Aborto espontáneo
Qué es el aborto espontáneo, causas y síntomas

Actualizado: 5 de septiembre de 2022
El aborto espontáneo, o aborto natural, es la pérdida de un feto, por causas naturales y no intencionadas, antes de la semana 20 del embarazo (las pérdidas de fetos con posterioridad a esa semana se denominan partos prematuros).
Se pueden distinguir varios tipos de aborto espontáneo:
- Aborto completo: cuando se expulsa íntegramente el saco gestacional.
- Aborto incompleto: quedan restos de la concepción dentro del útero. Normalmente es preciso realizar un legrado, o administrar algún medicamento para eliminar lo que no se ha expulsado.
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- Aborto diferido: el embrión o feto ha muerto, pero sigue en el útero, y la mujer no tiene síntomas de aborto.
1 . Síntomas de un aborto espontáneo
- Lumbago o dolores abdominales, similares a un dolor menstrual fuerte.
- Expulsión de material tisular, o en forma de coágulos, procedente de la vagina.
- Hemorragia vaginal, que puede estar acompañada de dolor abdominal.
Estos síntomas, aunque pueden ser indicios de amenaza de aborto, o pérdida irremediable del feto, se pueden producir durante los primeros meses del embarazo, sin que su aparición implique que se vaya a producir un aborto, pero siempre son motivo de consulta médica.
2 . Causas de un aborto espontáneo
La causa más común de aborto espontáneo es la muerte del feto debida a malformaciones genéticas o congénitas que hacen inviable su desarrollo. También está frecuentemente relacionado con anomalías del aparato reproductor de la mujer, como cuello uterino incompetente.
Otras causas posibles de aborto espontáneo son:
- Problemas hormonales.
- Infección.
- Deficiencias nutricionales.
- Enfermedades graves de la madre, como diabetes, problemas renales, hepatitis, SIDA...
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- Consumo de alcohol o drogas.
- Traumatismos graves.
Se estima que aproximadamente la mitad de los óvulos fecundados mueren y son expulsados de manera espontánea, generalmente antes de que la mujer advierta que está embarazada. Además, entre un 15 y un 20% de las mujeres que tienen conocimiento de su embarazo aborta de forma espontánea, la mayoría en el transcurso de las primeras siete semanas del embarazo.
El riesgo de sufrir un aborto espontáneo aumenta cuando la mujer tiene más de 35 años, o si ha tenido abortos de este tipo con anterioridad (si se trata de tres o más abortos espontáneos consecutivos se considera aborto recurrente).
3 . Tratamiento y complicaciones de un aborto espontáneo
Cuando se produce un aborto espontáneo, es conveniente examinar el tejido expulsado para determinar si se trataba de un feto o una mola hidatiforme, así como comprobar si aún queda algún tejido fetal en el interior del útero.
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Si el tejido del embarazo no se expulsa totalmente de forma natural, es necesario realizar un seguimiento de la paciente durante un tiempo, y es posible que se precise cirugía (legrado), o administración de medicamentos, para eliminar los restos.
Tras el aborto, la mujer generalmente reanuda su ciclo menstrual normal en unas cuantas semanas.
4 . Complicaciones de un aborto espontáneo
Los abortos completos no suelen dejar secuelas físicas, salvo el impacto psicológico que supone para la pareja.
El aborto séptico es la principal complicación, y se origina cuando quedan restos de la concepción tras el aborto espontáneo, y estos residuos, o el propio útero, se infectan. Los síntomas que revelan que se ha producido una infección, además de fiebre, incluyen dolor, hemorragia vaginal persistente y un flujo vaginal fétido. Por eso es necesario comprobar, tras un aborto espontáneo, que no queda tejido fetal dentro del útero. La infección precisa atención médica inmediata.
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Si el feto se pierde transcurridas más de 20 semanas, el pronóstico es peor y requiere asistencia médica, pero no se considera un aborto, sino un parto prematuro con resultado de muerte fetal.
Creado: 5 de octubre de 2010