Varices
Además de resultar antiestéticas, las varices pueden ocasionar diversos síntomas y dar lugar a complicaciones. Lo mejor, sobre todo si tienes factores de riesgo, es tomar medidas para prevenir su aparición.

Síntomas de varices

Por: Dr. Julio César Montenegro Serrano

Especialista en Medicina del Trabajo

Actualizado: 27 de septiembre de 2022

Además del perjuicio estético que ocasionan, las varices pueden dar lugar a síntomas variables y que afectan de manera distinta según las personas, por lo que no se debe pensar que la ausencia de ciertos síntomas implica que no se tienen varices.

Entre los síntomas de varices más significativos según avanza la enfermedad, destacan:

  • Visualización de la red venosa de las piernas. En general, pueden verse varices en cara antero externa de muslos, detrás de las rodillas, y en cara interna de piernas, pero al principio no suelen aparecer otros síntomas.
  • Pesadez y cansancio en las piernas. Sobre todo cuando se está mucho tiempo inmóvil de pie, y a última hora del día. Esto ocurre porque empieza a acumularse la sangre en las venas de las piernas. Normalmente los síntomas mejoran al andar, con el ejercicio, y al levantar las piernas.
  • Dolor. De intensidad variable según las personas. Normalmente se localiza en los trayectos de las venas afectadas, principalmente tobillo y pantorrilla. Puede empezar o aumentar con un simple roce, o un golpe de poca importancia.
  • Calambres. Principalmente nocturnos.
  • Hormigueos. Especialmente cuando las piernas permanecen mucho tiempo en la misma postura, por ejemplo en el cine o durante viajes en autocar o avión.
  • Sensación de calor o picores y escozores. Principalmente en tobillo y dorso del pie. Debe evitarse el rascado, pues pueden hacerse heridas con facilidad, al ser la piel más débil por la mala circulación y, también por este motivo, infectarse con facilidad.
  • Hinchazón o edema de los pies y tobillos. Aparece, según avanza la enfermedad, al acumularse el líquido extravasado. Al principio disminuye con el reposo, con las piernas elevadas, y al levantarse por la mañana, pero poco a poco se vuelve más persistente y puede llegar a ser permanente. Con el avance de la enfermedad puede ir ascendiendo a lo largo de la pierna.
  • Cambios de coloración en la piel. Manchas parduscas o violáceas que aparecen debido a la salida de glóbulos rojos de las venas afectadas que se acumulan debajo de la piel. Estos acúmulos deterioran la piel y la grasa que está debajo, ocasionando reacciones inflamatorias y dando lugar a zonas endurecidas, dolorosas y eczematosas.
  • Varices o venas dilatadas y retorcidas. Al avanzar el deterioro de las venas, estas se van dilatando y alargando, por lo que tienen que hacer curvas para acoplarse al espacio disponible.
  • Aparición de úlceras. Suelen aparecer cerca de los tobillos y, con mayor frecuencia, en la cara interna. Con frecuencia resultan bastante dolorosas y difíciles de curar. Se infectan con facilidad, lo que aumenta la dificultad para su curación. A veces son debidas a las lesiones por rascado, y otras surgen de forma espontánea.

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