Dr. Santiago Rojas

Especialista en manejo del estrés, y en cuidados paliativos para pacientes oncológicos y autor de 'Desestrésate'
El Dr. Santiago Rojas, especialista en cuidados paliativos para pacientes oncológicos y en terapias alternativas, acaba de publicar 'Desestrésate'.
Dr. Santiago Rojas, autor de 'Desestrésate'
“En la vida cotidiana tenemos mucho distrés y poco eustrés. Hay que intentar aumentar el eustrés, que es como aumentar el colesterol bueno”

15/10/2012

Desestrésate’ (Zenith, Editorial Planeta) es el nuevo libro del Dr. Santiago Rojas, especialista en cuidados paliativos para pacientes oncológicos y en terapias alternativas, que tiene como objetivo ayudar a todas aquellas personas que viven en tensión a transformar el distrés, o estrés negativo, en una energía positiva que les sirva para afrontar los retos de la vida diaria y conseguir sus metas. Para ello, el autor ofrece una serie de pautas que permitirán al lector aprender a tomar el control de su vida y a enfrentarse a las adversidades de una manera más saludable y eficaz. Como explica el Dr. Rojas, “el estrés no es malo, sino un mecanismo que la Naturaleza nos dio para adaptarnos”, y añade que “no adaptarnos adecuadamente, y que la tensión que esto genera persista en el tiempo, es lo que nos enferma, pero no el estrés en sí mismo, pues se trata de una respuesta adaptativa natural necesaria para la supervivencia”.

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Portada 'Desestrésate'

Doctor Rojas, ¿puede explicar brevemente los conceptos de estrés, distrés y eustrés?

El estrés es el síndrome general de adaptación; significa la forma en la que el organismo se adapta para la supervivencia. El eustrés es la forma en que se adapta de una manera favorable, permitiéndole estar en equilibrio con lo que ocurre en el entorno, y de forma que le genere bienestar. Distrés es cuando no existe la capacidad de adaptación y se genera la tensión, y esa tensión, de persistir, lleva al agotamiento.

Tengo que aclarar que el estrés es la forma en que nosotros percibimos la realidad, y no la realidad en sí misma. Y un ejemplo que utilizo es una montaña rusa: para el que le gusta, toda la tensión de la montaña rusa es una maravilla, para el que le disgusta, todo lo que va a pasar desde que está haciendo la fila es terrible. Por ello el estrés no es lo externo, sino cómo yo vivo lo externo. Y segundo, que el estrés no es malo, sino un mecanismo que la Naturaleza nos dio para adaptarnos. No adaptarnos adecuadamente, y que la tensión que esto genera persista en el tiempo, es lo que nos enferma, pero no el estrés en sí mismo, pues se trata de una respuesta adaptativa natural necesaria para la supervivencia.

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Parece entonces que el distrés es como un estrés que se vuelve crónico…

Lo que pasa es que lo que nosotros llamamos hoy en día estrés simplemente es la variable del distrés, porque la gente considera que el estrés es negativo, pero el acuñador del término, Hans Selye, el médico austriaco, determinó en esta palabra las dos variables: estrés positivo y estrés negativo o distrés. Desafortunadamente, la sociedad solo acuñó la palabra estrés en su aspecto negativo, cuando realmente lo que llamamos estrés en la vida cotidiana como algo negativo es el distrés. Pero hay dos palabras, aunque solo utilizamos una. En la práctica, en la vida cotidiana, nosotros tenemos mucho distrés y poco eustrés. Y el objetivo de la gran mayoría de las personas que trabajan en bienestar es intentar aumentar el eustrés, que es como aumentar el colesterol bueno.

El estrés es la forma en que nosotros percibimos la realidad, y no la realidad en sí misma

Síntomas de estrés y 'distresores'

Es habitual utilizar la expresión ‘estoy estresado’ cuando estamos nerviosos, tensos, y nos sentimos incapaces de relajarnos, ¿pero cuáles son los signos que realmente indican que una persona sufre estrés?

