¿Por qué lloramos de alegría? La ciencia detrás de esta paradoja emocional


Actualizado: 29 de julio de 2025
Las lágrimas suelen verse como un signo de tristeza o dolor, pero no es raro que la gente llore durante los momentos más felices de la vida: bodas, nacimientos, reuniones, triunfos deportivos o incluso simplemente un acto de bondad inesperado.
Estas “lágrimas de felicidad” parecen contradictorias, pero ofrecen una ventana fascinante a cómo el cerebro humano maneja las emociones intensas.
El llanto es una respuesta biológica compleja a la sobrecarga emocional, y no distingue entre sentimientos positivos y negativos. Ya sea provocados por el dolor o la euforia, las lágrimas suelen ser el resultado de que nuestro cerebro intenta procesar más de lo que puede manejar en el momento.
Tanto las emociones positivas como las negativas activan el sistema límbico, la parte del cerebro encargada de procesar los sentimientos y la memoria. Dentro de este sistema, la amígdala1 —un conjunto de neuronas con forma de almendra— actúa como una alarma emocional, detectando la excitación y enviando señales al cuerpo para que responda.
Cuando está muy estimulada, la amígdala activa otras áreas del cerebro, incluido el hipotálamo, que controla funciones físicas involuntarias como los latidos del corazón, la respiración y la producción de lágrimas.
Otra estructura clave es la corteza cingulada anterior2, que desempeña un papel en la regulación emocional, la toma de decisiones y la empatía. Ayuda a coordinar la respuesta del cerebro a los conflictos emocionales, como experimentar alegría y tristeza simultáneamente. Estas vías superpuestas explican por qué una oleada repentina de felicidad puede producir una reacción típicamente asociada con la angustia.
Los científicos creen que el llanto de alegría es una forma de homeostasis emocional: una manera de recuperar el equilibrio tras una euforia emocional. Llorar activa el sistema nervioso parasimpático, que ralentiza la frecuencia cardíaca y relaja el cuerpo tras el pico de adrenalina de una emoción intensa. En otras palabras, las lágrimas nos ayudan a tranquilizarnos.
Esta idea de "reinicio" no es exclusiva de la felicidad. Llorar en respuesta al estrés o al trauma cumple una función similar. Lo sorprendente del llanto de felicidad es cómo ilustra el esfuerzo del cuerpo por equilibrar fuerzas opuestas: alivio tras el miedo, gratitud tras las dificultades, orgullo tras la lucha.
Lágrimas de felicidad, ¿por qué surgen?
Las llamadas lágrimas de felicidad rara vez son solo eso. A menudo surgen de una mezcla de emociones. Por ejemplo, un padre que ve graduarse a su hijo puede sentirse orgulloso, nostálgico y un poco melancólico a la vez. Un reencuentro largamente esperado puede despertar la alegría y el dolor de la ausencia. Los psicólogos se refieren a esto como una respuesta de doble valencia3: un estado emocional que contiene elementos tanto positivos como negativos.
Estas mezclas emocionales también involucran los sistemas de memoria, en particular el hipocampo, que procesa y recupera la historia personal. Por eso, un momento de alegría puede causar un nudo en la garganta inesperadamente: activa recuerdos de pérdidas, dificultades o anhelos previos.
Curiosamente, los humanos son los únicos animales conocidos que derraman lágrimas emocionales4. Si bien muchos mamíferos producen lágrimas reflejas para lubricar el ojo, solo los humanos lloramos en respuesta a una emoción. Esto probablemente evolucionó como una forma de comunicación no verbal, especialmente en los primeros grupos sociales.
Las lágrimas son señal de vulnerabilidad, autenticidad y profundidad emocional. Llorar en momentos de alegría demuestra a los demás que ha ocurrido algo profundamente significativo.
De esta manera, el llanto alegre puede fortalecer los lazos sociales, fomentar la empatía y crear momentos compartidos de catarsis. Investigaciones incluso han demostrado que las personas son más propensas a ofrecer ayuda a alguien que llora, independientemente de si las lágrimas son de tristeza o alegría5.
Entonces, ¿por qué lloramos cuando estamos felices? Porque la felicidad no es una simple emoción. A menudo se entrelaza con el recuerdo, el alivio, el asombro y la enorme carga del significado. Las lágrimas son la forma en que el cerebro procesa esta complejidad, de recordar un momento importante, incluso cuando es alegre. Lejos de ser una contradicción, las lágrimas de felicidad nos recuerdan que la vida emocional es rica, compleja y, sobre todo, profundamente humana.
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- 1PsyD Amy Marschall. «The Role of the Amygdala in Human Behavior and Emotion». Verywell Mind, vol. 4, n.º 3, Informa UK Limited, 2023, pp. 231–249+, https://www.verywellmind.com/the-role-of-the-amygdala-in-human-behavior-and-emotion-7499223.
- 2Practical Psychology. «Anterior Cingulate Cortex». Practical Psychology, vol. 99, n.º 1, Proceedings of the National Academy of Sciences, 2022, pp. 523–528+, https://practicalpie.com/anterior-cingulate-cortex/.
- 3Charles T. Taylor, Sarah L. Pearlstein, y Murray B. Stein. «A Tale of Two Systems: Testing a Positive and Negative Valence Systems Framework to Understand Social Disconnection across Anxiety and Depressive Disorders». Journal of Affective Disorders, vol. 266, Elsevier BV, 2020, pp. 207–214+, doi:10.1016/j.jad.2020.01.041.
- 4Asmir Gračanin, Lauren M. Bylsma, y Ad J. J. M. Vingerhoets. «Why Only Humans Shed Emotional Tears». Human Nature, vol. 29, n.º 2, Springer Science and Business Media LLC, 2018, pp. 104–133+, doi:10.1007/s12110-018-9312-8.
- 5Yvonne van der Velden. «The Social Impact of Emotional Tears». Motivation and Emotion, vol. 40, n.º 3, Springer Science and Business Media LLC, 2016, pp. 455–463+, doi:10.1007/s11031-016-9543-0.
Creado: 29 de julio de 2025