Dr. Ignacio Jáuregui

Miembro del Comité de Alergia Cutánea de la SEAIC
La urticaria es una enfermedad de la piel muy frecuente que, cuando es crónica, deteriora significativamente la calidad de vida de los afectados. El Dr. Jáuregui, de la SEAIC, explica sus causas y tratamiento.
Dr. Ignacio Jáuregui
“En el tratamiento de la urticaria crónica se están obteniendo resultados muy prometedores, y en muchos casos espectaculares, con un anticuerpo monoclonal que se diseñó para tratar el asma grave”

12/11/2014

La urticaria es una enfermedad de la piel muy frecuente -se estima que entre el 10 y el 20% de los adultos ha sufrido al menos un episodio de urticaria aguda en algún momento de su vida, y entre el 1 y el 2% de la población padece urticaria crónica-, que se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas en forma de habones o ronchas que producen un intenso picor. La urticaria crónica tiene una gran repercusión sobre la calidad de vida de los afectados, ya que el 73% de estos admite que no acude a actos sociales por su causa, y más del 70% se siente limitado en sus relaciones sexuales; además, casi el 25% de los pacientes falta al trabajo al menos una vez al mes, y también su descanso se ve alterado, ya que el picor y el malestar les impiden en muchas ocasiones conciliar o mantener un sueño de calidad. El Dr. Ignacio Jáuregui, miembro del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), explica los factores de riesgo que incrementan las posibilidades de desarrollar urticaria, y cómo se trata esta enfermedad.

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¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de un cuadro agudo de urticaria?

La urticaria aguda es muy frecuente; una de cada 4-5 personas sufre un episodio de urticaria aguda alguna vez en su vida. Puede ocurrir por una reacción alérgica a algún alimento o medicamento, o a una picadura de insectos, típicamente himenópteros (abejas, avispas); también puede ocurrir por intoxicaciones alimentarias, como la escombroidosis por pescados en mal estado, o la anisakiasis por ingestión de pescados frescos parasitados; por factores físicos, como las urticarias solares o las colinérgicas, debidas al calor y el ejercicio… En gran parte de los casos no es posible averiguar qué ha causado realmente una urticaria aguda. En los niños, la urticaria aguda se asocia a veces con infecciones.

La urticaria aguda es muy frecuente; una de cada 4-5 personas sufre un episodio de urticaria aguda alguna vez en su vida

El hecho de haber padecido un brote agudo de urticaria, ¿significa que se tienen más posibilidades de tener otro brote similar o de desarrollar urticaria crónica?

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No. En un 90% de los pacientes con urticaria aguda, los habones permanecen durante dos o tres semanas, como mucho, hasta su desaparición total y definitiva. En un pequeño porcentaje la urticaria se hace recurrente, si el cuadro que la causó es de naturaleza alérgica y la persona que la sufre no es consciente de estar expuesta al factor causal. La urticaria crónica, con aparición de habones a diario durante más de mes y medio, es una enfermedad distinta, realmente.

¿Tienen algo que ver los antecedentes familiares en la predisposición a padecer urticaria?

Sí y no. La urticaria no es hereditaria en sí. Sí lo es la atopia, o predisposición genética a desarrollar alergia. Y algunas urticarias son más frecuentes en gente atópica, como el dermografismo (urticaria facticia o por rascado) o las debidas a alergia alimentaria.

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En el caso de la urticaria crónica, ¿se conocen las causas por las que aparece?

La urticaria crónica puede ser espontánea (no desencadenada por ningún factor externo conocido), o inducible (desencadenada por factores físicos o por el contacto con agentes urticantes). En la mitad de las UC espontáneas puede demostrarse un mecanismo autoinmune, esto es, que son distintas moléculas del propio organismo las que activan las células de la piel y las hacen liberar histamina, una sustancia química que produce la urticaria. Se piensa que este tipo de urticaria crónica es, pues, una enfermedad autoinmune en sí, no grave, aunque muy molesta, y solo en muy raros casos asociada a otras enfermedades concomitantes. Por su parte, la UC inducible puede desencadenarse por agentes como el frío, el sol, el calor, el ejercicio físico o la sudoración…

La urticaria crónica puede ser espontánea (no desencadenada por ningún factor externo conocido), o inducible (desencadenada por factores físicos o por el contacto con agentes urticantes)

Independientemente de que sea espontánea o inducible, hay factores que pueden empeorar todas las urticarias crónicas, como las situaciones de tensión o ansiedad, la toma de aspirina u otros antiinflamatorios y, de forma más discutida e individual, algunos alimentos que liberan histamina.