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Cuando la persona no se puede adaptar a las condiciones. Cuando estamos en el trabajo tenemos que estar activos, y cuando estamos en el lecho para dormir tenemos que estar relajados. Si por el contrario vamos a dormir y la mente está activa y nuestro cuerpo está tensionado, no estamos en el lugar adecuado. Por el contrario, si en el trabajo estamos agotados, con dificultades de concentración, sin actividad física… pues también estamos distresados. Si nos encontramos en esa situación en la que en el trabajo necesitamos activar nuestra concentración y nuestro movimiento, y en la cama nos cuesta dormir, en ese momento estamos descubriendo que estamos distresados.

Existen una serie de variables que determinan que una persona sufre distrés. Una tiene que ver con la incapacidad de recuperarse del cansancio. Si tras un periodo saludable de reposo una persona no se recupera, significa que hay un distrés, que lleva rápidamente a la tensión, y de la tensión al agotamiento.

Todo lo que se vuelva útil es generador de eustrés, todo lo que se vuelva indispensable es generador de distrés

La segunda variable es que no hay disfrute; es decir, producimos y producimos, logramos y logramos, pero no disfrutamos. Esa es una ecuación esencial. El producir y lograr sin disfrute es signo de distrés.

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Y la tercera variable son los síntomas biológicos que empezamos a tener. Que van desde tensiones musculares a alteraciones mínimas del sistema inmune, y trastornos ya más evidentes como pueden ser gastritis, úlcera, colon irritable, estreñimiento, alteraciones del flujo menstrual en las mujeres, y de la libido en el hombre y en la mujer. Y también una disminución o aumento del apetito. O sea, que se alteran las funciones básicas del ser humano, que son cinco: la actividad, el reposo, la ingesta, la eliminación y el contacto interpersonal (desde el amor hasta el sexo). Cuando esas cinco variables no se encuentran en equilibrio, significa que el estrés está pudiendo con nosotros, y el distrés está afectando a nuestra vida.

¿Cuáles considera que son los principales agentes que provocan distrés en la actualidad? ¿Son diferentes ahora de los de hace, por ejemplo, 20 años?

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Realmente lo único que sería diferente a los de hace 20 o 50 años, sería la tecnología; todos los demás son exactamente los mismos. Y los principales son: el tiempo -que sigue siendo un agente generador de distrés-, las relaciones interpersonales, y la búsqueda de las recompensas y los logros. Siguen siendo los mismos factores, a excepción de la tecnología moderna, que hoy nos abstrae completamente de la relación con los demás. Estamos absortos por todos los aparatos disponibles. Y existe una explicación muy simple que aclara por qué la tecnología es un agente distresor. Todo lo que se vuelva útil es generador de eustrés, todo lo que se vuelva indispensable es generador de distrés. Y cada vez somos más dependientes de los avances tecnológicos.

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Y la otra forma de generar eustrés y distrés es el ‘quiero’ y el ‘me obligan’. Cuando ‘yo quiero’ todo es eustrés, lo hago con gusto, y tengo un estado adaptativo adecuado. Si ‘me toca’ hacer esto o aquello, si ‘me obliga la vida a hacer’, entonces genero distrés. Y esas son las variables que hay que tener permanentemente en cuenta. La primera es la ‘utilidad’ versus lo ‘indispensable’, y la segunda el ‘gusto’ versus la ‘obligación’.

Cómo prevenir el estrés

Recientemente se ha celebrado un simposio en Madrid sobre el estrés relacionado con el entorno laboral, en el que los especialistas han calificado al estrés como la ‘epidemia de la próxima década’. ¿Qué medidas podemos tomar para evitar que esto ocurra?

