Karina Zegers de Beijl

Coach personal y autora de 'Personas altamente sensibles'
La coach personal, Karina Zegers de Beijl, explica cuáles son las características que definen a una persona altamente sensible, y cómo manejar ese rasgo de la personalidad para experimentarlo como algo positivo.
Karina Zegers de Beijl
“La mayoría de las personas altamente sensibles sienten que no encajan en este mundo”

06/10/2016

Aunque muchas personas ni siquiera son conscientes de ello, tienen un sistema nervioso más desarrollado que los demás, algo que les dota de una mayor sensibilidad a los estímulos externos. Algunas, incluso, sentirán que no encajan en este mundo. Karina Zegers de Beijl, coach personal, mediadora de conflictos, creadora del blog ‘Alta sensibilidad’, traductora e intérprete, y fundadora en 2012 de la Asociación de Personas Altamente Sensibles de España (APASE), acaba de publicar Personas altamente sensibles (La esfera de los libros, 2016), un libro a través del cual nos guía para que conozcamos en qué consiste este rasgo de la personalidad, que posee entre un 15 y un 20% de la población. Hablamos con la autora para saber cómo reconocer a una persona altamente sensible (PAS), y cómo manejar la extrema sensibilidad y experimentarla así como algo positivo, y no como una condena.

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Portada 'Persobas áltamente sensibles'

En tu último libro, así como en tu blog 'Alta sensibilidad', abordas extensamente cómo son las personas altamente sensibles (PAS). Cuéntanos, ¿qué características tienen estas personas que las hacen ‘diferentes’?

Para poder cualificar como PAS a alguien, la persona debe presentar una combinación de cuatro características básicas; no puede faltar ni una. La primera es la profunda manera en que procesa toda la información que le llega (damos mil vueltas a muchas cosas que una no-PAS en muchos casos ni siquiera nota). En muchas ocasiones, esto llevará a la persona a preguntas de tipo existencial. La segunda característica es una tendencia a sobreestimularse, a saturarse por el exceso de información que le llega. Piensa, por ejemplo, en un centro comercial en hora punta; una PAS puede, de repente, llegar a marearse, a sentir una intensa irritación, un bloqueo. En definitiva, señales de que no puede procesar más información. La tercera característica viene a ser una enorme emocionalidad: se emociona ante cualquier cosa que para una no-PAS puede no tener importancia. Pienso en una sonrisa de un bebé, una puesta de sol, una obra de arte, o música, por ejemplo. Pero también ante cosas tristes, como escuchar de una muerte, o ver a alguien que sufre. Hablamos de la emocionalidad ligada a la empatía. Y, por último, la cuarta característica, es una elevada sensibilidad de tipo sensorial, especialmente a sutilezas, a cositas pequeñas a veces también pertenecientes al famoso ‘sexto sentido’, donde solemos meter todo aquello que no tenga una explicación científico-material. Estos son los cuatro pilares de la alta sensibilidad, tal como vienen descritos por la Dra. Elaine Aron, la psicóloga americana que descubrió el rasgo.

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En tus conferencias, en diversos artículos, y en tus libros, sueles insistir precisamente en los datos del trabajo de la Dra. Elaine Aron, que reflejan que entre un 15 y un 20% de la humanidad es PAS. Y sueles invitar a reflexionar sobre esta cifra…

Bueno, muchos me dicen no conocer a nadie tan raro o rara como él o ella. Creo que el motivo es que la mayoría ha aprendido a disfrazarse para no llamar la atención, para evitar ser llamado ‘bicho raro’. Incluso hay personas altamente sensibles que se camuflan en el otro extremo (sin sensibilidad) para no parecer personas débiles. Sin embargo, por dentro llevan un corazón de mantequilla.

Eres coach especializada en personas altamente sensibles, mediación de conflictos y presidente de la Asociación de Personas Altamente Sensibles de España (APASE). ¿Cómo ayudas a las personas que llegan hasta aquí?

