencias genéticas del 2019-nCoV y otros coronavirus conocidos; esto reveló que el nuevo coronavirus se asemeja más a dos ejemplos de coronavirus SARS de China, lo que en principio sugería que, al igual que el SARS-CoV y el MERS-CoV, los murciélagos podrían ser el huésped original del 2019-nCoV, pero cuando realizaron un análisis bioinformático más detallado de su secuencia de ADN comprobaron que en este caso podría tener su origen en las serpientes.
La posibilidad de que el pangolín pudiera ser uno de los animales intermediarios que propiciaran su expansión y que se descartó inicialmente, parece haber vuelto a cobrar fuerza. Otra hipótesis reciente, pero que se debe seguir estudiando, es que este virus hubiera evolucionado en el intestino de perros callejeros que comieron carne de murciélago infectada, y que allí se volvió más agresivo y capaz de infectar a los humanos.
¿Cuál es el índice de letalidad del COVID-19, la enfermedad por coronavirus?
Hasta ahora se considera que este nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) es menos agresivo que el SARS-CoV que origina el SARS, y que desencadenó una epidemia en 2002-2003 en la que se infectaron más de 8.000 personas, especialmente en China, Taiwán, Singapur y Canadá, resultando letal para alrededor del 10% de sus víctimas. Teniendo en cuenta los últimos datos proporcionados por el gobierno chino el virus de Wuhan habría afectado ya a cerca de 80.000 personas, de las que más de 2.800 han fallecido, por lo que la tasa de letalidad del COVID-19 se sitúa entre el 2% y el 4% en las regiones chinas más afectadas, y de 0.7% fuera de estas zonas. Estos datos sugieren por tanto que en torno al 97% de los afectados se curan sin mayores problemas.
Para ponerlo en perspectiva, el del ébola supera el 50%. mientras que la última campaña de gripe en España causó en un año 525.300 casos (6.300 muertes). También se debe tener en cuenta que muchas personas tienen la enfermedad de forma asintomática, por lo que estas infecciones no se contabilizan, y en el caso de que así fuera la tasa de letalidad de COVID-19 se reduciría.
Como ha explicado a WebMd el doctor Jim Le Duc, director del Laboratorio Nacional de Galveston del Centro Médico de la Universidad de Texas, las características del nuevo coronavirus que provocan más alarma es que se puede transmitir entre seres humanos, su capacidad para matar al paciente, y el hecho de que se trata de un virus nuevo, lo que significa que no ha habido tiempo para desarrollar inmunidad.
¿Cómo se trata la enfermedad por coronavirus COVID-19?
El tratamiento del nuevo coronavirus está orientado a aliviar las molestias que sufre el enfermo –como analgésicos o antintérmicos– y a limitar el riesgo de que se produzcan complicaciones, especialmente si el paciente tiene alguna otra enfermedad. Actualmente no existen vacunas ni terapias específicamente diseñadas para combatir esta infección con origen chino.
La Organización Mundial de la Salud ha elaborado una guía con las pautas de actuación para atender a los infectados destinada a los trabajadores sanitarios, que también informa sobre lo que no se debe hacer en estos casos, y en la que las medidas recomendadas se estructuran en los siguientes apartados:
¿Cómo afecta la infección por SARS-CoV-2 a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia?
Las mujeres embarazadas se consideran un grupo de riesgo frente a la infección por coronavirus, como también lo son en el caso de otras infecciones del aparato respiratorio como la gripe, pero los resultados de los pocos estudios realizados hasta ahora en gestantes revelan que no hay evidencia de que exista transmisión vertical del SARS-CoV-2 de la madre al feto.
Sí es posible, sin embargo, que la madre contagie el virus al recién nacido al toser, como se ha podido comprobar, por lo que las madres con COVID-19 que amamantan a sus bebés deben tomar todas las precauciones posibles para evitar transmitirles la enfermedad, extremando para ello la higiene, como el frecuente y adecuado lavado de manos. A pesar de ello, los expertos no recomiendan interrumpir la lactancia materna, salvo que así lo indique el médico.
Las embarazadas son uno de los grupos de riesgo para los que no se aplica la suspensión del calendario vacunal, pero desde el Ministerio de Sanidad señalan que debe ser su médico el que determine si es más prioritario que acudan a vacunarse o deben evitar el posible riesgo de contagio quedándose en casa.
¿Cómo afecta el COVID-19 a bebés y niños? ¿Pueden transmitir el coronavirus?