Básicamente favoreciendo la creación del eustrés como un estilo de vida. Lo que yo propongo no es acabar con el distrés porque es imposible, pero sí favorecer los mecanismos de eustrés, entre los cuales está lo que acabo de decir. Primero, ser capaces de volver a todo lo que tenemos en la vida útil y no indispensable, el ser capaz de generar en cada momento de la vida el ‘quiero’ y no el ‘me toca’, y el buscar la motivación. Cuando uno se motiva entonces los mecanismos de adaptación son más adecuados. Yo me motivo hacia algo que me llama la atención, yo genero fantasía, que es dirigida por mí porque me motivo. El hombre moderno ha dejado de tener fantasías y de soñar. Ha vivido simplemente con la obligatoriedad de cumplir y cumplir, de lograr y lograr. Como no ha seguido soñando, ha perdido esa capacidad de gozar.

Por otro lado, hay ya investigaciones que demuestran cómo vivir en el siglo XXI con menos distrés. Son cinco condiciones que además propongo en el libro y enseño a poner en práctica: control, compromiso, desafío, respiración, y agradecimiento.

Un gran hombre persiste en sus ideales, sueña, y es capaz de llegar lejos porque ve el desafío como una oportunidad de crecimiento

Control es tener la capacidad de ejercer el puesto, la función que desempeño, manejar el auto… Si no tengo la capacidad ¿qué he de hacer? Capacitarme. Lo importante es que el individuo busque el control, pero no el control sobre los demás. Si yo busco el control sobre los demás genero distrés. Cuando me controlo a mí mismo, en la búsqueda de ese control, genero eustrés.

Segundo, el compromiso. El compromiso es algo muy eustresante porque es lo que me va a dar fortaleza y me va a ayudar a conseguir mis objetivos. Es como cuando uno está enamorado y está comprometido con la relación. También los jefes y los empleados que se comprometen con su empresa tienen mucha más capacidad de adaptación y mucha menos tensión y estrés. Lo hacen desde el disfrute.

La tercera es el desafío, que es ver cualquier dificultad como un reto. Cuando vemos una dificultad como un reto se vuelve mucho más interesante. Cuando uno lo ve como una muralla que es incapaz de ser franqueada, se vuelve un obstáculo y nos saca del estado del bienestar. Todos los hombres que han crecido han visto las dificultades como retos. ¿Cuál es la diferencia entre un gran hombre y un pequeño hombre? Un gran hombre persiste en sus ideales, sueña, y es capaz de llegar lejos porque ve el desafío como una oportunidad de crecimiento. El pequeño hombre, ante una pequeña dificultad dice ‘no puedo’, se vence, y destruye simplemente su proyecto.

La cuarta es la respiración. Aprender a respirar, una respiración diafragmática. El diafragma es el músculo de la respiración y cuando lo usamos bien, ya sea meditando, ya sea al llorar o al reír, con una carcajada desbordante y verdadera, quedamos muy bien y generamos eustrés. La clave de controlar y tomar el control está en la respiración.

Y, por último, el agradecimiento. Cuando uno agradece lo que le pasa en la vida, lo disfruta; cuando las oportunidades pequeñas o grandes las ve como disfrute. Al contrario de los seres humanos que todo lo viven como víctimas o como victimarios; como víctimas ‘el mundo está contra mí’, y como victimarios, ‘yo destruyo el mundo’. En cambio, como agradecidos, es: cada oportunidad que tengo me parece bien, y si quiero hacerla mejor la construyo yo, no espero a que la vida me la dé ni involucro a otros, sino que la construyo yo.

Esas son las cinco claves que demuestran que podemos hacer que este mundo moderno no sea un mundo de distrés, sino un mundo de eustrés creciente.

Las empresas, según estos expertos, también deberían adoptar estrategias para que sus empleados disminuyan su nivel de estrés porque este trastorno repercute negativamente en su productividad y capacidad para enfrentarse a los retos laborales. ¿Qué estrategias cree que deberían poner en marcha las empresas para conseguir este objetivo?

