Qué es la anemia en el embarazo: causas, tipos y síntomas

Por: Dr. José Antonio Nuevo González
Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Actualizado: 25 de mayo de 2025
Anemia en el embarazo: qué es
La anemia es una afección muy frecuente durante el embarazo, de hecho es el trastorno hematológico más frecuente en la gestación y le sucede prácticamente a la mitad de las mujeres embarazadas. Se produce como consecuencia de bajos niveles de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína que contiene hierro, y su función es transportar el oxígeno a través de la corriente sanguínea hacia los tejidos del cuerpo. Los órganos necesitan de este oxígeno para su correcto funcionamiento.
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La anemia ferropénica, la más común, tiene su origen en una deficiencia de hierro, en ocasiones a causa de una alimentación escasa o inadecuada, pero en la mujer gestante se debe a múltiples transformaciones que se producen en esta etapa, si bien el aumento del volumen sanguíneo y de los requerimientos de hierro son las más importantes.
En muchos casos el punto de partida no es muy holgado debido a las menstruaciones que hayan podido mermar previamente los niveles de hemoglobina. Al disminuir la cantidad de hierro en la sangre se limita la producción de hemoglobina y los tejidos corporales no reciben suficiente oxígeno, lo que puede afectar a sus funciones.
Durante el embarazo aumenta el volumen sanguíneo hasta un 50% más y disminuye la concentración de hemoglobina, por lo que es frecuente apreciar una anemia leve (anemia gravídica), que no suele requerir tratamiento. Este hecho es más evidente a partir de la semana 30. Los valores de hemoglobina (Hb) que se consideran normales oscilan entre 12-16g/dL si la mujer no está embarazada y entre 11-14g/dL cuando sí lo está. Cuando las cifras de Hb caen por debajo de 9 g/dl se habla de una anemia grave y sus consecuencias pueden ser importantes tanto en la madre como en el futuro bebé.
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Síntomas de la anemia en el embarazo
Si la anemia durante el embarazo no es muy severa, frecuentemente pasa desapercibida, pero puede ser habitual detectarla por los controles analíticos de rigor. Los síntomas de la anemia en la gestante, además, pueden confundirse con los de otras enfermedades; los más habituales son:
- Cansancio excesivo o injustificado. Es el síntoma más frecuente y probablemente se confunde con facilidad con el cansancio que provoca el propio embarazo según avanzan las semanas. La mujer embarazada se siente sin energía incluso con poco esfuerzo. Puede afectar su rendimiento diario, ánimo y capacidad para moverse.
- Piel más pálida que de costumbre. Se nota en la cara, mucosas (labios, encías) o en las palmas de las manos. La piel puede verse más apagada o grisácea. Es especialmente notoria cuando la anemia es moderada o grave.
- Pérdida abundante de cabello. Aunque común en el embarazo, puede acentuarse en caso de hay anemia.
- Uñas frágiles que se quiebran con facilidad, o con forma de cuchara (coiloniquia). En casos más avanzados de anemia por hierro.
- Inapetencia.
- Falta de aire o disnea. Dificultad para respirar al hacer esfuerzos leves como subir escaleras o caminar. Se debe a que hay menos oxígeno transportado en la sangre.
- Debilidad.
- Apatía.
- Mareos o vértigos. Sensación de inestabilidad, sobre todo al levantarse rápido.
- Aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia). El corazón late más rápido o fuerte para compensar la falta de oxígeno. Esto condiciona la aparición en ocasiones de palpitaciones, ante pequeños esfuerzos o incluso en reposo en situaciones de anemia más acusada. Puede provocar ansiedad o sensación de que “falta el aire”.
- Episodios de ansiedad.
- Dolor de cabeza frecuente. Relacionados con la hipoxia (menor oxigenación cerebral).
- Falta de concentración.
- Insomnio, que agrava los síntomas de cansancio durante el día.
- Síndrome de piernas inquietas. Sensación incómoda en las piernas, sobre todo al dormir. Se relaciona con el déficit de hierro.
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Es importante tener en cuenta que no todas las mujeres embarazadas experimentarán síntomas de anemia, salvo que la cantidad de glóbulos rojos sea muy baja. Normalmente la anemia se detecta durante las revisiones periódicas que se llevan a cabo para controlar el embarazo.
¿Cómo se confirma el diagnóstico de anemia en el embarazo?
Aunque los síntomas orientan, el diagnóstico definitivo se hace mediante un análisis de sangre, que en caso de sufrir anemia en la gestación indicaría:
- Hemoglobina baja (<11 g/dL en 1º y 3º trimestre; <10.5 g/dL en 2º trimestre).
- Ferritina baja (<30 ng/mL indica reservas de hierro disminuidas).
- VCM y HCM alterados si hay anemia microcítica o megaloblástica.

Causas y tipos de anemia en el embarazo
Existen varios factores que influyen en la aparición de la anemia durante el embarazo, y que determinan el tipo y la gravedad de la anemia.
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Anemia gravídica
Está asociada al propio embarazo, ya que el volumen de sangre en la mujer embarazada aumenta hasta en un 50%, mientras que los glóbulos rojos no se incrementan y su concentración en la sangre permanece disminuida hasta el final de la gestación. Las cifras de Hemoglobina no suelen descender de 11 g/dl y, por tanto, no suelen requerir tratamiento.
Anemia ferropénica
La anemia ferropénica, por deficiencia de hierro, es la más frecuente durante el embarazo (90%); seguir una dieta equilibrada y tomar suplementos de hierro antes, durante, y después del embarazo previene su aparición. Normalmente esta deficiencia no afecta al feto, pero si la anemia es grave (el valor de la hemoglobina desciende por debajo de 7g/dL) puede repercutir negativamente en la gestación, y está relacionada con nacimientos prematuros, riesgo de infecciones, e incluso abortos y mortalidad perinatal. Se aconseja la medición de los niveles de ferritina para cuantificar más exactamente los depósitos de hierro.
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Anemia megaloblástica
Es la segunda anemia más frecuente durante la gestación. Generalmente se produce por un déficit de ácido fólico o de vitamina B12. El ácido fólico no se acumula en el cuerpo, ya que se trata de una vitamina hidrosoluble que se elimina a través de la orina, por lo que es preciso obtenerlo a través de la dieta o los suplementos de forma continuada. La deficiencia de ácido fólico en la madre puede originar defectos congénitos graves en el bebé como espina bífida, y se aconseja que las mujeres que tengan intención de quedarse embarazadas tomen suplementos que contengan 400 microgramos de ácido fólico desde tres meses antes de la concepción y durante el embarazo por ser la única forma de folato aprobada como medicamento al haber demostrado que reduce eficazmente la incidencia de defectos del tubo neural, incluso en las mujeres con variantes genéticas (polimorfismos) de la enzima MTHFR.
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La vitamina B12 contribuye a la formación de los glóbulos rojos, y se encuentra en la carne de vaca y de aves, la leche y sus derivados, los huevos, etcétera. Las mujeres vegetarianas (al no ingerir alimentos de procedencia animal) tienen muchas posibilidades de padecer deficiencias de esta vitamina, y necesitar suplementos de esta durante el embarazo.
Creado: 27 de septiembre de 2010