En un principio se observó que bebés, niños, e incluso adolescentes, eran menos propensos a contraer la infección por SARS-CoV-2. Aunque los expertos no sabían la razón, una de sus hipótesis es que en realidad sí se infectan, pero permanezcan asintomáticos, o con síntomas muy leves. Además, el hecho de que entre la población infantil haya una incidencia muchísimo menor de patologías que pueden complicar o agravar la enfermedad por coronavirus o COVID-19, como son las enfermedades cardiovasculares, respiratorias o autoinmunes, o la diabetes, también los hace menos susceptibles a experimentar síntomas graves.
Sin embargo, ya se han confirmado casos tanto de bebés como de niños infectados –en el primer caso probablemente en el entorno familiar–, y el 17 de marzo fue ingresado en la UCI del Hospital Materno Infantil de Málaga un pequeño de pocos meses en estado grave a consecuencia de padecer patologías previas.
Por ello, y porque los menores asintomáticos también podrían constituir una forma de transmisión del virus a personas que desarrollaran la enfermedad en su forma más grave, es muy importante adoptar todas las medidas de precaución indicadas por las autoridades sanitarias para proteger a nuestros hijos de la infección por coronavirus.
De hecho, la Sociedad Española de Neonatología ya ha elaborado un documento en el que explica lo que se sabe hasta ahora de la transmisión del virus al bebé por parte de sus progenitores u otra persona cercana contagiada, así como la toma de muestras para el diagnóstico, y establece una serie de recomendaciones para prevenir la infección por SARS-CoV-2 en recién nacidos.
Otro dato importante para los padres es que el Ministerio de Sanidad ha interrumpido el calendario vacunal mientras se mantenga la cuarentena, pero en el caso de los niños se hace una excepción con las vacunas que deben administrarse a los menores de 15 meses de edad, aunque los progenitores deben contactar con el centro de salud por teléfono antes de acudir.
Infección por SARS-CoV-2 en España, ¿cuánto podría durar la transmisión del coronavirus?
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) consideraba en los primeros días que existía una probabilidad moderada de que se produjeran casos importados en la Unión Europea en individuos que viajan hacia y desde Wuhan (tres aeropuertos de la UE tienen conexiones de vuelo directas con esta ciudad). De ahí que en España, el informe elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad consideraba en el inicio de la crisis que el riesgo de que el coronavirus se introdujera en el país era "muy bajo", por carecer de aeropuertos con vuelos con conexión directa a Wuhan y no ser esta ciudad un destino turístico habitual, y porque la transmisión persona a persona del virus "es limitada y se asocia a un contacto estrecho". Pero, a raíz de la expansión del brote en Italia, y de la detección de once casos importados en España (uno en La Gomera y otro en Mallorca, cuatro en Adeje (Tenerife), dos en Barcelona, dos en Madrid y uno en Villareal (Castellón)) Fernando Simón, en declaraciones realizadas el 26 de febrero, sugirió elevar a 'moderado' el riesgo en aquellas zonas con casos importados registrados.
Las características más alarmantes del nuevo coronavirus es que se transmite entre personas, puede ser letal, y se trata de un virus nuevo, por lo que no ha habido tiempo para desarrollar inmunidad
Por todo ello, se advirtió que se evitara “el contacto cercano con personas que padezcan infecciones respiratorias agudas", y que las personas con síntomas de infección respiratoria aguda mantengan una distancia de alrededor de un metro, se cubran la boca y la nariz cuando tosan o estornuden con pañuelos desechables o con el codo, y se laven las manos con frecuencia.
En marzo se cambió el escenario en comunidades con mayor riesgo de transmisión comunitaria (Madrid, La Rioja y Vitoria), imponiendo medidas más restrictivas, como el cierre de colegios y otros centros sociales, sobre todo los destinados al ocio o aquellos donde se reunieran personas mayores. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, y el pasado 14 de marzo el Gobierno español declaraba el estado de alarma e imponía una cuarentena de 15 días en todo el país.
El 2 de abril ya se habían superado los 110.000 casos confirmados de personas infectadas en España y había más de 10.000 fallecidos, y aunque según declaraciones en rueda de prensa de Fernando Simón: “nos estamos aproximando al pico máximo de contagios por coronavirus, y la tasa de crecimiento se va a ir reduciendo paulatinamente", el Gobierno decidió prorrogar la cuarentena 15 días más, extendiéndola hasta el 11 de abril. Lamentablemente, el 30 de marzo España superó a China en el número de infectados, alcanzando los 85.195 positivos. Además, la cuarentena se intensificó porque el Gobierno extendió el paro obligatorio de la actividad empresarial a todas aquellas actividades consideradas no esenciales hasta el 9 de abril inclusive, y a 14 de abril se contabilizaban 18.056 fallecidos y 172.541 personas contagiadas.