Las empresas pueden propender a disminuir el distrés por tres factores fundamentales. Uno es que los empleados dispongan de aspectos lúdicos, no solo laborales. Otro, que los empleados estén comprometidos con los objetivos de la empresa, y eso se busca a través de volverlos parte de la empresa: ‘ponerles la camiseta’. Y tercero, permitir a los empleados liberar la tensión y desahogarse de sus molestias con comodidad. Es lo mismo que en una relación de pareja. Si la persona con la que uno está no es capaz de expresar lo que le incomoda, la relación se quedará en tensión. Y es que a veces con expresarlo uno ya mejora. Además, si no lo expreso por miedo, o estoy lleno de rabia, puedo llegar a buscar que le vaya mal a la otra persona: a mi pareja, o a mi jefe.

Adaptarse a la crisis significa reconocerla, y trabajar desde ahí para transformarla. Adaptarse no significa resignarse, son dos conceptos totalmente distintos

Incluso en periodos difíciles, hay que ver los problemas como oportunidades, porque en esos momentos de crisis sale lo mejor. Cuando una persona se enfrenta a dificultades y crece es mucho mejor, porque ha crecido en la austeridad y se ha fortalecido. Y en ese mismo contexto el hecho de permitirle a las personas que están en la empresa que expresen libre y espontáneamente sus sentimientos, sus dificultades y sus necesidades, va a hacer que el ambiente sea más honesto, y los trabajadores se volverán más productivos porque la gente se adapta mejor a las condiciones cuando se encuentra en un lugar familiar, y siente que puede estar como es él, que no tiene que aparentar lo que los demás quieran. Las crisis, por lo tanto, son buenas porque acaban con un proyecto o lo mejoran, lo que no se puede es vivir en una crisis permanente, porque eso lo destruye todo.

Precisamente la actual crisis económica, que está afectando mucho a ciudadanos europeos, que durante bastante tiempo han vivido un ‘estado del bienestar’ que ahora parece un espejismo, es una importante fuente de estrés. En estos casos dicen que la inteligencia es adaptarse pero, ¿no parece esto demasiado conformista?

Adaptarse a la crisis significa reconocerla, y trabajar desde ahí para transformarla. Adaptarse no significa resignarse, son dos conceptos totalmente distintos. Resignación es ‘está lloviendo, como llueve, no salgo’; mientras que adaptarse es ‘como llueve, saco mi paraguas, me abrigo, y sobre todo me pongo mi gabardina, y voy por el lado que resulte más fácil llegar’. La negación es ‘no importa, llueve, y me salgo con camiseta, me mojo y destruyo el vestido’. Mientras resignación es me quedo guardado bajo techo porque está lloviendo, la adaptación es ‘llueve, igual voy a llegar, pero buscaré la manera más sencilla de conseguirlo’.

Tratamiento del estrés y 'eustresores'

¿Podemos intervenir de forma efectiva para aliviar o reconducir el estrés de nuestra pareja o hijos?

Para poder reconducir el estrés de las personas cercanas lo primero es no intentar controlarlas. Porque es lo que genera en primer lugar estrés en mí y molestia en la otra persona. Debo permitir a mis hijos ser como ellos son, permitir que cada uno exprese su punto de vista, lo que opina. Y decirlo sin tensionar. Esta es una clave fundamental en la relación de pareja y con los hijos. Cuando la gente puede hablar y decir lo que piensa sin molestar ni sentirse molesto. Y ahí es importante buscar el momento adecuado. Si el hombre llega borracho a casa y la mujer le pelea en ese momento, él va a sentirse con toda la obligación de defenderse y puede agredirla. Pero si al otro día, cuando ya el hombre está sobrio, se le sienta al lado y le dice ‘yo no acepto que un hombre beba’, ‘no voy a estar dispuesta a estar aquí, y esta es mi condición’, cuando él esté sobrio y los dos puedan hablar, se puede solucionar el problema. En una relación de pareja es fundamental no intentar controlar al otro, permitir la libre expresión y, en tercer lugar, ser inofensivo, no hacer nada para destruir, sino para construir.

