¿Por qué cerramos los ojos al besar?

Cerrar los ojos al besar puede parecer un gesto romántico, sin embargo, la Universidad de Londres da una respuesta científica al porqué de este acto involuntario que casi todos hacemos de forma instintiva.
Una pareja se besa con los ojos cerrados
Cerrar los ojos al besar nos permite centrar toda nuestra atención en el acto del beso.
Natalia Castejón

Por: Natalia Castejón

Periodista especializada en vida saludable

Actualizado: 12 de abril de 2024

Seguro que alguna vez has abierto un momento los ojos mientras besabas y te has sentido extraño al ver los de tu pareja fundidos en uno mientras te miraban. Besar con los ojos cerrados está considerado como un gesto romántico, una habitual imagen de final feliz de la pantalla grande que todos buscamos reproducir en nuestras relaciones de pareja. Sin embargo, el verdadero motivo por el que lo hacemos no es tanto sentimental, sino que parece tener una explicación científica…

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Gracias a una investigación llevada a cabo por la escuela Royal Holloway de la Universidad de Londres, que estudiaba la capacidad del cerebro de recibir y gestionar diferentes estímulos sensoriales a la vez, se ha llegado a la conclusión de que cerramos los ojos al besar para centrar toda la atención en el acto del beso, evitando cualquier otra distracción procedente del resto de sentidos.

Cuando besamos, cerramos los ojos para poder disfrutar plenamente de la sensación del contacto de los labios, obviando los estímulos procedentes del resto de sentidos.

El estudio, publicado en la revista Journal of Experimental Psychology, explica que el cerebro, para centrarse en una sensación concreta y disfrutar plenamente de ella, anula las percibidas por el resto de sentidos, especialmente la vista, el sentido del que más dependemos. Por un momento nos volvemos sordos, ciegos y perdemos tanto el sentido del gusto como el del olfato.

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La investigación se llevó a cabo con un grupo de personas entre 18 y 36 años, las cuales debían realizar unos juegos con cartas mientras recibían ligeras vibraciones en su mano derecha o izquierda. Los resultados fueron que, ante una prueba complicada, los estímulos procedentes de las manos interferían negativamente en la realización con éxito de la tarea. De esta manera, se puede explicar que, de manera inconsciente, el cerebro mande cerrar los ojos al besar para poder centrarse en el contacto de los labios, olvidándose de todo lo que está a su alrededor.

La respuesta a este romántico misterio ya había suscitado otras investigaciones publicadas con anterioridad, la mayoría de las cuales señalaban que esta maniobra se debía a un acto reflejo, similar a cuando cerramos los ojos instintivamente cuando esperamos un impacto o una sensación fuerte. También se dice que, debido a que el cerebro procesa una gran cantidad de información visual constantemente, al cerrar los ojos reducimos la carga de trabajo del cerebro, permitiéndole enfocarse en la experiencia del beso sin la distracción de la información visual. Estos estudios previos igualmente apuntaban a que cerramos los ojos al besar como consecuencia del mal enfoque de la visión con objetos tan próximos, mientras que se hacía hincapié en que al mantener nuestros párpados bajados, y obviar que la otra persona nos está mirando, sentimos mayor libertad, menos pudor y nos relajamos para hacer de ese momento algo más íntimo. Y es que, cerrar los ojos puede aumentar la intimidad durante el beso, creando una conexión más profunda. Esto se debe a que bloqueamos el mundo exterior y nos concentramos completamente en la persona con la que estamos compartiendo el beso.

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De cualquier manera, lo mejor en estos casos, es no pensar y dejar que los besos fluyan, ya sea con los ojos abiertos o cerrados.

Cerrar los ojos al besar

13 de abril: Día Mundial del Beso: por qué se celebra

El Día Mundial del Beso, celebrado cada 13 de abril, es una fecha que evoca tanto romance como cariño platónico, abarcando todos los tipos de besos entre personas. Esta fecha fue escogida para conmemorar un récord bastante peculiar: el beso más largo de la historia, que duró 46 horas, 24 minutos y 9 segundos, y se llevó a cabo durante un evento en Tailandia. Este evento no solo probó la resistencia de los participantes, sino que también simbolizó la profundidad y la pasión que un beso puede encerrar.

El origen de este día tiene un carácter tanto cultural como de promoción del afecto entre las personas. Se inició como una forma de recordar y celebrar la importancia de un gesto tan simple pero poderoso como el beso, que es una expresión universal de amor y afecto en muchas culturas alrededor del mundo.

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El beso, un gesto tan antiguo como la humanidad misma, se encuentra en la intersección del amor, la amistad y el afecto filial. Se besan padres e hijos, se besan las parejas y los amigos, se besan imágenes religiosas o incluso los hay que besan el suelo al aterrizar su avión. Así pues, desde besos de despedida tiernos y melancólicos hasta saludos efusivos, cada tipo de beso tiene su momento y significado en las culturas alrededor del mundo.

Este 13 de abril es un día que invita a la gente a expresar amor y conexión, y a valorar los lazos personales que estos gestos pueden fortalecer. Además, sirve como un recordatorio de la simplicidad y la belleza encontrada en el acto de besar, que puede tener efectos positivos tanto emocionales como físicos en los individuos. En un mundo que a menudo parece moverse a gran velocidad y donde las interacciones digitales pueden dominar, dedicar un día a celebrar el beso es un acto casi revolucionario de pausa y conexión física.

Creado: 6 de abril de 2016

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