El 21 de junio el Gobierno español dio por finalizada la cuarentena y comenzó lo que se conoció como 'nueva normalidad', pero las vacaciones de verano, la movilidad de la población y las reuniones de familiares y amigos han favorecido una nueva expansión del SARS-CoV-2 y una 'segunda ola' de contagios masivos que se ha intensificado a partir de mediados de septiembre y ha obligado a establecer nuevas medidas restrictivas en la mayoría de las comunidades autónomas. Las cifras se han disparado hasta alcanzar 1.259.366 de contagios y 36.495 fallecidos, a fecha 4 de noviembre.
¿Cómo está afectando el coronavirus a los países de América Latina?
Cuando se tuvo conocimiento sobre el brote de coronavirus en China, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió recomendaciones generales para las Américas y solicitó a los gobiernos de estos países que incrementasen la vigilancia para identificar a las personas con enfermedades respiratorias agudas, e informar a los profesionales médicos sobre las pautas de actuación si observaban un caso sospechoso, al tiempo que se extremaron las precauciones ante el flujo de viajeros procedentes de China con motivo de las celebraciones de año nuevo.
El primer caso de coronavirus en América Latina se produjo en Sao Paulo (Brasil) el 26 de febrero pasado; se trataba de un paciente de 61 años procedente de Lombardía con síntomas leves similares a los del coronavirus de origen chino. Actualmente ya se han confirmado casos de COVID-19 en 17 países de América Latina: Argentina (donde el 7 de marzo se produjo el primer fallecimiento en la región de un infectado por SARS-CoV-2, un varón de 64 años que acababa de regresar de un viaje a Francia), Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
A partir del 11 de marzo, además, cinco países latinoamericanos –Colombia, Perú, Chile, Guatemala y El Salvador– prohibieron la entrada a personas que procedan de alguna zona epidémica o les exigirán que se sometan a una cuarentena preventiva, una medida especialmente destinada a controlar a los viajeros que residan o hayan estado en Italia, España, Francia o China.
Lamentablemente ninguna de estas medidas ha evitado la introducción del virus en la región, y actualmente en todos los países de América Latina, ya se han detectado casos de coronavirus. De entre los pocos países que se habían librado hasta ahora del COVID-19, el pasado 18 de marzo, los gobiernos de Nicaragua y El Salvador confirmaron los primeros positivos por SARS-CoV-2 en sus territorios, aunque en ambos casos parece que se trata de personas que volvieron infectadas de un viaje al extranjero. Días más tarde hicieron lo propio Haití y Belice. Además, la cercanía a República Dominicana, donde a 4 de noviembre ya se han contabilizado 127.848 casos y 2.252 fallecidos, pone en riesgo a Haití., donde en esa misma fecha ya se habían detectado 9.057 casos y 232 muertes.
¿Pueden las mascotas transmitir el coronavirus?
El tráfico ilegal de animales salvajes y las condiciones en las que se venden en mercados como el de Wuham, donde se originó el brote de coronavirus 2019-nCoV, favorece la mutación y transmisión de este y otros patógenos tan virulentos. De hecho, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que este virus mutó y pasó de los animales a las personas, por lo que una de las medidas que ha adoptado China para frenar su propagación ha sido prohibir que se comercie con la carne de animales salvajes.
Sin embargo, esto no afecta a los animales de compañía, ya que hasta ahora no hay ninguna evidencia de que mascotas como perros o gatos puedan estar infectados con el virus de Wuhan, ni puedan transmitirlo a los seres humanos, según ha aclarado la propia OMS. Por lo tanto, en caso de convivir o tener contacto con ellos, lo que hay que hacer es adoptar las mismas medidas de higiene que se aconsejan en condiciones normales en estos casos, como lavarse correctamente las manos después de tocarlos, y no compartir utensilios ni besarles.
¿Es seguro recibir una carta o un paquete procedente de China?
Todas las personas que estén esperando recibir alguna comunicación procedente de amigos o familiares desde China, pueden estar tranquilos. Igualmente, aquellos que dudan de si es seguro recibir un paquete de Aliexpress, Amazon o algún otro proveedor online con sede en China, deben saber que es complemente seguro. Las personas que reciben paquetes de China no corren el riesgo de contraer 2019-nCoV. En palabras de la OMS, "por análisis previos, sabemos que los coronavirus no sobreviven por mucho tiempo en objetos, como cartas o paquetes", apenas unas horas. Aunque este organismo ha reconocido que aún se desconoce cuánto tiempo puede permanecer vivo el virus en superficies, la información preliminar sugiere que serían pocas horas, y que un simple desinfectante puede matarlo e impedir que infecte a una persona.