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Por el momento los fondos no llegan para ayudar en plan individual pero aspiramos llegar a ser una especie de Teléfono de Esperanza para personas altamente sensibles. El trabajo de la asociación, hoy por hoy, se limita a divulgar de una manera correcta y completa las características del rasgo de la alta sensibilidad, tal como lo define la doctora Aron, a través de conferencias y talleres. También organizamos encuentros y excursiones en varios puntos de la geografía nacional (se puede ver la agenda y los grupos acreditados en la web asociacionpas.org y damos entrevistas a revistas, diarios, radios y televisiones. Eso sí, mucha gente nos escribe pidiendo información de todo tipo, e intentamos contestar a todo el mundo. Hacerse socio cuesta 24 euros al año.

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Niños con alta sensibilidad

Nos has explicado las características que definen a una persona altamente sensible pero, ¿qué ocurre con los niños? ¿Puede resultar complicado para un padre o un profesor darse cuenta de que están ante un niño PAS?

Este es un tema delicado. Justamente acabo de publicar un artículo sobre ello. Hay que tener en cuenta que hay PAS tanto introvertidas como extrovertidas; ambos modelos de personas se estresarán con facilidad ante el exceso de información. En el niño introvertido suele ser más fácil de detectar (aunque hay que tener claro que introversión y alta sensibilidad no son la misma cosa), pero habría que observar si los cuatro pilares están patentes en el menor. Siempre hay pistas que nos pueden ayudar como, por ejemplo, si el pequeño prefiere estar solo o con un solo amiguito, en lugar de participar en el juego grupal, o si se siente muy afectado ante la violencia y la injusticia. Incluso, ya desde bebé, le pueden molestar mucho las telas más toscas, los botones de la ropita, arena en la cama, o luces muy fuertes.

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¿Qué es lo más importante que pueden hacer los padres o los profesores cuando detectan, o tienen la sospecha, de que un niño es PAS?

Fundamentalmente dedicar tiempo para escucharle y hacer que se sienta libre para expresar las cosas que, digamos, le pesan sobre el alma, como preocupaciones, ideas, historias que necesita contar, etcétera. También tener en cuenta que recibe muchísima más información de todo tipo todo el tiempo y que, según el lugar y la cantidad de decibelios, llega a ser un auténtico bombardeo. Las PAS son personas que necesitan varios momentos en un día para poder desconectar, para estar en silencio, y con poca luz si puede ser. En mi libro doy muchos consejos e ideas de lo que se puede hacer con niños; como padres hay que ser creativos. Y, por lo demás, poca actividad extraescolar, mucho arte (si puede tocar un instrumento, genial), mucho contacto con la naturaleza, comer bien y sano (cuidado con los azúcares y los conservantes y estabilizantes E-s), dormir mucho, poca tele/tablet/móvil, pero mucho libro y hacer cosas juntos. Y, sobre todo, dar el buen ejemplo de una conducta ética. Necesitan mucho amor, cariño, atención, valoración, para desarrollar una autoestima sana y sentirse seguros.

Una PAS no es una persona enferma, es una persona con un determinado funcionamiento del sistema neurosensorial, que hace que le llegue muchísima más información de la que puede manejar

¿Qué riesgo supondría para un niño PAS el que, lejos de aceptarlo e identificarlo como tal, no sepamos empatizar con él y ridiculicemos o quitemos importancia a alguna de sus reacciones?

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Siempre conviene empatizar para que la persona, independientemente de su edad, se sienta escuchada y comprendida. Un punto a tener en cuenta para todos los niños, pero especialmente para los niños PAS, es la autoestima. Si te ríes de lo que está sintiendo ese niño, o quitas peso a su queja, por mucho que a lo mejor lo hagas desde la intención de ayudarle para que sea más fuerte, el mensaje que le llega es que ‘no vale’: interpreta el mensaje de que ser sensible es malo. Para caer bien, para ser amado, suprimirá su lado sensible, pretendiendo ser alguien que no es. No es buena idea tampoco ningunear sus dudas si no sabemos responder, y lo mejor es decir que no lo sabemos, o que necesitamos reflexionar sobre ello. A los niños hay que tomarles en serio; pero es que, además, los niños PAS suelen ser profundos, y para que se sientan valorados tenemos que tomarles muy en serio.

