Casi una de cada diez embarazadas sufre diabetes durante la gestación. Conoce cuándo y cómo puede diagnosticarse, así como la dieta adecuada para controlarla y evitar sus complicaciones para la madre y el bebé.
Para entender por qué se produce la diabetes gestacional, hay que saber que el desarrollo del feto en el cuerpo materno supone un importante gasto de energía; para cubrir esta demanda el organismo necesita modificar la cantidad y forma de asimilación de la glucosa, entre otros mecanismos. Durante los dos primeros trimestres de gestación se produce básicamente el esbozo de todas las estructuras del feto; no hay un crecimiento elevado del feto ni de la placenta. En esta etapa, el cuerpo de la madre se prepara metabólicamente para constituir la reserva energética que dé soporte al crecimiento fetal posterior. Aumentará la ingesta de alimentos, lo cual contribuye a la generación de un almacén de grasa; por otro lado, pueden apreciarse altos niveles de insulina (hiperinsulinemia), y los tejidos maternos presentan una respuesta adecuada a la misma.
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En el tercer trimestre el feto comenzará a crecer a gran velocidad a expensas de las reservas maternas. La glucosa será uno de los compuestos requeridos en grandes cantidades (el feto consumirá hasta el 50% de la glucosa de la madre); para facilitar ese aporte al bebé los tejidos de la madre van a expresar ciertos niveles de resistencia a la insulina, de modo que los niveles de azúcar en sangre (y, por tanto, disponibles para el feto) serán mayores.
En estas circunstancias de insulinorresistencia, la embarazada es susceptible a desarrollar diabetes gestacional. En la mayoría de los casos la alteración tiene las características de una diabetes de tipo II (origen no autoinmune) y solo un pequeño porcentaje de la población presenta diabetes pregestacional (aquella diagnosticada antes del embarazo).
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Factores de riesgo de la diabetes gestacional
Determinadas circunstancias concernientes a la salud y condición física de la mujer, antes y durante el embarazo, pueden suponer importantes factores de riesgo en la aparición de esta patología, entre ellos:
Embarazos en mujeres mayores de 30 años.
Mujeres con antecedentes familiares de diabetes o de diabetes gestacional.
Primer hijo con un peso al nacimiento superior a 4 kg, o con un defecto congénito.
Mujeres con antecedentes de abortos espontáneos o mortinatos (embarazo en el cual el feto muere en el momento del parto o en la segunda mitad del embarazo).