¿Permanece el coronavirus en los alimentos o en sus envoltorios?
A todos nos preocupa la posibilidad de que el coronavirus permanezca en diversas superficies con capacidad infectiva porque eso aumenta las probabilidades de infectarse, ya que aunque no convivamos con un afectado, todos tenemos que comer. En este sentido, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha señalado que actualmente no disponen de pruebas que indiquen que los alimentos pudieran constituir una fuente de infección o una potencial vía de transmisión del SARS-CoV-2.
En los brotes de otros coronavirus similares como el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS) o el síndrome agudo respiratorio severo (SARS), no se observó que se produjera la transmisión del virus a través de la ingesta de alimentos, ha afirmado Marga Hugas, científica jefa de la EFSA. Además, de momento no se ha informado de ningún caso de contagio de COVID-19 por consumo alimentario, a pesar de que la científicos y gobiernos de todo el mundo continúan con el seguimiento intensivo de la propagación de la enfermedad para determinar todas las posibles vías de las que se sirve el virus para infectar a la población.
En cuanto a la presencia del virus en los envases de los alimentos, el experto en Neurovirología José A. López Guerrero, ha respondido a esta duda en la web de RTVE, explicando que aunque el coronavirus –si se dan las circunstancias adecuadas– tiene la capacidad de permanecer varios días en superficies como plásticos, metales y cartón, no es una vía habitual de contagio, aunque recomienda que nos lavemos bien las manos tras tocar estos envases.
Aun así, todavía existen muchas incógnitas por despejar sobre el SARS-CoV-2 y la información puede variar en los próximos días o semanas si se descubren nuevos datos, por lo que es muy importante extremar las precauciones y las medidas higiénicas a la hora de manipular y preparar los alimentos, como lavarse las manos correctamente, antes y después, cocinar bien la carne y el pescado, y evitar que se puedan producir contaminaciones cruzadas entre alimentos crudos y cocinados.
¿Permitir que se extienda la infección por coronavirus genera inmunidad en la población?
Esta duda se ha suscitado a raíz de la decisión del gobierno de Reino Unido (que ya ha rectificado) de no hacer nada para evitar la propagación del coronavirus, basándose en la teoría de que permitir que la población se infecte podría generar inmunidad colectiva o "del rebaño", es decir, que una vez que la mayoría de los ciudadanos hayan pasado el COVID-19 quedarían inmunizados contra un nuevo brote epidémico, incluso aunque no se vacunen.
La Organización Mundial de la Salud en Europa ha advertido al respecto que dicha estrategia no es recomendable en la actual situación de pandemia, en la que se corre el riesgo de que el gran incremento de casos en muy poco tiempo que se está produciendo en algunos países lleve al colapso de sus sistemas sanitarios. Además, para que funcionara sería necesario que se infectaran millones de personas, lo que conllevaría cientos de miles de pacientes graves que precisarían ingreso hospitalario, y que en muchos casos fallecerían.
Por ello, Hans Kluge, director regional de la OMS, ha recordado que la única estrategia que se considera efectiva por ahora es "identificar los casos, rastrear los contactos, y contener y suprimir el COVID-19 para aplanar la curva y dar tiempo a los sistemas sanitarios a responder”. Y es que aún no se tienen suficientes datos sobre el SARS-CoV-2, y se desconoce si causa inmunidad o, si al igual que ocurre con los virus de la gripe estacional, podría ir cambiando.
¿Agrava el ibuprofeno la infección por SARS-CoV-2?
Las declaraciones del ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, alertando de que el ibuprofeno y otros antiinflamatorios podrían exacerbar la infección por coronavirus han sumido en la preocupación a muchas personas que siguen un tratamiento con este tipo de fármacos, o los emplean para aliviar síntomas como el dolor de cabeza o de garganta.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin embargo, han señalado que por el momento no existen evidencias de que el consumo de estos medicamentos pueda empeorar los efectos del virus, aunque no recomiendan su uso para tratar COVID-19, e indican que los pacientes con síntomas leves tomen paracetamol.
Desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) también aconsejan el uso de paracetamol para aliviar los síntomas leves de la infección por SARS-CoV-2, pero advierten que aquellas personas que sigan un tratamiento crónico con ibuprofeno o ketoprofeno no lo interrumpan, ya que no hay datos que demuestren que estos productos agraven dicha infección.
Actualmente, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la Unión Europea está evaluando la posible relación entre el consumo de estos fármacos y un empeoramiento de los síntomas, pero hasta el próximo mes de mayo no se espera conocer los resultados del estudio.
Creado: 23 de enero de 2020