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He leído que el diagnóstico de urticaria no siempre es fácil, ¿no son característicos de esta enfermedad síntomas como el picor y los habones? ¿qué otros signos puede manifestar el paciente?

El diagnóstico de la urticaria se hace siempre por la clínica (los síntomas que presenta el paciente), ya que las lesiones cutáneas (habones o ronchas) son fáciles de identificar, y cuando desaparecen las ronchas en pocas horas o días, no quedan lesiones residuales en la piel. En casos especiales, es necesario hacer una biopsia cutánea para completar el estudio.

Hay factores que pueden empeorar todas las urticarias crónicas, como las situaciones de tensión o ansiedad, la toma de aspirina u otros antiinflamatorios y, de forma más discutida e individual, algunos alimentos que liberan histamina

Cómo se trata la urticaria

¿Cuál es el tratamiento de la urticaria?

Si es un episodio de urticaria aguda se debe acudir a un médico o servicio de Urgencias para recibir tratamiento. Se trata con antihistamínicos y, en ocasiones, según la gravedad del cuadro, es preciso emplear también corticoides o adrenalina. Es aconsejable seguir tomando los antihistamínicos al menos una semana, ya que de lo contrario la urticaria puede reaparecer. Si la urticaria se repite, o si sospechamos que el causante ha sido un alimento o un medicamento, se requiere un estudio por parte del especialista en alergia.

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En el caso de que se trate de una urticaria crónica es una enfermedad más difícil de controlar, y requiere encontrar el tratamiento más idóneo para cada paciente. Como primera medida se toman antihistamínicos, siempre con control médico. En los casos en los que la respuesta no sea adecuada, el médico puede decidir aumentar las dosis. Si continúa sin haber respuesta al tratamiento, debe considerarse el uso de corticoides sistémicos en dosis muy bajas durante un tiempo limitado, siempre bajo prescripción médica. Aun así, muchos cuadros de urticaria son rebeldes a los tratamientos habituales y deben ser empleados otro tipo de fármacos.

¿Se han producido avances significativos en la investigación o el tratamiento de la urticaria, tanto crónica como aguda, en los últimos años?

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En la investigación el mayor avance ha sido el descubrimiento de un mecanismo autoinmune subyacente en gran parte de las UC espontáneas, así como de sus entresijos a nivel celular y molecular.

En cuanto al tratamiento de la urticaria crónica, en los últimos 2-3 años se están obteniendo resultados muy prometedores, y en muchos casos espectaculares, con un anticuerpo monoclonal que se diseñó para tratar el asma grave. Debido a su altísimo coste, sin embargo, es un tratamiento de última línea, que no hay más remedio que individualizar para cada paciente, cuando lo demás haya fallado.

El mayor avance en la investigación ha sido el descubrimiento de un mecanismo autoinmune subyacente en gran parte de las urticarias crónicas espontáneas

¿Qué recomendaciones deben seguir las personas con urticaria crónica para reducir la frecuencia o la intensidad de los brotes?

Evitar los factores que pueden empeorar todas las urticarias crónicas: las situaciones de tensión o ansiedad, la toma de aspirina u otros antiinflamatorios, o factores físicos como el calor, el frío intenso, los cambios bruscos de temperatura, el rascado intenso, etcétera. A algunos pacientes puede también ayudarles evitar ciertos alimentos que liberan histamina (chocolate, fresas, mariscos…) o son ricos en aminas u otras sustancias vasodilatadoras (bebidas alcohólicas, especias picantes, embutidos, quesos muy curados…), aunque el beneficio de estas dietas limpias en la urticaria está muy discutido y no parece demostrable.

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