Los expertos alertan de que se está incrementando notablemente la prevalencia de la diabetes gestacional, y que esto se debe, sobre todo, a que las mujeres se quedan embarazadas cada vez más mayores y a que, en España, alrededor del 60 por ciento de la población presenta sobrepeso u obesidad, lo que afecta también a las gestantes. Tener más de 30 años y ser obesa son los dos principales factores de riesgo para desarrollar diabetes durante el embarazo, una complicación que ya sufren el diez por ciento de las embarazadas.
La diabetes gestacional se diagnostica mediante una prueba que mide los niveles de azúcar en sangre -el test O’Sullivan-, que se realiza a todas las mujeres entre las semanas 24 y 28 de embarazo, y se debe a que las alteraciones hormonales que se producen durante la gestación hacen que el organismo de la futura mamá presente cierta resistencia a la insulina y, cuando esto no se compensa, aparece la diabetes, aunque la mujer estuviese sana previamente.
Los especialistas advierten que las consecuencias negativas que acarrea una diabetes mal controlada durante el embarazo pueden afectar tanto a la madre como al feto
Las consecuencias negativas que acarrea una diabetes mal controlada durante el embarazo pueden afectar tanto a la madre como al feto. La embarazada es más propensa a sufrir diversas complicaciones, como infecciones urinarias o hipertensión, y es frecuente que el bebé crezca más de lo normal, lo que se conoce como macrosomía fetal. Esto dificulta las labores de parto que, además, se puede adelantar, y un bebé prematuro tiene muchos más riesgos de padecer ciertas enfermedades o presentar deficiencias durante el desarrollo.
Los especialistas advierten que es fundamental detectar cuanto antes la diabetes gestacional y hacer un seguimiento adecuado de la paciente porque las mujeres que la sufren tienen más posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante, y sus hijos también serán más propensos a ser obesos o diabéticos.
Fuente: Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)
