Anemia en el embarazo
Durante el embarazo aumenta el volumen sanguíneo y disminuye la concentración de hemoglobina por lo que es frecuente apreciar una anemia leve, que aunque no suele requerir tratamiento conviene saber prevenir.

Qué es la anemia en el embarazo

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 24 de noviembre de 2022

La anemia es una afección muy frecuente durante el embarazo, de hecho es el trastorno hematológico más frecuente en la gestación y le sucede prácticamente a la mitad de las mujeres embarazadas. Se produce como consecuencia de bajos niveles de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína que contiene hierro, y su función es transportar el oxígeno a través de la corriente sanguínea hacia los tejidos del cuerpo. Los órganos necesitan de este oxígeno para su correcto funcionamiento.

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La anemia ferropénica, la más común, tiene su origen en una deficiencia de hierro, en ocasiones a causa de una alimentación escasa o inadecuada, pero en la mujer gestante se debe a múltiples transformaciones que se producen en esta etapa, si bien el aumento del volumen sanguíneo y de los requerimientos de hierro son las más importantes.

En muchos casos el punto de partida no es muy holgado debido a las menstruaciones que hayan podido mermar previamente los niveles de hemoglobina. Al disminuir la cantidad de hierro en la sangre se limita la producción de hemoglobina y los tejidos corporales no reciben suficiente oxígeno, lo que puede afectar a sus funciones.

Durante el embarazo aumenta el volumen sanguíneo hasta un 50% más y disminuye la concentración de hemoglobina, por lo que es frecuente apreciar una anemia leve (anemia gravídica), que no suele requerir tratamiento. Este hecho es más evidente a partir de la semana 30. Los valores de hemoglobina (Hb) que se consideran normales oscilan entre 12-16g/dL si la mujer no está embarazada y entre 11-14g/dL cuando sí lo está. Cuando las cifras de Hb caen por debajo de 9 g/dl se habla de una anemia grave y sus consecuencias pueden ser importantes tanto en la madre como en el futuro bebé.

Embarazada con síntomas de anemia

Síntomas de la anemia en el embarazo

Si la anemia durante el embarazo no es muy severa, frecuentemente pasa desapercibida, pero puede ser habitual detectarla por los controles analíticos de rigor. Los síntomas de la anemia en la gestante, además, pueden confundirse con los de otras enfermedades; los más habituales son:

  • Piel más pálida que de costumbre.
  • Pérdida abundante de cabello.
  • Uñas frágiles que se quiebran con facilidad.
  • Inapetencia.
  • Cansancio excesivo o injustificado. Es el síntoma más frecuente y probablemente se confunde con facilidad con el cansancio que provoca el propio embarazo según avanzan las semanas.
  • Falta de aire o disnea.
  • Debilidad.
  • Apatía.
  • Mareos o vértigos.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia). Esto condiciona la aparición en ocasiones de palpitaciones, ante pequeños esfuerzos o incluso en reposo en situaciones de anemia más acusada.
  • Episodios de ansiedad.
  • Dolor de cabeza.
  • Falta de concentración.
  • Insomnio, que agrava los síntomas de cansancio durante el día.

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Es importante tener en cuenta que no todas las mujeres embarazadas experimentarán síntomas de anemia, salvo que la cantidad de glóbulos rojos sea muy baja. Normalmente la anemia se detecta durante las revisiones periódicas que se llevan a cabo para controlar el embarazo.

Mujer embarazada preocupada

Causas y tipos de anemia en el embarazo

Existen varios factores que influyen en la aparición de la anemia durante el embarazo, y que determinan el tipo y la gravedad de la anemia.

Anemia gravídica

Está asociada al propio embarazo, ya que el volumen de sangre en la mujer embarazada aumenta hasta en un 50%, mientras que los glóbulos rojos no se incrementan y su concentración en la sangre permanece disminuida hasta el final de la gestación. Las cifras de Hemoglobina no suelen descender de 11 g/dl y, por tanto, no suelen requerir tratamiento.

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Anemia ferropénica

La anemia ferropénica, por deficiencia de hierro, es la más frecuente durante el embarazo (90%); seguir una dieta equilibrada y tomar suplementos de hierro antes, durante, y después del embarazo previene su aparición. Normalmente esta deficiencia no afecta al feto, pero si la anemia es grave (el valor de la hemoglobina desciende por debajo de 7g/dL) puede repercutir negativamente en la gestación, y está relacionada con nacimientos prematuros, riesgo de infecciones, e incluso abortos y mortalidad perinatal. Se aconseja la medición de los niveles de ferritina para cuantificar más exactamente los depósitos de hierro.

Anemia

Anemia megaloblástica

Es la segunda anemia más frecuente durante la gestación. Generalmente se produce por un déficit de ácido fólico o de vitamina B12.  El ácido fólico no se acumula en el cuerpo, ya que se trata de una vitamina hidrosoluble que se elimina a través de la orina, por lo que es preciso obtenerlo a través de la dieta o los suplementos de forma continuada. La deficiencia de ácido fólico en la madre puede originar defectos congénitos graves en el bebé como espina bífida, y se aconseja que las mujeres que tengan intención de quedarse embarazadas tomen suplementos de esta vitamina antes de la concepción y durante el primer trimestre del embarazo.

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La vitamina B12 contribuye a la formación de los glóbulos rojos, y se encuentra en la carne de vaca y de aves, la leche y sus derivados, los huevos, etcétera. Las mujeres vegetarianas (al no ingerir alimentos de procedencia animal) tienen muchas posibilidades de padecer deficiencias de esta vitamina, y necesitar suplementos de la misma durante el embarazo.

Creado: 27 de septiembre de 2010

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