Profesor Miguel Gutiérrez

Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP)
El Profesor Miguel Gutiérrez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, explica las causas, síntomas y tratamiento de los trastornos adaptativos, una patología mental que causa mucha angustia a los afectados.
Profesor Miguel Gutiérrez
“Las circunstancias estresantes generan ansiedad, y si la persona afectada no tiene recursos psicológicos eficaces ante esa situación, se va a conformar un circuito de retroalimentación de la ansiedad”

20/11/2014

Los trastornos adaptativos son una respuesta inadecuada del individuo frente a un factor estresante que se puede identificar. El afectado no es capaz de gestionar sus emociones de forma apropiada y carece de recursos psicológicos para hacer frente al acontecimiento que le ha provocado estrés, ansiedad y angustia, manifestando un malestar excesivo y prolongado, que deteriora significativamente su calidad de vida e interfiere con sus relaciones sociales y laborales. Hablamos con el profesor Miguel Gutiérrez, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y catedrático de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Univertsitatea (UPV/EHU), sobre las causas, los síntomas, y el tratamiento más apropiado para abordar esta patología mental que, estiman los expertos, pueden llegar a sufrir hasta un tercio de las personas afectadas por la crisis económica que atravesamos.

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¿Qué son exactamente los trastornos adaptativos? ¿Se consideran una enfermedad?

Naturalmente que son una enfermedad. La OMS los define así: “existencia de un acontecimiento biográfico excepcionalmente estresante, capaz de producir una reacción de estrés agudo, o la presencia de un cambio vital significativo que dé lugar a situaciones desagradables persistentes que llevan a un trastorno de adaptación. Los trastornos agrupados en esta categoría aparecen siempre como una consecuencia directa de un estrés agudo grave o de una situación traumática sostenida

¿Cuáles son los síntomas que determinan que lo que tiene el paciente es un trastorno adaptativo y no otro problema?

Eso depende. En general se clasifican atendiendo a la sintomatología predominante (depresión, ansiedad, trastornos de la conducta, etcétera). Y es cierto que, a veces, es difícil hacer un diagnóstico correcto porque estos síntomas también aparecen en otros trastornos psiquiátricos. Sin embargo, en este tipo de trastorno casi siempre se identifica un estresor externo que justifica el inicio y mantenimiento de los síntomas.

En los trastornos adaptativos casi siempre se identifica un estresor externo que justifica el inicio y mantenimiento de los síntomas

¿Qué factores de riesgo ambientales o características personales pueden hacer que un individuo sea más propenso a sufrir un trastorno adaptativo?

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Las circunstancias ambientales, los acontecimientos vitales que pueden contribuir a la aparición de esta patología, son muy diversos y, además, sin perjuicio de que existan circunstancias que universalmente aceptamos que son muy estresantes para la mayoría de todos nosotros, otras, de tono menor, pueden influir en personas con mayor vulnerabilidad psicológica o predisposición genética. Hablaríamos entonces de psicovulnerabilidad al estrés, que supone no solo una mayor facilidad en relación con la población general para afectarse ante situaciones más o menos estresantes sino, sobre todo, una propensión a generar estrés ante estímulos objetivamente neutros o levemente estresantes.

El estrés y la ansiedad, ¿son causa o consecuencia de un trastorno adaptativo?

Realmente las circunstancias estresantes generan ansiedad, y si la persona afectada no tiene recursos psicológicos eficaces ante esa situación, se va a conformar un circuito vicioso o circuito de retroalimentación de la ansiedad. Como estoy estresado me angustio y, si no logro neutralizar mi angustia, aparecerán más síntomas de angustia, físicos o psíquicos (fobias, obsesiones, depresiones…), y ello generará más angustia. Se cierra el círculo y comienza la patología, la enfermedad. De manera que el estrés es causa, y la ansiedad causa y consecuencia de los trastornos adaptativos.

