Padres quemados: impacto emocional de educar a un adolescente

Actualizado: 15 de octubre de 2025
La adolescencia es una etapa clave repleta de cambios físicos, emocionales y sociales que exigen a los padres una revisión de las pautas educativas que hasta el momento funcionaban, así como la adaptación a una nueva forma de relación con los hijos. Y es que esta etapa también afecta a los progenitores, ya que el malhumor del adolescente, su necesidad de autonomía o de no aceptar los límites pueden sacarlos de quicio y poner a prueba su paciencia y nivel de tolerancia.
No son pocos los padres quemados que acuden a mi consulta con sentimientos de ambivalencia hacia sus hijos, que se preguntan si serán malos padres por sentirse agotados en su papel educativo, e incluso por no implicarse más en los problemas de sus hijos. El malestar emocional en padres de adolescentes es un hecho frecuente y es importante entenderlo y normalizarlo. Te explicamos cómo afectan a los padres los cambios inherentes a la adolescencia y te ofrecemos algunas recomendaciones para mejorar la comunicación con ellos y la convivencia en el ámbito familiar.
Padres que echan humo: por qué educar a un adolescente resulta estresante
Si alguien te dice que no ha observado ningún cambio en su hijo desde que es adolescente, que su relación no se ha alterado en absoluto, o que todo es calma y armonía, no te lo creas o preocúpate. La adolescencia es una época que supone cambios importantes en la dinámica familiar y en la relación de los padres con sus hijos, y que muchas veces altera también la forma en la que se relaciona la pareja.
Si entendemos a una familia como un sistema en el que unos influyen a otros, comprenderemos que el cambio en uno de sus miembros afecta a la forma en la que todos se relacionan entre sí. Por ello, la adolescencia supone una auténtica revolución en la familia. Pero, que nadie se confunda ni me malinterprete: los cambios no son malos por sí mismos, sino que esto depende de cómo los gestionen las personas y de cómo afronten el estrés asociado.

Educar a un adolescente supone un estresor crónico, es decir, mantenido en el tiempo. Esto es debido a que irrumpen de forma relativamente brusca en nuestra vida una serie de demandas a las que no estábamos acostumbrados; por ejemplo, cambios en el carácter del adolescente, nuevos amigos, una etapa escolar diferente, nuevas dinámicas… y nuevos riesgos. Todos estos estresores obligan a los padres a activar recursos mentales, físicos y emocionales que les desgastan física y emocionalmente.
Se requiere un aumento en los niveles de atención e hipervigilancia, ya que los nuevos peligros a los que se ven sometidos sus hijos agobian a los padres. Es el momento de la aparición del móvil, algo que preocupa a los progenitores debido al tiempo de uso y a los contenidos visitados y subidos; o de su entrada en el instituto, con todo lo que ello supone. También entablan nuevas amistades, que se unen a desplazamientos y quedadas lejos de casa que intranquilizan a los padres o que les obligan a llevarlos y traerlos.
A todo esto se añaden las discusiones por la lucha de límites, ya que casualmente a sus amigos les permiten todo aquello que tú no les permites a ellos. Enfrentarse a estos estresores a diario acaba agotando a los padres, dando lugar en algunos casos a emociones como las que se muestran a continuación.
Emociones negativas frecuentes en padres de hijos adolescentes
No hace falta decir que la emoción principal de los padres hacia sus hijos es el amor en todas las etapas de su desarrollo, adolescencia incluida. Ahora bien, esto no es incompatible con el hecho de que en algunos momentos (más de uno diría yo) los padres se sientan quemados en la relación con sus hijos adolescentes y manifiesten síntomas similares a los que provoca el burnout laboral. Estos son:
- Deseo de no saber nada de lo que les causa el estrés (por ejemplo, las incidencias constantes que llegan del cole, las malas contestaciones, etcétera).
- Ansiedad.
- Cansancio.
- Molestias físicas, como problemas para dormir, dolores de cabeza,
- Tristeza… y ganas de marcharse.
El problema está en el hecho de que cuando el burnout se asocia a aspectos como el laboral, podemos desconectar (o intentarlo) en fin de semana o durante las vacaciones, pero del papel de ser madre o padre no se puede desconectar: no hay días libres. Y por eso es frecuente encontrar en mi consulta a padres expresando sus sentimientos de culpa o vergüenza al admitir que no “pueden soportar” más su rol paterno o materno y admitiendo que a veces “desconectan” del mismo.