Dices que detrás de un niño PAS hay una madre o padre que también lo es. ¿Hay estudios sobre esta relación genética?

Este dato evidentemente no es mío, pero proviene de las investigaciones de Elaine Aron. El gen de la sensibilidad suele pasarse directamente de uno de los padres (o ambos, está claro) a los hijos. Evidentemente no hace falta que el niño de padres PAS sea PAS. Hay familias con padres PAS e hijos que no lo son, o solamente uno y el otro no, por ejemplo.

La sensación de no encajar en este mundo

Dices en tu libro que muchas personas con elevada sensibilidad sienten que no encajan en este mundo, y cuando descubren esta particularidad su vida mejora porque comprenden algo que hasta el momento veían como algo negativo. ¿Cómo ha afectado vivir tanto tiempo sin saberlo a su día a día?

No sé contestar muy bien esta pregunta porque es algo muy personal y depende de muchos factores. Al final somos mucho más que solamente PAS, y cada uno crece en su ambiente particular. La sensación de no encajar sí suele ser bastante generalizada, especialmente en el caso de personas que durante la infancia han recibido mensajes de tipo de que ‘no valen’ y que ser tan sensible es una exageración. En el momento en que descubren que existe el rasgo y empiezan a aplicar las características sobre la propia biografía, de repente entienden muchísimas cosas en relación con su manera de interactuar con el mundo. Para la gran mayoría es muy liberador este momento, constituye un antes y un después, y llega a ser experimentado como una especie de nacimiento.

Hay personas altamente sensibles que se camuflan en el otro extremo (sin sensibilidad) para no parecer personas débiles

Insistes a menudo en que se trata de un rasgo de la personalidad, y no en una enfermedad que se pueda curar. Desde tu experiencia, ¿las personas altamente sensibles acaban buscando ayuda de tipo psicológica o psiquiátrica para acabar con su mal?

Si la persona altamente sensible solo percibe que ante los demás es un “bicho raro” y, además, su entorno le insiste en que su forma de ver/experimentar el mundo es una exageración, esa persona no solo se puede poner enferma (ansiedad, burnout, depresión), sino que es posible que decida buscar ayuda de tipo psicológico o psiquiátrico, claro. Si el profesional conoce este rasgo y lo reconoce como algo real, la persona tendrá mucha suerte y seguramente recibirá el apoyo que pueda necesitar. Si el profesional no sabe qué es la alta sensibilidad, o no le da importancia, la persona no llegará a sentirse mejor, sino todo lo contrario. Una PAS no es una persona enferma, es una persona con un determinado funcionamiento del sistema neurosensorial, que hace que le llegue muchísima más información de la que puede manejar.

Una persona altamente sensible necesita aprender sobre su rasgo, qué es y cómo se manifiesta en él o ella, pasando por un camino de autoconocimiento

¿Qué consejos le darías a una persona que puede sospechar que tiene alta sensibilidad?

Una PAS necesita aprender sobre su rasgo –qué es y cómo se manifiesta en él o ella– pasando por un camino de autoconocimiento. Tiene que aprender trucos y herramientas para gestionar esa avalancha de información, tanto sensorial como emocional. En mi libro hablo sobre estas herramientas, sobre el estrés y cómo manejarlo, sobre otras maneras de comunicar y de relacionarse, etcétera. Pero sobre todo hay que tener muy claro que la alta sensibilidad no es algo que se ‘tiene’, no es una enfermedad, sino que es una faceta de la personalidad.

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