La psicovulnerabilidad al estrés supone una mayor facilidad en relación con la población general para afectarse ante situaciones más o menos estresantes y una propensión a generar estrés ante estímulos objetivamente neutros o levemente estresantes

La crisis económica y sus efectos (paro, pérdida de la vivienda y de poder adquisitivo, e incluso dificultades para cubrir necesidades básicas), se han asociado con un aumento tanto de las consultas por trastornos mentales, como del consumo de ansiolíticos, ¿significa esto que una gran parte de la población es susceptible de sufrir un trastorno adaptativo si se enfrenta a una situación difícil?

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Todas las personas, como es natural, somos sensibles a los acontecimientos que nos rodean. Y si éstos nos afectan negativamente, responderemos en consecuencia, y responderemos de acuerdo a la magnitud del problema que se plantee y a nuestra forma de ser; es decir, responderemos de acuerdo a nuestra personalidad. Unos de forma eficaz, y otros menos. Serán estos últimos lo que corran más riesgo de enfermar.

Cómo se tratan los trastornos adaptativos

¿Cuál es el tratamiento indicado en los trastornos adaptativos?

Todos los tratamientos deben ir dirigidos a aumentar las defensas psicológicas del individuo. De forma que el tratamiento ideal, en mi opinión, es psicoterápico. Ocurre, sin embargo, que muchas veces —la mayoría—, al principio del trastorno, la persona se encuentra bloqueada y no está en condiciones de iniciar un tratamiento psicoterápico. En estos casos se debe plantear un tratamiento psicofarmacológico que rebaje el exceso de ansiedad y facilite otro tipo de intervenciones.

Muchas veces la persona se encuentra bloqueada y no está en condiciones de iniciar un tratamiento psicoterápico, y se debe plantear un tratamiento psicofarmacológico que rebaje el exceso de ansiedad y facilite otro tipo de intervenciones

Si el desencadenante del trastorno adaptativo es una circunstancia de la vida del paciente que no es posible modificar, ¿puede el tratamiento solucionar el problema?

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Lo puede resolver psicológicamente y, en todo caso, aliviar. Es evidente que no todos sufrimos de la misma manera acontecimientos vitales similares (pongamos por ejemplo la muerte de los padres). Muchas personas son capaces de elaborar estas pérdidas o las consecuencias de estos acontecimientos vitales negativos, y otras no. Como se suele decir, hay personas que “se ahogan en un vaso de agua”. A estos hay que ayudarles y estos suelen ser aquéllos que tenían una cierta predisposición a la hora de enfermar.

En caso contrario, si el motivo que ha provocado el trastorno adaptativo desaparece, ¿se puede recuperar el afectado sin necesidad de someterse a tratamiento?

A veces no, porque aunque la circunstancia que lo desencadenó haya desaparecido objetivamente, su impacto emocional no desaparece. Es el caso del trastorno por estrés postraumático, que cuando está estructurado puede durar toda la vida.

Una buena educación, en el sentido operativo del término (educar para la responsabilidad, facilitar y primar los comportamientos maduros), puede ser una auténtica vacuna que evite padecer estos trastornos

Una persona que ya ha sufrido un trastorno adaptativo en algún momento de su vida, ¿tiene más riesgo de que le vuelva a ocurrir?

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En principio, sí. Hablábamos antes de que los trastornos adaptativos, en general, aparecen con más frecuencia en personas con cierta vulnerabilidad psicológica.

¿El tipo de educación o el estilo de vida pueden influir para prevenir o, por el contrario, favorecer, que una persona desarrolle un trastorno adaptativo?

En la medida que una persona tenga mejor estructuración psicológica será mas fuerte, o más competente, si se quiere decir así, a la hora de confrontar acontecimientos estresantes en la vida, algo que no nos falta a nadie. En este sentido, naturalmente, una buena educación, en el sentido operativo del término (educar para la responsabilidad, facilitar y primar los comportamientos maduros), puede ser una auténtica vacuna que evite padecer estos trastornos. Lamentablemente no estamos en esa línea.

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