La sociedad no ayuda a aliviar estas emociones, ya que por lo general la gente no habla de su malestar e idealiza su vida familiar y la relación con sus hijos frente a los demás. Muchos dirán que adolescentes ha habido siempre y que lo padres aguantaban estoicamente. No lo dudo, pero no debemos olvidar que los peligros a los que están sometidos los adolescentes actuales y que los padres no pueden afrontar por ser muchos virtuales, se unen a los de siempre y a una sociedad altamente demandante en el ámbito profesional que hace que muchos sientan la necesidad de cogerse vacaciones de ser padres. De esta forma, la culpa que la sociedad les hace sentir como malos padres pone la guinda al abanico de emociones negativas que experimentan.
Consejos para padres de adolescentes: cómo reducir el malestar emocional
Con lo que he explicado hasta ahora espero haber conseguido que no te consideres un “bicho raro” por sentirte agotado, hastiado y con ganas de desaparecer de tu labor como padre. Pero, más allá de que comprendas que tus sentimientos y emociones son fruto del amor por tus hijos y tu responsabilidad hacia ellos y del estrés que te generan los cambios propios de la adolescencia o el no verte capaz de llegar a todo, me gustaría ofrecerte algunas pautas para que puedas gestionar y aliviar tu malestar emocional.
Aquí tienes algunas herramientas psicológicas que te ayudarán a afrontar el reto de educar a tu hijo adolescente, quizá perdiendo alguna batalla pero con el objetivo de ganar la guerra (o evitarla):
- Recuerda que además de padre/madre eres …. (pon tu nombre aquí. Tienes que visualizarlo). Muchas veces el rol de padres se come a la persona: reflexiona sobre quién eras antes de que naciera tu hijo y quién eres ahora, dónde están tus aficiones, deseos, ilusiones… Es lógico que el tiempo que te dedicas a ti mismo se haya reducido, pero nunca debe desaparecer. No se trata de que estés con tu hijo sin más, se trata de que tu hijo tenga un padre/madre feliz con el que comparta un tiempo de calidad, aunque sea menor.
- Si tienes pareja dedica tiempo a esa persona y a vuestra relación; si continúas con el padre/madre de tus hijos trata de que vuestras conversaciones no se centren en exclusiva en ellos. Hablad de vosotros y vuestros planes. Si tu pareja no es el padre/madre de tus hijos dedicad tiempo a estar a solas y con planes propios.
- Acepta a tu hijo como es y hazle saber que te gusta –lo que no quiere decir que apruebes todo lo que hace–, porque si se siente rechazado se distanciará de ti y se unirá a aquellos a los que sí gusta y te ocultará las influencias que recibe.
- Conoce a sus amigos y no les critiques gratuitamente. Aceptar a sus amigos y tratarlos bien es aceptarle a él. Si algo no te gusta díselo, pero sin criticar. Habla de las conductas de esos menores que no te parezcan adecuadas en vez de criticar a una persona en concreto.
- Exprésale lo que te gustaría que cambiase. Hazlo en forma de sugerencia de mejora y no de crítica despectiva.
- Ponle los límites claros, pero sé flexible. Trata de ser razonable y negociar en lo que sea posible. Recuerda que es importante educar a tu hijo en una forma de comunicación y negociación desde la asertividad y no desde la imposición.
- Te animo a que leas mi libro en el que te hablo de todo lo aquí tratado y mucho más. Te ayudará a entender y gestionar tus emociones, así como a conocer aspectos importantes a la hora de relacionarte con tu hijo. Apunta: Padres que echan humo. Cómo sobrevivir a los hijos adolescentes (Editorial La Esfera de los libros).
Creado: 15 de octubre de 2025