En una relación de pareja es fundamental no intentar controlar al otro, permitir la libre expresión y, en tercer lugar, ser inofensivo, no hacer nada para destruir, sino para construir

Si me interesa la relación de pareja, vamos a construirla, y lo que yo voy a decir va para construir, no para lesionar. Y en este mismo sentido ser inofensivo es exaltar lo positivo, es decir, que no solamente voy a criticar que ‘ronques cuando duermes’, sino que voy a agradecer que ‘me hiciste la comida’ o ‘me llevaste al cine’ o ‘fuiste especial en la cama’… esa actitud hacia los más cercanos es la que modifica las relaciones. Pero nosotros no somos inofensivos, pues por nuestra tensión buscamos agredir al otro como si estuviéramos compitiendo, cuando estamos del mismo lado; es decir, no ponerse frente a la pareja, sino hombro a hombro para avanzar en una dirección común.

¿Y cuáles son los factores o situaciones que pueden servirnos de eustresores?

Cualquier circunstancia que nos genere la sensación de bienestar y que podamos recordar favorablemente se considera eustresora, y en los momentos de tensión hay que recordar qué le genera a uno bienestar. Caminar por la playa, subir a la montaña, reunirse con amigos… Otra de las cosas que hace uno para eustresarse es pensar qué me distresa, cómo me adapto, y qué me puede ayudar. Hay distintos factores y situaciones eustresantes para las personas: mucha gente se eustresa estando con animales y en la Naturaleza, a otros tocar un instrumento musical, bailar, cantar…

Cualquier circunstancia que nos genere la sensación de bienestar y podamos recordar favorablemente se considera eustresora, y en los momentos de tensión hay que recordar qué le genera a uno bienestar

El eustres es algo que uno ha de encontrar, actividades que le generen bienestar, y le dejen una sensación de gratitud. Y hay cinco principios para generar bienestar que he mencionado antes: control, compromiso, desafío, respiración y agradecimiento. Cuando hago cualquier cosa en la vida y me quedo con la sensación de gratitud, en ese momento estoy eustresado. No hay nada que nos dé más gozo que lo que agradecemos. Igual que es imposible tener gozo sin tener gratitud. Por ejemplo, cuando acaba de nacer un hijo, uno está lleno de felicidad porque se siente ‘bendecido por la vida’. Todo lo que signifique una gratificación: ‘qué comida tan rica’, ‘cómo me quedó de bien esto’, ‘me miró la mujer que yo amaba’, ‘ganó el equipo de mis sueños’… todo aquello que me genere gratitud deriva en una situación de eustrés. Entonces, para concretar, el eustrés lo logro con cualquier cosa que me genere gratitud, que yo me sienta agradecido con lo que ha pasado. Aquél que nunca se siente agradecido, nunca tiene eustrés, porque siente que siempre le quedan debiendo.

¿Qué tratamientos son más efectivos para eliminar el estrés crónico, o canalizar esa energía de forma positiva para el individuo?

Hay nutrientes como el magnesio y esencias de flores, que son productos naturales que se utilizan mucho, y aquí en España se consiguen también. Otras terapias efectivas son los masajes, o el uso de técnicas de relajación y la meditación, que buscan volver a recuperar la capacidad de respirar y que el individuo aprenda a adaptarse de la mejor manera. En general, se puede acudir a todas las técnicas que generen en la persona la sensación de gratitud, y que van a ser técnicas que van a disminuir el distrés. Insisto, esto es como con el colesterol; es imposible acabar con el colesterol malo, pero es posible aumentar el bueno. Entonces, vamos a aumentar el eustrés para disminuir el distrés.

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