Semana 24 de embarazo: evolución y molestias

El bebé desarrolla su máxima actividad entre las 24 y las 28 semanas. A medida que pasan las semanas, el bebé empieza a disponer de menos espacio para moverse, patalear... ¡Y se forman las huellas dactilares! Descubre cómo sigue evolucionando tu futuro bebé

Evolución del bebé en la semama 24 de embarazo

El feto pesa alrededor de 600 gramos y mide unos 25 centímetros. Aunque todavía es muy pequeño, a partir de esta semana se considera viable y tiene bastantes probabilidades de sobrevivir en caso de producirse un nacimiento prematuro.

En la semana 24 de embarazo, se desarrolla el sentido del equilibrio ya que el oído interno, concretamente los conductos semicirculares, ha completado su formación.

Como consecuencia del sentido del equilibrio aparece la orientación; el bebé ya sabe si se encuentra boca arriba o boca abajo.

En definitiva, hasta esta semana se han desarrollado todos los sentidos del feto.

Los sentidos permiten al futuro bebé percibir los estímulos con los que interpreta el exterior, y acelera su aprendizaje.

La vista, sin embargo, no ha madurado por completo, pero el bebé ya es capaz de abrir y cerrar los ojos.

En cuanto al desarrollo pulmonar, que se inició la semana pasada, los alvéolos pulmonares se terminarán de formar.

El bebé dispone todavía de mucho espacio que le permite moverse de un lado a otro, darse la vuelta, girar, dar patadas y cambiar de posición varias veces al día.

Síntomas en la mamá en la semana 23 de embarazo

La futura mamá cada vez soporta un peso mayor; como consecuencia, el dolor de espalda puede ser más notorio. Además, se puede manifestar inflamación en los pies, e incluso calambres en las pantorrillas, que se deben a las dificultades circulatorias. Son molestias transitorias que pueden disminuir paseando, evitando permanecer mucho tiempo de pie, etc.

Es normal que a partir de este momento aparezca anemia; las demandas del bebé son cada vez mayores y necesita más hierro para su desarrollo, por tanto los niveles de hierro bajan en la sangre de la mamá, bien porque disminuye el número de glóbulos rojos, o bien porque estos llevan menos cantidad de hierro.

A partir de esta semana se puede practicar una prueba (test de O’Sullivan) para comprobar los niveles de glucosa en sangre y detectar la posible existencia de diabetes gestacional.